La apnea del sueño es un trastorno que provoca la interrupción de la respiración mientras se está dormido. Puede ocurrir unas 100 veces durante la noche, sin distinción de edad ni sexo. Es más común en hombres que en mujeres, afecta a los recién nacidos, y son los obesos y adultos mayores de 40 años, los más propensos a desarrollarla.
Síntomas DE LA APNEA DEL SUEÑO
Generalmente, el paciente no es capaz de percibir sus propias apneas. Sin embargo, refiere tener episodios de sofocación nocturna.
Los síntomas de la apnea del sueño surgen lentamente durante años, por esta razón en la mayoría de los casos el diagnostico médico se realiza tardíamente.
Este padecimiento puede ocasionar varias y delicadas complicaciones en la salud como hipertensión, derrame cerebral, arritmias cardiacas y diabetes, entre otras, por lo que debe concedérsele importancia a este desorden, acudir al médico y cumplir cabalmente las medidas indicadas para evitar los problemas citados.
Tipos de apnea del sueño
Existen dos tipos de apnea: apnea del sueño obstructiva y apnea del sueño central.
La apnea del sueño obstructiva ocurre cuando la amplitud de la señal de flujo respiratorio se reduce a más de 90%, durante más de diez segundos, en presencia de esfuerzo. Los individuos que sufren este tipo de apnea suelen ser obesos y manifestar ronquidos estridentes, fatiga, excesiva somnolencia diurna asociada a un índice de eventos respiratorios elevado y sueño no reparador, por lo que no descansa mientras duerme. Además, experimenta jadeos y asfixias que lo despiertan repentinamente, sudores nocturnos, resequedad en la boca, dolor de garganta al despertarse, cefalea matutina, obstrucción nasal, hipertensión arterial, irritabilidad, problemas de concentración y memoria y disfunción sexual.
La apnea del sueño central, está vinculada a la función del sistema nervioso central. Ocurre con frecuencia en pacientes que han tenido un derrame cerebral o padecen de enfermedades neuromusculares, e insuficiencia cardíaca y pulmonar.
Se presenta cuando la amplitud de la señal de flujo respiratorio se reduce a más de 90%, durante más de diez segundos, en ausencia de esfuerzo respiratorio. Los signos de esta apnea son muy similares a los de la apnea del sueño obstructiva. No obstante, el sujeto suele referir que se despierta con mucha más frecuencia, y sufre de insomnio.
Menos calidad de vida
En los niños con apnea del sueño, los síntomas pasan un poco desapercibidos pero tienden a tener bajo rendimiento académico debido a una frecuente somnolencia en el aula de clases. También reflejan desórdenes conductuales y pueden llegar a tener enuresis o tendencia a mojar la cama.
Todos los síntomas de la apnea del sueño conducen a un progresivo deterioro en la calidad de vida de los pacientes, pudiendo estar en riesgo de tener accidentes laborales o de otra índole por la somnolencia constante y excesiva, que le dificulta mantenerse despierto o alerta en actividades monótonas.
Diagnóstico de la apnea del sueño
El método diagnóstico idóneo es la polisomnografía, mediante la cual se realiza un monitoreo del sueño durante toda la noche. Un personal especializado se encarga de evaluar constantemente los registros de variables neurofisiológicas y respiratorias, y de calcular el número de episodios respiratorios por cada hora de sueño, evaluar los eventos respiratorios en varias posiciones, el ronquido y las arritmias, entre otros aspectos. No obstante, es un estudio de alto costo económico y de gran requerimiento técnico, por lo que su uso es muy limitado.
Existen otros equipos más sencillos, como la poligrafía respiratoria, que permite confirmar el diagnóstico en personas con alta sospecha clínica.
Tratamiento para la apnea del sueño
Las recomendaciones generales para tratar la apnea del sueño están dirigidas a reducir los factores que la desencadenan o la agravan, siendo el control de peso la principal indicación, ya que cuando se adelgaza, se registra una disminución de los eventos respiratorios, los ronquidos y la hipersomnia diurna. Se precisa un cambio en los hábitos alimentarios y en el estilo de vida, para alcanzar este propósito.
Conseguir una adecuada higiene de sueño es también importante para mejorar la sintomatología. Por esto es necesario eliminar horarios irregulares e impropias rutinas de sueño. Debe procurarse un ambiente óptimo que beneficie y mantenga el sueño, evitándose las temperaturas extremas y los ruidos.
Por otra parte, se aconseja a las personas con apnea del sueño abstenerse de ingerir alcohol, especialmente durante las horas previas al sueño, así como el abandono del tabaco.
Debido a que hay posiciones corporales para dormir que empeoran la apnea, es mejor evitarlas, como la de decúbito supino (boca arriba). Se pueden aplicar terapias corporales, para ayudar al individuo a dormir de la mejor manera.
En cuanto a los métodos farmacológicos, se afirma que no se ha demostrado la eficacia de ellos en este síndrome. Los resultados han sido muy escasos y de muchos efectos secundarios, por lo que hasta el momento no constituyen una opción terapéutica eficaz. Los tratamientos médicos de congestión nasal pueden favorecer un poco la calidad del sueño.
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