Si como lo lee. Según antiguas creencias, la luna además de influir en las mareas y el funcionamiento del planeta, también podría ayudar a bajar de peso y a desintoxicar el organismo, por lo que Rolando Ricci creó la llamada dieta de la luna.
Aunque controversial, pues especialistas aseguran que puede resultar perjudicial, la dieta de la luna establece que como nuestro cuerpo está formado mayoritariamente por líquidos, los movimientos del satélite influyen en nosotros como lo hace con el agua del mar.
Para seguir este peculiar régimen, debemos estar atentos a cada etapa de la luna y empezar por ayunar durante todo un día para poder eliminar toxinas de nuestro cuerpo. En ese periodo, solo se podrá beber agua, té, caldos de verduras y jugos naturales sin azúcar. Ese duro ayuno se debe seguir los días de luna llena y luna nueva.
La dieta de la luna también establece que en cuarto creciente y cuarto menguante se requiere realizar medio ayuno. Sólo se podrán ingerir algunos sólidos a escoger de un menú.
La fase de la luna también determinará qué otros alimentos debemos comer, pero mientras se siga la dieta de la luna, están totalmente prohibidos los carbohidratos, las grasas y las carnes. En algunas páginas web añaden estos alimentos al régimen de mantenimiento, pero sus creadores señalan que deben evitarse.
Menú sugerido para seguir la dieta de la luna
Acá le mostramos el menú sugerido para la dieta de la luna durante el cambio de fase lunar: Se recomienda tomar a lo largo del día toda el agua que se desee o, en su defecto, infusiones como té, mate o café con edulcorante.
Desayuno
- 1 yogur descremado.
- 1 vaso grande de jugo de naranja.
Media mañana
- 1 licuado de bananas con agua y edulcorante.
Almuerzo
- 1 vaso grande de jugo de zanahorias o tomates.
- 1 plato de caldo de verduras.
Merienda
- 1 licuado de manzanas con leche descremada y edulcorante.
Cena
- 1 vaso grande de jugo de frutas o verduras.
- 1 plato de caldo de carne o pollo.
- 1 yogur descremado.
Cuánto dura la dieta de la luna
La dieta de la luna debería realizarse durante unas dos semanas como mínimo, sin embargo dicen que puede prolongarse de forma indefinida, mientras exista un monitoreo de las condiciones de salud.
También señalan que si la persona que sigue este régimen realiza continuamente esfuerzos físicos de magnitud o es deportista, la ingesta diaria de alimentos deberá ser más calórica.
Otro punto a tomar en cuenta para iniciarla es que a veces el cambio de fase lunar entra en vigor a diferentes horas del día, durante la noche, cuando la gente está durmiendo, o durante el día, en plena jornada laboral. Por lo que aconsejan no romper la rutina normal de su vida diaria a causa de de la dieta de la luna, pues su misión es favorecer un ritmo sano y equilibrado.
Para saber qué fase atraviesa el astro, conviene buscar un calendario lunar. Hay páginas en internet que ofrecen ese servicio. Vale recordar, que las fases lunares se producen por la interacción entre los movimientos del Sol, la Luna y La Tierra. En un año la luna efectúa trece recorridos en torno a La Tierra, es decir trece lunaciones. Cada lunación tiene una duración de 28 días aproximadamente.
Sus efectos
Quienes promueven la dieta de la luna aseguran que siguiéndola podemos perder entre dos y tres kilos diarios, pero suele disminuir el efecto adelgazante a medida que pasan los días.
Se dice que hace que nuestro aparato digestivo descanse, potencia la labor del hígado para procesar las sustancias nocivas, por lo que resulta un potente desintoxicante o depurativo. También ayudaría a eliminar la retención de líquidos, prevenir el acné y mejorar las condiciones de nuestra piel, haciéndola más tersa y luminosa.
No obstante, por ser tan radical, médicos y especialistas en nutrición alertan sobre los efectos negativos de la dieta de la luna e incluso la catalogan como peligrosa para nuestra salud. Por ello siempre es recomendable la asesoría médica antes de seguir cualquier régimen alimenticio.
Entre los efectos negativos de la dieta de la luna señalan que se pueden presentar durante los ayunos mareos, diarreas, vómitos, bajas en la presión arterial, debilidad física, falta de energía, dolor de cabeza y malestares estomacales que pueden afectar nuestro desempeño de las actividades cotidianas.
Otro aspecto que no habla bien de la Dieta de la luna, es que recuperaremos fácilmente los kilos perdidos, pues el beneficio no es a largo plazo. Al tratarse de una alimentación a base de líquidos, lo que desechará nuestro organismo es agua, algo muy fácil de recuperar.
También la dieta de la luna podría desequilibrar nuestro organismo por la falta de alimentos importantes como las proteínas, grasas, azúcar e hidratos de carbono.
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