La hernia inguinal es una de las afecciones más comunes. Es una protuberancia que suele aparecer en el estómago, el muslo, el ombligo y la zona inguinal. En este último caso, la formación irregular se produce en la ingle y su diagnostico es más frecuente en los hombres. Cuando no se corrige oportunamente, el nódulo puede bajar hasta el escroto, estrangularse e impedir la circulación de la sangre provocando la muerte del tejido y, por ende, una condición negativa de salud que afecta la calidad de vida.
Estudios realizados durante años, han demostrado que la hernia inguinal tiene una incidencia del 75 por ciento en la población mundial. Cuando aparece, la cavidad abdominal (asas de intestino) se extiende hasta la mencionada región, por lo que se debe permanecer atento a este y otros signos que indiquen su presencia en el organismo.
Síntomas y diagnóstico de la Hernia inguinal
El principal síntoma de la hernia inguinal es un abultamiento en la ingle, acompañado de un dolor que va de leve a intenso en cuestión de minutos. Muchas personas no se percatan de su existencia, puesto que la protuberancia aumenta paulatinamente y el dolor tiende a atribuirse a un simple golpe o inflamación. No obstante, es importante saber que quienes desarrollan hernia inguinal, sienten molestia al alzar objetos pesados o al pararse bruscamente de la cama o de la silla.
Cuando ocurre el agrandamiento exagerado de la hernia inguinal, el bulto se atasca y bloquea el flujo sanguíneo. Seguidamente, se presentan cuadros de náuseas, vómitos, gases constantes, fiebre y problemas para evacuar. La solución es una intervención quirúrgica que, en la mayoría de las situaciones, es ambulatoria.
Las causas que generan la aparición de una hernia inguinal son diversas, pero inciden muchos factores. Generalmente se atribuye a acciones cotidianas como levantar objetos muy pesados, hacer esfuerzo al defecar, toser y abusar del ejercicio, entre otros. Todo esto podría ocasionar traumatismos o debilitamiento de la pared inguinal y de allí la formación de hernias. Existen otros elementos de carácter genético que deben ser determinadas por un especialista.
Las últimas exploraciones evidencian que 5 de cada 100 niños presentan hernia inguinal.
Factores de riesgo
Los médicos expertos en diagnósticos de hernia inguinal han comentado que esta afección está asociada a ciertos agentes de riesgo como son herencia familiar, sobrepeso, neumonía, estreñimiento agudo, fibrosis quística, aumento de la próstata y criptorquidia. También existe la posibilidad de que un individuo nazca con hernia inguinal, pero no desarrolla la protuberancia sino hasta avanzado su crecimiento, a partir de los tres o cinco años de edad.
Los niños con tendencia a padecer hernia inguinal tienen las paredes abdominales más débiles y por ello, corren mayor riesgo de formar bultos con cualquier esfuerzo físico. Lo conveniente es operar de inmediato para evitar daños futuros.
¿Cómo saber si hay una hernia inguinal? Para ello, el paciente tendrá que someterse a una evaluación clínica exhaustiva en la cual debe toser, agacharse y levantar peso. Existen casos, en especial en infantes, en los que el nódulo no se determina tan fácilmente, por lo que será necesario hacer una ecografía o tomografía computarizada que indicará con mayor exactitud la presencia de la hernia.
tratamiento para la hernia inguinal
El único modo de curar una hernia, bien sea inguinal o de cualquier otro tipo, es mediante cirugía. Con este procedimiento, el doctor puede reparar el tejido que se ha debilitado en la pared abdominal. Al concluir, con unos simples puntos o parches, el problema estará resuelto. Realmente no existen grandes complicaciones vinculadas a esta intervención, a menos que el paciente padezca de otra enfermedad que amerite implementar cuidados especiales.
Lo que sí podría pasar, pero es poco frecuente, que se produzca un estrangulamiento de la hernia, con lo cual se podría perforar el intestino. No obstante, con el método correcto y un médico de confianza, se puede prevenir. La recomendación principal es evitar cargar objetos, pujar demasiado y abusar de la actividad física, más aún si ya se ha detectado la hernia y solo se espera por la operación.
Hay hernias que desaparecen solas como por ejemplo las umbilicales, que son muy comunes en niños pequeños.
la Hernia inguinal No suele reaparecer
Una vez operada la hernia inguinal es muy raro que reaparezca. Las expectativas de sanación son muy altas, afortunadamente. Lo que sí es importante es atenderla a tiempo para tomar los correctivos necesarios.
Una de las principales preocupaciones de los hombres con hernias inguinales es que ocurran complicaciones que puedan incidir en el funcionamiento normal de sus testículos. Existe esa posibilidad, pero todo dependerá del tratamiento recomendado por el galeno. También hay riesgo de que los nervios se vean comprometidos a causa de la hernia, lo que trae como consecuencia insensibilidad en la ingle, pero para todo ello hay solución.
Si la hernia ya se ha alojado en el testículo, el médico intentará girarlo a través del escroto, pero no siempre consigue buenos resultados, por lo que seguramente deberá practicar una cirugía en la que podría colocarse una malla para reforzar la pared abdominal y recetar la colocación de un cinturón o armadura para dar más estabilidad.
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