La ansiedad es un estado emocional desagradable, incómodo y displacentero, que se presenta acompañado de cambios somáticos y psíquicos. Es considerada una reacción normal ante una situación amenazante o estresante. Cumple una función de supervivencia, es una respuesta adaptativa del ser humano ante determinadas circunstancias. Sin embargo, cuando la ansiedad alcanza niveles excesivos, se prolonga en el tiempo o se torna irracional, puede ser considerada patológica.
Una de las perturbaciones vinculadas a ella, es el Trastorno de Ansiedad Generalizada, producto de una preocupación o de estados de angustia exagerados. Las temáticas más frecuentes de preocupación suelen referirse a hechos de la cotidianidad, asociados habitualmente con la familia, amigos, relaciones interpersonales en general, dinero, trabajo, estudios y salud propia, o de los demás.
¿A quién afecta el TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA?
El Trastorno de Ansiedad Generalizada es una afección frecuente. Cualquier persona puede sufrirla, aunque se evidencia con mayor recurrencia en mujeres que en hombres. Los individuos que lo padecen muestran niveles muy altos y persistentes de ansiedad, y enfrentan intensas reacciones, generalmente relacionadas con estrés ambiental. También puede estar ligado con episodios depresivos.
Los sujetos diagnosticados con este trastorno pueden llegar a incapacitarse, afectando así su bienestar personal, sus relaciones sociales y laborales, y entorpeciendo la ejecución de sus tareas habituales.
Síntomas del TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZADA
El Trastorno de Ansiedad Generalizada provoca molestias físicas y mentales. Entre las físicas destacan desórdenes cardiovasculares como hipertensión y arritmia; patologías digestivas como colon irritable y úlceras estomacales; dificultades respiratorias como asma; y afecciones dermatológicas como psoriasis, acné y eczema. Asimismo, puede haber tensión muscular, mareos, sudoración, palpitaciones, taquicardia, temblor, irritabilidad, aumento de la frecuencia urinaria y diarrea.
Entre los síntomas psíquicos se encuentran: intranquilidad, nerviosismo, inquietud desproporcionada, miedos irracionales, ideas catastróficas, problemas para concentrarse, irritabilidad, inconvenientes para conciliar el sueño y expectación al despertarse.
Factores que generan el trastorno de ansiedad generalizada
Dentro de las causas que pueden favorecer la presencia de un Trastorno de Ansiedad Generalizada se encuentran las biológicas como alteraciones en sistemas neurobiológicos, así como anomalías estructurales en el sistema límbico; y las psicosociales como situaciones de estrés, ambiente familiar, experiencias amenazadoras de vida y preocupaciones excesivas por temas cotidianos.
Otros factores predisponentes de un Trastorno de Ansiedad Generalizada son la educación en la infancia, conflictos con los padres o entre los padres y falta de atención de los padres.
También índice la tendencia hacia una personalidad ansiosa, o ciertas características de personalidad como perfeccionismo, dependencia y falta de asertividad. De igual manera, influyen la presencia de estímulos ambientales estresantes, la persistencia de acontecimientos estresantes y los estilos de pensamiento particulares que conducen a la interpretación catastrofista de la sintomatología, o a la preocupación alarmante por cosas improbables de suceder, o que si ocurren son más fáciles de manejar y menos trágicas de lo que se piensa.
Tratamiento DEL TRASTORNO DE ANSIEDAD GENERALIZAD
Es necesario señalar que no hay ninguna prueba de laboratorio para detectar el Trastorno de Ansiedad Generalizada. El diagnóstico se basa en las respuestas a preguntas formuladas respecto a los síntomas.
Para el tratamiento la Psicoterapia puede ser muy útil. Se recomienda la Terapia Cognitivo Conductual por sus demostrados efectos positivos en la reducción de los síntomas de ansiedad, preocupación y tristeza, obtenidos tanto a corto como a largo plazo.
Dentro de los planes de intervención con esta terapia se propone la aplicación de técnicas de reestructuración cognitiva para revertir los errores de conceptos y las ideas irracionales. De esta forma se entrena al paciente para la evitación de imágenes relacionadas con los estímulos temidos, y para la reducción del procesamiento emocional de la información amenazante.
Otros métodos aplicados en la Terapia Cognitivo Conductual son la exposición y la relajación muscular, los cuales conllevan a una disminución de la tensión fisiológica, a través del aprendizaje corporal de tensión, y a la distensión de los músculos propiciando un contracondicionamiento de la ansiedad.
Además, se puede recurrir a las técnicas de sensibilización sistemática y la bibliotecaria, mediante manuales de autoayuda, y bajo la supervisión de personal capacitado.
Entre los tratamientos farmacológicos se aconseja el uso de antidepresivos, sedantes o hipnóticos, y otros medicamentos debidamente prescritos por especialistas. Ciertas hierbas medicinales también pueden ser suministradas.
Apoyo y consentimiento
Es importante destacar que para el tratamiento del Trastorno de Ansiedad Generalizada se deben tener en cuenta las preferencias del paciente pues es muy importante su aceptación y el mantenimiento de un estilo de consulta basado en la empatía y el entendimiento, para mejorar la satisfacción de los mismos.
El apoyo familiar es fundamental para inspirar seguridad y confianza, además debe trabajarse en función de promover cambios de estilo de vida que contribuyan a disminuir los estados ansiosos, como reducir el consumo de cafeína, alcohol y drogas. Hacer ejercicio, descansar suficiente, ingerir alimentos saludables y pasear son conductas o acciones que funcionan.
El paciente debe distraerse y reír para poder hacer frente al Trastorno de Ansiedad Generalizada.
Deja un comentario