Es ampliamente conocido el sinnúmero de efectos que el estrés puede provocar en nuestro organismo y el cuerpo en general. El bruxismo, por ejemplo, es un trastorno involuntario que guarda relación con un estilo de vida agitado, y causa daños en la salud de las estructuras dentales.
El bruxismo es la acción de apretar y rechinar incontroladamente los dientes, sobre todo durante las horas de sueño. Además de generar graves deterioros a las piezas dentales, acarrea otros efectos como dolor en la mandíbula o en los oídos, cefaleas repetitivas y serias alteraciones de descanso.
A quienes padecen de bruxismo se les denomina bruxómanos. Pueden manifestarlo en cualquier momento del día, pero realmente es en la noche cuando el problema se intensifica. Al no ser conscientes de la acción, sencillamente se les hace imposible controlarla.
Con frecuencia quienes permanecen despiertos tampoco notan que están chocando sus dientes unos contra otros. Por lo general, son las personas del entorno las pueden detallarlo.
Síntomas y consecuencias del Bruxismo
Cuando exteriorizamos la tensión presionando los dientes, hacemos referencia a bruxismo céntrico. Cuando hay rechinidos, se conoce como bruxismo excéntrico. El primero daña los músculos, mientras que el segundo perjudica directamente la dentadura.
Otro causante de la aparición de bruxismo puede ser una mordedura irregular o una dentadura torcida. Aunque por lo general no está asociado a ningún trastorno en específico, puede deberse a problemas neurológicos, odontológicos, psiquiátricos o a consumo de drogas u otros estupefacientes.
Muchas son las consecuencias que tiene para la salud bucal, el hecho de apretar constante y descontroladamente los dientes. Que choquen entre ellos de manera anormal produce desgaste excesivo y prematuro, y sobrecarga los tejidos que lo soportan, llegando incluso a generar que estos se muevan o, en el peor de los casos, que se pierda una o varias piezas dentales a mediano plazo.
Asimismo, una fuerte tensión muscular, puede desencadenar dolor en los oídos, molestias diversas en la articulación de la mandíbula, mala alineación, predisposición a la proliferación de caries y traumatismos de las encías, contracturas musculares a nivel cervical y facial, y dolores de cabeza.
A todos por igual
Aunque se desconoce su prevalencia, se sabe que el bruxismo se presenta con mayor frecuencia en la adultez. Sin embargo, se estima que el 20% de los adolescentes tendrá algún tipo de bruxismo durante esta etapa. Estas cifras no son concluyentes, pues son obtenidas de los diagnósticos de bruxismo nocturno. Hay, probablemente, un sinfín de individuos que no son conscientes de su situación que no han asistido a ningún tipo de consulta.
El bruxismo es poco habitual en niños pequeños, especialmente en menores de 6 años. Si se da, tiende a desaparecer conforme crecen las muelas y dientes permanentes y, en muy pocas situaciones, permanece hasta la madurez.
Puede afectar tanto a hombres como a mujeres y hacerse sentir en el día y la noche por igual, relacionándose mucho más el nocturno con el sueño, y el diurno con el estrés.
Solución para el bruxismo
Es necesario aclarar que no es posible erradicar el bruxismo, ya que tiende a tratarse de una disfunción del sistema nervioso central. Por otro lado, al representar un movimiento involuntario, es complejo prevenir su desarrollo. No obstante, existen tratamientos adecuados para disminuir sus síntomas, que deben ser aplicados por un especialista calificado.
Lo primordial ante la sospecha de bruxismo es acudir al dentista para que pueda realizar una valoración completa, y así poder recurrir a los métodos adecuados para evitar efectos secundarios.
A través de un examen o radiografía, se puede definir la causa de la afección. Posteriormente, el odontólogo podría sugerir utilizar una férula o guarda dental mientras se duerme. Este aparato generalmente se coloca sobre los dientes superiores como medida de protección, y para imposibilitar que estos rechinen con los inferiores. Aunque es la técnica más usada para hacer frente al bruxismo, no soluciona el problema de fondo.
Cuando hay estados avanzados de deterioro, es posible que el doctor recurra a la rehabilitación de la pieza dental a través de coronas, que devuelvan el funcionamiento biomecánico saludable.
Más tratamientos para el Bruxismo
Otros procedimientos incluyen remover los puntos altos de los dientes para volver a emparejar la mordida. Una mordida dispareja, en la que los dientes no engranan correctamente, puede corregirse con tratamiento de ortodoncia.
Se debe tomar en cuenta que aquellos pacientes que requieren atención psicológica para tratar, por ejemplo, trastornos de ansiedad, se les sugiere aprender técnicas de relajación, y acudir a sesiones de fisioterapia para contrarrestar las fases agudas de dolor. A muchos de ellos se les aconseja consumir antiinflamatorios o relajantes musculares.
Se sospecha que el estrés es una de las causas principales del bruxismo. Escuchar música, leer, caminar o tomar un baño caliente pueden ser opciones apropiadas para relajarse.
Un remedio casero consiste en colocar una toalla húmeda y caliente sobre la cara, para reducir el dolor muscular generado por el apretamiento de los dientes.
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