Una de cada cinco mujeres puede producir miomas uterinos durante sus años fértiles. Estos pequeños tumores que crecen en la matriz, normalmente no son cancerosos. Aunque se desconocen las causas concretas, se les vincula con factores hormonales y genéticos. Su aparición es habitual en féminas de 50 años de edad, y muy poco frecuente en menores de 20. Ha habido diagnósticos recurrentes en personas afroamericanas, con obesidad e hipertensión y, en muchos casos, han desencadenado infertilidad.
Se ha dicho que los miomas uterinos podrían desarrollarse por alteraciones de las fibras de la capa muscular del útero (miometrio), llegando a afectar su forma, volumen y funcionalidad. Pueden surgir sin producir síntomas aparentes, pero también pueden ser generadores de dismenorrea u otras enfermedades ginecológicas.
Ni antes de la pubertad ni después de la menopausia se suelen formar miomas uterinos. La mayor incidencia es a los 30 años de edad. Con tratamiento pueden reducir su tamaño, pero no siempre desaparecen, a menos que se practique una extirpación, y ese procedimiento se tiende a reservar para pacientes que presenten sangrado exagerado, dolor extremo, abortos o dificultad para procrear.
El diagnostico de nuevos miomas uterinos en la tercera edad, podría ser señal de alguna tumoración maligna, por lo que se debe estar atenta.
Tipos de miomas uterinos
Dependiendo de la zona en la que aparezcan, puede haber diversos tipos de miomas uterinos.
- Miometrales: Crecen en la pared muscular del útero.
- Submucosos: Se posicionan en la parte inferior del revestimiento uterino.
- Subserosos: Se evidencian en la cubierta externa del útero.
- Pedunculados: Cuelgan de un tallo o pedúnculo largo, ya sea externo o en la cavidad del útero.
Los miomas uterinos pueden ocasionar sangrado irregular antes, durante y después de la menstruación. Cuando estas hemorragias no son controladas, pueden provocar anemias u otras alteraciones de la salud. La posibilidad de que sean malignos es evidente, pero con el adecuado tratamiento, es muy poco probable.
Los miomas uterinos pueden ser tan pequeños que resulten imperceptibles, pero también pueden tener un gran tamaño, incluso llenar todo el útero y pesar algunos kilos. Pueden formarse en solitario o en racimos.
Síntomas
Algunos de los síntomas más frecuentes ante la presencia de miomas uterinos son:
- Sangrado antes de la menstruación.
- Sangrado menstrual en demasía, algunas veces acompañado de coágulos.
- Periodos menstruales irregulares, que se extienden mucho más de lo normal.
- Ganas de orinar.
- Cólicos menstruales.
- Sensación de llenura o presión en la parte inferior del abdomen.
- Incomodidad durante el acto sexual.
- Incremento de peso.
- Aumento del tamaño del útero.
- Estreñimiento.
Puede suceder que una mujer con miomas uterinos no manifieste ninguno de estos signos. El doctor los encontrará sólo a través de una revisión física u otro examen. Muchas veces estos tumores se encogen y no producen mayores molestias a mujeres que han pasado por la menopausia.
Confirmación del diagnostico de los miomas uterinos
Un especialista debe realizar un examen pélvico para descartar la presencia de miomas uterinos y otros cambios en la anatomía del órgano. No siempre son fáciles de detectar, sobre todo en personas con obesidad. Sin embargo, lo recomendable es aplicar uno o varios de estos estudios:
- Ecografía: A través de ondas sonoras proyecta una imagen del útero.
- Resonancia Magnética: Usa imanes y ondas de radio muy fuertes para mostrar una imagen.
- Histeroecografía o ecografía con solución salina: Al inyectar a la paciente con el líquido, dentro del útero, será más fácil visualizar el mioma con el ultrasonido.
- Histeroscopia: Un largo y delgado tubo es introducido desde la vagina hasta el útero para revisar su interior.
- Biopsia endometrial: Extracción de un pedazo mínimo del revestimiento del útero para buscar cáncer.
Tratamiento Contra los miomas uterinos
El médico será quien deba elegir el tratamiento adecuado según la edad, síntomas, tipo de mioma, si está embarazada o si desea estarlo en el futuro, condiciones generales de salud y gravedad de la enfermedad. El mismo puede incluir:
- Pastillas anticonceptivas para disminuir el sangrado en el periodo menstrual.
- Dispositivos intrauterinos hormonales para ayudar a reducir el sangrado.
- Suplementos con hierro para contrarrestar la anemia por la pérdida de sangre.
- Analgésicos.
- Inyecciones hormonales para disminuir el tamaño de los miomas.
- Histeroscopia: Elimina los miomas que crecen dentro del útero.
- Embolización de las arterias uterinas: Detiene el riego sanguíneo al mioma, encogiéndolo y matándolo. Ideal si desea tener hijos próximamente.
- Miomectomía: Extirpación de los miomas del útero. Es una buena opción para quien desea tener hijos. Sin embargo, no evitará que los miomas se desarrollen de nuevo.
- Histerectomia: Extirpación del útero por completo. Puede utilizarse sólo si la paciente ya no quiere tener hijos, los medicamentos no hacen el efecto deseado y no hay otros procedimientos disponibles.
Complicaciones
- Fuerte dolor o sangrado excesivo que necesita cirugía urgente.
- Retorcimiento del mioma: Esto bloquea los vasos sanguíneos que rodean el tumor y puede requerir cirugía.
- Infecciones urinarias: si el tumor hacer presión en la vejiga, puede resultar complicado vaciarla adecuadamente.
- Esterilidad, en casos poco frecuentes.
- Si se está en periodo de gravidez, existe la posibilidad de que los miomas uterinos adelanten el parto o que se presente un sangrado excesivo tras el alumbramiento.
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