Las lesiones importantes requieren adecuada atención médica para alcanzar una recuperación efectiva, especialmente si se trata de un traumatismo raquimedular. Esta condición, comúnmente asociada a una lesión neurológica, puede comprometer medula espinal, raíces o cauda esquina. Puede surgir como consecuencia de un accidente de tránsito o una contusión por armas de fuego u objetos punzo penetrantes, y figura como uno de los diagnósticos frecuentes en jóvenes en etapa productiva.
La medula espinal es el canal por el cual transita la información entre el cerebro y el resto del cuerpo. Su “diseño” le confiere propiedades transmisoras, reguladoras y moduladoras de las distintas funciones neurológicas.
Cuando ocurre un traumatismo raquimedular, comienza un proceso evolutivo y dinámico, que tiene su origen en alteraciones de las estructuras ostioligamentosas, cartilaginosas, musculares, vasculares, meníngeas, radiculares y medulares en cualquiera de los niveles de la columna vertebral. No siempre hay solución, así que el objetivo del tratamiento es disminuir el déficit neurológico que ocasionan, y prevenir una pérdida adicional de las funciones.
Tipos de Traumatismo raquimedular
Existen dos tipos de traumatismo raquimedular: las lesiones primarias y las secundarias. Las primarias responden a un evento causado por un golpe o contusión.
Las secundarias, corresponden a sucesos fisiopatológicos que aumentan la destrucción neuronal. Pueden ser desde falta de riego sanguíneo, conocido como hipoperfusión, hasta una deficiencia de oxígeno o hipoxia.
La laceración de la zona cervical media baja es la más común. Mientras que la segunda, es la unión toracolumbar, que comprende las dos últimas vértebras torácicas (T11-T12) y las dos primeras lumbares (L1-L2). Este pequeño pedazo de la columna es el de mayor vulnerabilidad, es decir, el que mayor inestabilidad puede sufrir tras algún daño.
Existen diversos mecanismos de lesión de columna vertebral, que pueden ser directos o indirectos.
Los directos no se dan con frecuencia, pero dependen de la aplicación de energía en el punto donde se presenta la lesión, es decir, un impacto inmediato. Los indirectos son los más comunes y se dan cuando se aplica energía sobre el cuerpo de la persona provocando diferentes movimientos de la columna. Los principales son: la hiperflexión cervical, que se refiere a la inclinación de la cabeza hacia adelante y hacia atrás, la hiperextensión, que hace referencia al estiramiento de la columna más allá de su límite, y la compresión axial.
Principales causas del Traumatismo raquimedular
La médula espinal está situada a través del cuello y baja hasta la primera vértebra lumbar. Un traumatismo raquimedular puede ser provocado por cualquiera de los siguientes eventos:
- Ataques
- Caídas
- Heridas de bala
- Accidentes laborales
- Accidentes automovilísticos
- Lesiones deportivas
- Una lesión poco significativa puede provocarle daño a la médula espinal. Algunas enfermedades como la artritis reumatoide o la osteoporosis también la debilitan seriamente. Otra daño común comprende el estrechamiento del conducto raquídeo que protege la médula espinal, suceso conocido como (estenosis raquídea).
- Otros eventos que produzcan daños más directos como por ejemplo, contusiones o debilitamiento de los huesos de los discos. Asimismo, pueden interferir la presencia de pequeños fragmentos óseos, como los provenientes de las fracturas de las vértebras, huesos que conforman la columna.
- Restos de metales, como los que generalmente están presentes en un accidente de tránsito o por una herida de bala.
- Excesiva compresión hacia los lados de la columna, debido a una posición inadecuada de la cabeza, el cuello o la espalda tras un accidente o una sesión quiropráctica intensa.
- Cuando hay presencia de hemorragia, la acumulación de líquido y una inminente inflamación se presentan dentro de la médula espinal o fuera de ella, aunque dentro del conducto raquídeo. Esto oprime la médula y puede dañarla, causando un traumatismo raquimedular.
Síntomas del traumatismo raquimedular
Ante un traumatismo raquimedular, el organismo presenta diversos signos a los que es necesario prestar atención de inmediato:
- Edema pre-vertebral.
- Hipotensión asociada a bradicardia, que se define como el descenso de la frecuencia de contracción cardíaca a 60 latidos por minuto, por interrupción de los nervios cardioestimuladores.
- Desviación de la curvatura normal de la columna, conocido como lordosis.
- Dolor focalizado en la región cervical.
- Sensación de entumecimiento en las extremidades con dificultad para moverse a voluntad.
- Desmayo, confusión y amnesia postraumática.
- Disminución de la sensibilidad y motricidad de las extremidades superiores especialmente, no así en las extremidades inferiores.
acciones a tomar
Cuando hay sospecha de un traumatismo raquimedular, es necesario inmovilizar la zona para prevenir un deterioro neurológico por movimientos inadecuados. Asimismo, se requiere analizar el incidente y llevar a cabo una serie de maniobras para reducir un poco el impacto. Algunas de ellas son:
- Colocar un collarín cervical o inmovilizar totalmente la columna vertebral.
- Brindar apoyo respiratorio según sea el caso.
- Reponer de líquidos por vía intravenosa.
- Realizar radiografía cervical para confirmar el daño.
- Monitorear constantemente al paciente para identificar los cambios que pudieran presentarse en el proceso.
Se debe considerar que hay traumatismos raquimedulares que pueden ser irreversible. El tratamiento tiene como principal objetivo conservar la vida, mejorar el daño neurológico y aplicar rehabilitación oportunamente.
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