Existen infinidad de patologías con nombres extraños y desconocidas por la generalidad de las personas. Una de ellas es el molluscum contagiosum o molusco contagioso, un padecimiento infeccioso de la piel que puede generar molestias si no se trata adecuadamente. Distinto a lo que muchos puedan creer, su denominación no tiene conexión con los crustáceos o el mar. Es sencillamente una patología causada por un virus de la familia de los Poxvirus que “habita” en casi todas las superficies.
El virus es transmisible por contacto directo, por lo que resulta de fácil contagio. Sin embargo, no todos los individuos llegan a contraer la enfermedad.
Los niños son los más afectados. No suelen desarrollar grandes síntomas, más allá de picazón y brote de granitos en ciertos lugares del cuerpo.
En personas adultas el molusco contagioso es considerado una patología de origen sexual, ya que generalmente aparece en los genitales tras el contacto íntimo con alguien que lo padece.
Hay zonas donde se desarrolla con mayor frecuencia, como el cuello y los párpados. Suele desaparecer con el tiempo, aunque a veces es preciso eliminarlo. La ventaja es que hoy en día hay diferentes tratamientos nada agresivos que ofrecen excelentes resultados estéticos.
SÍNTOMAS del Molusco contagioso
El molusco contagioso sólo constituye un problema en aquellos pacientes con un sistema inmunológico debilitado o padecen de sida.
Se presenta como granos pequeños de escasos milímetros e indoloros. Conocidos como pápulas, son granitos circulares con bordes definidos y un pequeño hueco o agujero en el centro. Pueden surgir entre 10 y 20 en una misma zona del cuerpo. Su color es rosado y cuando se “atacan” para su eliminación se tornan rojizos.
En general no inducen síntomas. En momentos pueden provocar picor, lo que hace que el individuo se rasque. Esta acción no sólo incrementa el riesgo de transmisión del virus a otras personas, sino que puede provocar sangrado e infecciones.
TRANSMISIÓN del molusco contagioso
El virus del molusco contagioso es un virus del género Molluscipox, familia de la viruela, que se encuentra por todo el mundo y puede vivir en situaciones adversas, preferentemente en lugares húmedos y templados.
Puede contagiarse por:
- Contacto directo: Las pápulas del molusco contagioso son células de piel llenas de virus que salen a la superficie facilitando su paso a otra cuando se palpa o roza.
- Roce con objetos contaminados: El virus del molusco contagioso es bastante fuerte y logra vivir fuera del cuerpo humano. Puede hallarse en toallas, ropa interior, trajes de baño, juguetes y cualquier artefacto que tuvo contacto con áreas infectadas.
- Uso de piscinas: Éstas y los baños públicos son sitios de concentración del virus. Es difícil controlar esta contaminación y definitivamente todas las piscinas poseen este virus.
- Autocontagio: Si una persona tiene lesiones del molusco contagioso y las toca, extiende el virus a otras regiones de su cuerpo.
DIAGNÓSTICO del Molusco contagioso
En casi todos los casos diagnosticar el molusco contagioso es fácil. Basta con un buen examen físico que permita observar el aspecto de las lesiones. Si hay dudas se recurre a la biopsia cutánea para efectuar un estudio microscópico de las mismas.
En los adultos con molusco contagioso profuso o grande, debe estudiarse el sistema inmunológico con un análisis sanguíneo y una prueba de VIH. No es preciso ejecutar otra clase de prueba clínica.
TRATAMIENTO del Molusco contagioso
Aunque el molusco contagioso presenta un desarrollo autolimitado, su alto grado de contagio y de autoinoculación obliga a que el tratamiento de las lesiones se haga a través de:
- Curetaje: El método más usual, sencillo y rápido. Consiste en eliminar con raspado la afección. Causa dolor, por lo que es necesario usar anestesia antes de la intervención. No deja cicatrices.
- Criocirugía: También es rápido y eficiente. Consiste en la aplicación de nitrógeno líquido en cada pápula. Deben repetirse las aplicaciones cada 2 o 3 semanas según sea necesario. Una desventaja de esta práctica es el dolor, la hipopigmentación y la posibilidad de que pueda dejar marcas.
- Cantaridina: Es una solución que provoca una vejiga en cada nódulo, que puede ser severa. Se debe probar en una lesión antes de aplicarse en toda el área para observar la reacción. Si se tolera debe repetirse cada semana hasta obtener la curación completa. Comúnmente se hace por tres semanas.
- Podofilina: Se aplica la tintura al 25% en alcohol, una vez a la semana, en cada lesión. Este procedimiento genera efectos secundarios locales como neuropatías, desgaste de la piel circundante a la lesión, daños sistémicos como afecciones renales, íleo paralítico, leucopenia y trombocitopenia.
- Pomadas y cremas: Se colocan por varias semanas directamente en las lesiones para destruir el virus poco a poco.
- Láser: Las lesiones se queman y al mismo tiempo el virus se destruye. Es adecuado cuando los granos son muy numerosos y están ubicados en lugares delicados.
De presentarse lesiones en la piel como las descritas anteriormente es necesario recurrir al médico para la precisión del diagnóstico y el ataque de la enfermedad con cualquiera de estas técnicas.
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