La aorta es la principal arteria del cuerpo, y da origen a todas las arterias del sistema circulatorio. Se encarga de repartir la sangre oxigenada desde el corazón hacia los tejidos y órganos, excluyendo los pulmones. La sangre al salir del corazón, circula por la válvula aórtica hacia la aorta. Dicha válvula puede ser afectada por un trastorno conocido como estenosis aórtica, el cual constriñe el paso de la sangre. Se produce cuando no se abre la válvula apropiadamente, disminuyendo el flujo sanguíneo desde el ventrículo izquierdo del corazón al resto del cuerpo.
En su labor normal, la válvula no frena el riego sanguíneo entre esos dos espacios, pero en algunas situaciones se estrecha más de lo normal, obstaculizando el flujo y creando un significativo grado de presión entre el ventrículo izquierdo y la aorta. Cuanto más rigurosa es la estenosis aórtica, mayor es el esfuerzo del ventrículo izquierdo para lograr superar el obstáculo, lo cual origina una hipertrofia o engrosamiento de la pared ventricular, que hace que se torne mucho más rígida.
consecuencias del trastorno
En la estenosis aórtica, la disminución del orificio valvular puede tener diversos orígenes: congénito (estando presente desde el nacimiento) y adquirido (ordinariamente presentado después de una fiebre reumática). Esta última variante casi se ha extinguido debido a los tratamientos y vacunas hacia el Estreptococo B hemolítico, que produce este tipo de fiebre. Sin embargo, en África y en el sudeste asiático, es endémica y las enfermedades cardíacas se advierten en niños y jóvenes.
De igual forma, la estenosis aórtica puede suscitarse en ciudadanos menores de 65 años, por una gradual modificación de la válvula bicúspide que causa una calcificación, induciendo a un detrimento más rápido que el de una válvula normal. También, puede desarrollarse por patologías degenerativas en pacientes de más de 65 años, que almacenaron calcio en los velos valvulares, aumentando los depósitos, y perdiéndose parte de la movilidad natural.
DIAGNóSTICo de la Estenosis aórtica
Para diagnosticar la estenosis aórtica, el doctor examina el corazón y los pulmones con un estetoscopio. Se percibe un soplo particular que se difunde hacia las arterias del cuello, continuas a la aorta. El latido carotídeo disminuye en extensión, y puede ir acompañado de una congestión asmática.
Otras pruebas adicionales para efectuar el diagnóstico de una estenosis aórtica son: electrocardiograma, radiografía de tórax, ecocardiografía y cateterismo cardíaco. En la radiografía de tórax se consigue ver un crecimiento de la aorta, observándose las calcificaciones aórticas, y en caso de existir una insuficiencia cardíaca, puede notarse un cúmulo de líquido en el tejido pulmonar.
SÍNTOMAS de la Estenosis aórtica
Los síntomas de una estenosis aórtica pueden surgir o desmejorar con el ejercicio o cualquier acción que enaltezca la frecuencia cardíaca. Se presentan por un embarazo o cualquier situación de estrés físico, como infección de los pulmones, el corazón u otro disturbio cardíaco.
Otros importantes síntomas son: Molestia en el pecho o angina de pecho, problemas respiratorios durante o después de un entrenamiento, y desfallecimientos. Si cualquiera de estos signos está presente, debe consultarse con un médico, pues es indicio de que la estenosis aórtica se agrava.
Además, es habitual que los pacientes con estenosis aórtica padezcan de hipertensión; situación que adiciona un elemento de peligro al adquirir la enfermedad, al igual que cualquier otro factor de accidente cardiovascular conocido.
En personas adultas, los síntomas se hacen notar entre los 20 y 50 años de edad. En niños y adolescentes, suelen manifestarse a muy temprana edad.
TRATAMIENTO de la Estenosis aórtica
Pueden incluirse como tratamiento de la estenosis aórtica los inhibidores de las enzimas de conversión de la angiotensina, así como los bloqueadores beta. Los primeros, aparte de controlar la presión arterial, suelen provocar efectos favorables en la fibrosis, mientras que los segundos resultan ideales para los individuos que sufren enfermedades coronarias concomitantes.
En cualquiera de los casos aludidos, debe comenzarse el tratamiento con dosis bajas e irlas incrementando gradualmente hasta lograr el control de la presión.
Hasta ahora no se ha determinado con claridad cuál es el tratamiento antihipertensivo adecuado para quienes padecen una estenosis aórtica severa, pero sí se recomienda evitar el uso de los diuréticos, especialmente a todos aquellos pacientes que ostentan volúmenes ventriculares pequeños.
¿cirugía para la estenosis aórtica?
El procedimiento decisivo para curar la estenosis aórtica es un reemplazo valvular a través de una cirugía cardíaca. La intervención valvular es una operación de corazón abierto que permite separar las concavidades o vasos del corazón para llegar a dichas válvulas.
Esta intervención quirúrgica se efectúa con anestesia general, realizando una incisión en el esternón. Para llevar a cabo el procedimiento se recurre al uso de una máquina de circulación extracorpórea que va a efectuar las funciones del corazón y del pulmón, reanimando la sangre. Esto permite a los cirujanos detener el corazón y ocuparse de él. Es una cirugía que puede durar de 3 a 4 horas, y hasta más, dependiendo de la cantidad de válvulas que se tengan que replantar.
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