Ubicado por detrás del tallo encefálico y por debajo del lóbulo occipital del cerebro, el cerebelo es una de las estructuras que integran el sistema nervioso central. Su principal función es lograr que los movimientos sean uniformes y coordinados. Para ello recibe y procesa información de otras zonas del cerebro, de la médula espinal y de los receptores sensoriales. Su intervención en el control de los movimientos voluntarios, rápidos y posturales es significativa y de él depende que se ejecuten de forma ordenada y oportuna. Cuando hay lesiones en el cerebelo, puede producirse el síndrome cerebeloso, que se caracteriza por la incapacidad de caminar o permanecer de pie sin perder el equilibrio.
Dentro del síndrome cerebeloso se ubican muchos trastornos nerviosos que entorpecen los movimientos fluidos y coordinados de brazos y piernas (ataxia), ojos (nistagmo), habla (disartria) y postura/marcha. Buena parte de ellos se generan por intoxicaciones agudas (etanol, difenilhidantoína), atrofias cerebelosas (por alcohol, difenilhidantoína, mercurio, paraproteinemias o neoplasias), esclerosis múltiple, tumores metastásicos o primarios, abscesos, enfermedades degenerativas (atrofia cerebelosa de Marie-Foix-Alajouanine, atrofia olivopontocerebelosa, enfermedad de Holmes, enfermedad de Menzel, heredoataxia cerebelosa de Nonne-Marie), alteraciones metabólicas genéticas (ataxia-telangiectasia, enfermedad de Hartnup, abetalipoproteinemia, gangliosidosis GM-2) y/o patologías infecciosas (kuru, mononucleosis infecciosa).
Síntomas del SÍNDROME CEREBELOSO
Algunos estudios aseguran que el síndrome cerebeloso es la combinación del síndrome paleocerebeloso que afecta el equilibrio y el síndrome neocerebeloso que ocasiona alteraciones cinéticas. Su sintomatología puede incluir:
- Ampliación de la base de sustentación con una evidente abertura en las piernas.
- Marcha muy inestable y vacilante.
- Hipotonía muscular muy variable.
- Dificultad para la coordinación de los movimientos.
- Imprecisión en los gestos.
- Temblor intencional.
- Iniciación tardía o prolongada de ciertos movimientos.
- Incapacidad para realizar movimientos repetitivos rápidos.
- Lenguaje lento y confuso.
- Incapacidad para coordinar movimientos voluntarios en acciones fluidas y dirigidas.
- Oscilación involuntaria de un lado a otro de los ojos.
- Cambios súbitos en el tiempo del habla. Distorsión del tono y la intensidad, debido a la poca coordinación de los músculos de la fonación.
- Problemas de atención, memoria e impulsividad.
- Vértigo.
- Cefalea.
- Vómitos de tipo cerebral.
Diagnóstico del síndrome cerebeloso
Hoy día existen diversas técnicas para realizar hallazgos vinculados con el síndrome cerebeloso. La historia clínica y las exploraciones sanguíneas se refuerzan con sencillas pruebas en las que el especialista descarta la dificultad del paciente para ejecutar movimientos específicos.
- Prueba de dedo a nariz. Sencillamente se le solicita a la persona que toque su nariz y el dedo del explorador de forma alterna, rápida y puntual. Si sobrepasa la indicación puede padecer hipermetría, pero si no lo logra, el diagnóstico podría ser dismetría. Entre los hallazgos figuran también el temblor y la disinergia (trastorno de coordinación muscular).
- Prueba de talón a rodilla:En este caso el individuo deberá acostarte en posición decúbito supino y posteriormente deslizar el talón de una extremidad inferior hacia abajo por la espinilla de la otra, comenzando en la rodilla. Cuando hay síndrome cerebeloso, el talón oscilará de un lado a otro.
- Movimientos alternos rápida: Durante esta terapia se le puede requerir al paciente que se golpee el muslo, eleve la mano, la gire y vuelva a golpearse lo más pronto que pueda. Si no lo hace, es probable que padezca adiadococinesia (incapacidad de realizar movimientos opuestos de forma rápida).
- Prueba de Romberg:La persona se debe parar frente al doctor, juntando sus pies y haciendo tocar los dedos con los talones. Luego debe levantar los brazos con las palmas mirando hacia arriba y cerrar los ojos. Si mantiene la posición la prueba será negativa, pero si oscila y mueve los pies será positiva.
- Marcha:El individuo debe caminar recto mientras que el médico visualiza la marcha. Seguidamente tendrá que retroceder de puntillas sobre los talones y volver a avanzar colocando un pie delante del otro. Si tiene ataxia cerebelosa caminará con una marcha de base amplia, con los pies muy separados, por lo que se tambaleará de un lado a otro como si estuviese ebrio.
Tratamiento del síndrome cerebeloso
La fisioterapia es de gran ayuda para disminuir los síntomas asociados al síndrome cerebeloso. No obstante, los ejercicios o movimientos mal ejecutados pueden resultar contraproducentes. De allí la importancia de tomar en cuenta las siguientes recomendaciones:
- Acelerarse no servirá de nada. Los pacientes con síndrome cerebeloso deben mantener la calma y la tranquilidad para poder aprender a controlar sus movimientos.
- Las distracciones no son apropiadas. Al momento de la terapia e incluso en la vida diaria, es vital estar atentos a cada paso. Sólo así se facilitará la recuperación y el aprendizaje.
- Cuando se padece algunas de las patologías vinculadas con el síndrome cerebeloso, se está muy propenso a sufrir caídas, por lo que conviene usar muletas o cualquier otro implemento que ayude a mantener el equilibrio.