¿Constantemente estás padeciendo de picor en los ojos, estornudos y goteo en la nariz? Entonces, lo más probable es que estés sufriendo de alergia al polvo.
La alergia al polvo es una reacción de hipersensibilidad, una respuesta del sistema inmunológico al contacto con las proteínas del excremento de los ácaros, que están presentes en las partículas de polvo.
Esta sustancia de los ácaros penetra en la nariz por inhalación, ocasionando la alergia al polvo que-a su vez-puede agravarse considerablemente si el individuo tiene un historial previo de otras enfermedades crónicas como rinoconjuntivitis, asma o dermatitis atópica.
No obstante, se debe dejar claro que los ácaros actúan más como una fuente crónica de acumulación de sustancias que causan hipersensibilidad bronquial, que como generadores potenciales de crisis severas de rinitis y asma.
ácaros y desarrollo de la alergia al polvo
Los ácaros del polvo son animales microscópicos, conocidos como ácaros domésticos. Pertenecen a la familia Pyroglyphidae, clase arácnidos (Arachnida), por lo que son familiares directos de las arañas y las garrapatas.
Miden entre 0,2 y 0,5 milímetros y se desarrollan fácilmente en lugares húmedos (75 – 80%) y tibios, con una temperatura aproximada de 21 °C.
Habitan en los hogares, porque allí pueden encontrar su mayor fuente de alimento: las escamas cutáneas de los seres humanos. Se alojan en colchones, cojines, almohadas, alfombras, muebles tapizados, ropa vieja y juguetes de peluche.
Las personas activan la alergia al polvo cuando aspiran o entran en contacto con el excremento de los ácaros, el cual contiene una diversidad de sustancias proteicas, mejor conocidas como antígenos que-al entrar en el cuerpo-inician un proceso denominado síntesis de anticuerpos, que provoca inflamación e irritación de las vías respiratorias.
A diferencia del polen, hongos, epitelios de animales y otras sustancias que generan alergias durante la primavera, los ácaros pueden estar presentes durante todo el año causando alergias permanentemente.
Sin embargo, hay registros de que la incidencia de alergia al polvo por acción de los ácaros aumenta en verano, por la elevada humedad.
Causas de la afección
Debido a que el excremento de los ácaros es la fuente principal de la alergia al polvo, es necesario saber que estos animales producen diariamente al menos 20 partículas de materia fecal, con la capacidad de generar síntomas alérgicos, aún después del fallecimiento del animal.
Investigaciones realizadas recientemente han determinado que para producir la alergia al polvo y agudizar los síntomas de otras enfermedades como el asma y la rinitis, deben existir entre 100 y 500 de estos animales por cada gramo de polvo.
Hasta ahora, se han fichado 20 grupos moleculares con proteínas de actividad enzimática, es decir generadoras de alergia al polvo.
Como se ha venido explicando, la alergia al polvo se desencadena cuando las partículas de alérgenos, procedentes de los ácaros, se “apoderan” del aire tras alguna actividad de turbulencia, como la sacudida de sábanas, colchones o cojines.
Diagnóstico de la alergia al polvo
Para saber si una persona es alérgica al polvo, se debe partir por la realización de la historia clínica.
Posteriormente, hay observar la mucosa nasal mediante un estudio llamado rinoscopia anterior, y efectuar una auscultación respiratoria y una observación minuciosa de la piel.
Para obtener un diagnóstico más certero, el especialista en alergología debe llevar a cabo una prueba conocida como prick-test, para determinar las sustancias que pudieran estar ocasionando la alergia al polvo.
En algunos casos también será necesario hacer otras evaluaciones específicas de sangre y-más raramente-estudios de exposición controlada al alérgeno, ya sea a nivel nasal, ocular o bronquial.
Síntomas DE LA ALERGIA AL POLVO
Las personas que padecen de alergia al polvo pueden sentir mareos, rinoconjuntivitis, piquiña y sangrado nasal, estornudos constantes y picor en los ojos, acompañado de enrojecimiento, lagrimeo y aumento de producción de lagañas.
El asma, la dificultad respiratoria, la tos seca irritable, la opresión torácica y los silbidos pulmonares, también son indicios de una alergia al polvo.
La contaminación del aire, el humo del tabaco o de los vehículos, la membrada (epitelio) de animales domésticos, el aire frío y la presencia de otras enfermedades de las vías respiratorias, pueden agudizar estos síntomas e incluso detonar otros diferentes.
medidas preventivas
Reducir la exposición a los alérgenos de los ácaros es esencial para prevenir la alergia al polvo. En este sentido, es fundamental tomar algunas medidas que puedan ayudar a mantener a raya esta afección.
- Eliminar totalmente las alfombras y cualquier otro objeto que acumule polvo en los dormitorios.
- Utilizar fundas antiácaros en el colchón y la almohada.
- Lavar y exponer al sol de todos los textiles. Conviene hacerlo una vez a la semana, con agua caliente, a más de 50 centígrados.
- Emplear filtros de aire, que retienen los alérgenos de los ácaros causantes de la alergia al polvo.
- Sustituir las persianas de tablillas y cortinas por persianas enrollables que no absorben tanto polvo, y muebles de tapiz por los de madera o cuero.
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