Los riñones son los órganos responsables de eliminar los desechos líquidos de la sangre, y actúan como sistema de filtración del agua del cuerpo. Cuando uno o ambos riñones sufren algún daño y el sistema deja de filtrar correctamente, se origina una nefropatía o enfermedad renal, que eventualmente puede generar insuficiencia renal, una condición potencialmente fatal.
Tipos de nefropatía
La nefropatía puede ser aguda y crónica.
La nefropatía aguda se da cuando hay una disminución rápida, durante días o semanas, de la capacidad de los riñones para destilar los residuos metabólicos presentes en la sangre. También llamada lesión renal aguda, su primer síntoma es la acumulación de líquido e hinchazón. También puede generar insomnio, inapetencia, nausea, cansancio, malestar estomacal, debilidad y dificultad respiratoria, entre otros malestares.
La nefropatía puede convertirse en crónica si la función renal no se recupera luego del tratamiento. Es crónica porque la capacidad de los riñones para filtrar los residuos metabólicos presentes en la sangre disminuye de forma lenta y progresiva, durante meses o años.
Se destaca que cualquier patología que ocasione una lesión renal aguda puede originar una nefropatía crónica. No obstante, se considera que la diabetes mellitus y la hipertensión son las principales causantes de esta afección, porque ambas dañan los diminutos vasos sanguíneos de los riñones.
Igualmente, puede ser causada por la enfermedad renal poliquística, la glomerulonefritis, la obstrucción de las vías urinarias y los trastornos autoinmunitarios como el lupus.
Gravedad de la nefropatía crónica
En los enfermos con nefropatía crónica, la insuficiencia renal evoluciona y provoca la acumulación de restos metabólicos en la sangre, afectando los sistemas del organismo. Produce náuseas, vómitos, anemia, debilidad generalizada, desnutrición, pérdida de peso, dificultad respiratoria y reducción de la capacidad para combatir las infecciones. También puede causar gota, artritis aguda con dolor e inflamación de las articulaciones, hormigueo en las extremidades, perdida de la sensibilidad en ciertas partes del cuerpo, contracciones, debilidad muscular y calambres.
Lo más grave, es que la nefropatía crónica se relaciona de forma muy directa con las enfermedades cardiovasculares, siendo éstas la primera causa de muerte.
¿Quiénes pueden sufrirla?
Todas las personas sin distinción de género o edad pueden sufrir una nefropatía, existiendo muchos factores que conducen a esta enfermedad tales como:
- Produce la llamada nefropatía diabética. Ocurre porque las nefronas, pequeños filtros que poseen los riñones, se van engrosando, cicatrizando con el tiempo y dejando pasar la albúmina a la orina. Cuando se diagnostica oportunamente, se aplica tratamiento para retardar el daño renal, pero cuando aparece mayor cantidad de albumina en la orina, el deterioro aumenta progresivamente.
- Uso excesivo de analgésicos. Genera la nefropatía por analgésicos, una consecuencia de la automedicación que induce a la utilización prolongada de medicinas antiinflamatorias no esteroides como la aspirina, ibuprofeno y otros que contienen fenacetina o paracetamol.
- Enfermedades glomerulares crónicas. Un glomérulo es una madeja de pequeñísimos vasos sanguíneos que filtran la sangre. Las Enfermedades glomerulares puede causar que los glomérulos presenten fugas de sangre o de proteínas en la orina.
- Antecedentes de litiasis renales, o las conocidas piedras en los riñones.
- Síntomas urinarios obstructivos bajos, como retraso para iniciar la micción, chorro fino, hematuria, retención urinaria.
- Anomalías renales hereditarias o congénitas, entre ellas la poliquistosis renal y el síndrome de Alport.
- Edades mayores de 60 años, pues son personas que, generalmente, padecen de tensión arterial alta u otros trastornos como edemas, anemia o síntomas urinarios obstructivos, que aumenta la prevalencia de la nefropatía en los ancianos. Esto ocurre porque sus riñones toleran menos los ataques de infecciones, medicamentos, alteraciones inmunológicas e insuficiencias cardiacas, entre otros.
Tratamiento de la Nefropatía
El tratamiento de la nefropatía es muy variado y complejo por cuanto la enfermedad afecta a muchos órganos. En su aplicación debe intervenir un equipo interdisciplinario conformado por el medico nefrólogo, psicólogo, dietistas, fisioterapeutas, trabajadores sociales y otros, quienes indicarán los fármacos y medidas requeridas para abordar esta delicada enfermedad.
Especialistas en nefrología consideran pertinente, en primera instancia, actuar en función de una prevención primaria para evitar el surgimiento de la enfermedad. Luego, se recomienda proceder a una prevención secundaria que permite a los posibles pacientes diagnosticarse de forma precoz e iniciar tratamiento y rehabilitación para impedir la aparición de la lesión renal.
Si ya la nefropatía está presente, se aplica la prevención terciaria para evitar o tratar las complicaciones extras que se derivan de la misma. Cuando, lamentablemente, se ha evolucionado a una insuficiencia renal crónica terminal, se recurre a los distintos métodos de diálisis y de trasplantes renal.
Actualmente se espera que novedosas alternativas terapéuticas y el progreso de la biología celular permitan el logro de nuevos y mejores métodos para curar exitosamente la nefropatía.
Como acciones preventivas se recomienda bajar de peso siguiendo una dieta saludable baja en sal, controlar la tensión arterial y el azúcar en la sangre, no fumar ni ingerir bebidas alcohólicas y hacer ejercicios frecuentemente.
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