La colitis nerviosa es una de las causas frecuentes de visita al gastroenterólogo. Se trata de una patología que afecta el funcionamiento normal del intestino, ya sea de forma leve, moderada o grave.
También denominada Síndrome de colon irritable o Síndrome de intestino irritable, la colitis nerviosa se caracteriza principalmente por inflamar el colon y producir dolor o malestar en el abdomen, y porque modifica los hábitos evacuatorios, es decir, el paciente sufre de estreñimiento o diarrea, incluso estos síntomas suelen alternarse.
La enfermedad fue descrita por primera vez por el médico inglés William Powell en 1812, y el nombre fue acuñado por Peters y Bargen en 1944.
Causas de la Colitis nerviosa
Las causas concretas se desconocen, pues cuando se inflama el colon los exámenes de laboratorio que se practican no evidencian una alteración en los resultados. Es por ello, que suele catalogarse como un trastorno funcional vinculado a la alimentación, alteraciones emocionales como el estrés, ansiedad y depresión, y a las infecciones intestinales.
Específicamente los factores que se asocian a la colitis nerviosa son:
- Fisiológicos. Aquí se encuentran los factores ligados al organismo como tal. Entre ellos la hipersensibilidad, alteraciones del movimiento, variaciones en el manejo de los líquidos por parte del intestino y cambios hormonales.
- Cuando se sufren altos niveles de ansiedad o se está bajo un cuadro depresivo pueden aflorar o intensificarse los síntomas de la colitis nerviosa.
- Igualmente, la forma en que cada persona afronta la enfermedad, la dieta y los medicamentos, podrían agudizar o mejorar la sintomatología.
Incidencia de la colitis nerviosa
Estudios señalan que los síntomas aparecen entre los 20 y 29 años de edad, aunque la mayoría de los casos ocurren en pacientes de 45 a 65 años. Datos de los organismos mundiales de salud indican que 20% de la población padece de colitis nerviosa sin distinción de género, edad o condición social.
Quien es diagnosticado con colitis nerviosa, ve desmejorar de manera importante su calidad de vida. Incluso, es causa habitual de ausentismo laboral. Al ser una patología frecuente, genera altos costos en atención y tratamiento, los cuales se estiman anualmente, a nivel mundial, en unos 40 mil millones de dólares.
Por ejemplo, en México la prevalencia va de 16 a 35%. Los malestares de la colitis nerviosa representan un 40% de las consultas que se brindan en los servicios hospitalarios de gastroenterología.
El impacto de la colitis nerviosa se compara al de enfermedades como la migraña o la diabetes, por lo que es necesario acudir al especialista en cuanto aparecen las molestias.
Síntomas asociados con la colitis nerviosa
Heces poco abundantes, gases, estreñimiento, diarrea, sensación de defecación incompleta, pujo para evacuar, inflamación abdominal y moco en las heces, son los síntomas más frecuentes de la colitis nerviosa. Algunos pacientes sufren tanto de diarrea como estreñimiento, es decir, se alternan estas irregularidades en la evacuación.
Comúnmente, el individuo con colitis nerviosa no sabe identificar dónde se localiza su dolor. Este puede manifestarse en la mitad inferior del abdomen, en solo uno de los dos cuadrantes inferiores o en el epigastrio.
La intensidad del dolor se clasifica en dos tipos. Puede ser un dolor perenne que empeora después de comer o realizar alguna actividad física. Tampoco disminuye con la expulsión de gases o la defecación, con el reposo ni con la aplicación de calor a la pared abdominal.
El otro, es una especie de cólico que mejora con la evacuación o al expulsar los gases.
En ambos casos, es común que aparezca durante la mañana, cuando comienza a trabajar el intestino grueso.
A lo largo del día, los pacientes pueden sentir cómo el abdomen se les va inflamando. Tanto, que se ven obligados a aflojarse los pantalones o quitarse la ropa ajustada. La distensión abdominal casi siempre viene acompañada con estreñimiento y no con diarrea. Suele empeorar después de ingerir comidas grasosas, muy condimentadas o altas en fibra.
Las señales pueden aparecer constantemente, empeorar o mejorar por sí solas durante varias semanas, meses o años, por eso hay personas que se acostumbran a estos padecimientos.
Aunque menos comunes, se calcula que entre el 25 y el 50% de los pacientes pueden experimentar otros malestares como dolor de espalda, fatiga, dermatitis, disfunción eréctil, síntomas urinarios, dolor de cabeza, alteraciones del gusto o del olfato, náuseas, vómitos y eructos.
Tratamiento de la Colitis nerviosa
Como son diversos los factores que desencadenan una colitis nerviosa, el tratamiento que se aplica tiene que cubrir varias áreas. Se indica una dieta restrictiva de ciertos alimentos que empeoran el malestar (picantes, grasas, condimentos, refrescos), se administran fármacos como protectores gástricos, pastillas para el dolor y antibióticos, así como terapia psicológica si llegase a ser necesario.
Para reducir las angustias y alcanzar la paz interior, muchos médicos recomiendan realizar caminatas, practicar la lectura, la jardinería y, sobre todo, apuntarse en clases de yoga. Estos hábitos disminuyen las molestias de la colitis nerviosa relacionada con episodios emocionales.
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