Cuando la glándula hipófisis no trabaja correctamente y produce bajos niveles de una o varias de sus hormonas, se dice que la persona padece de hipopituitarismo, una enfermedad también conocida como insuficiencia hipofisaria.
Este padecimiento puede afectar la hipófisis directamente (hipopituitarismo primario) o al hipotálamo (hipopituitarismo secundario). Cuando es generalizada, provoca síndromes de deficiencia endocrinólogas que pueden llevar a una pérdida total o parcial de la función del lóbulo anterior de la hipófisis.
La hipófisis es una glándula endocrina ubicada en la base del cerebro dentro de un hueso llamado silla turca y se encuentra unida directamente al hipotálamo, el cual controla su función.
Causas y síntomas del hipopituitarismo
Una de las principales causas del hipopituitarismo son los tumores o edemas que se forman en la hipófisis o en el hipotálamo, que al crecer presionan las células normales alterando la secreción de sus hormonas. También puede surgir como consecuencia de un traumatismo cráneo-encefálico, tumor cerebral, sobreexposición a radioterapias, cirugía cerebral e infecciones del cerebro o de los tejidos que lo rodean.
Los síntomas del hipopituitarismo dependerán de la hormona que vaya desapareciendo. La primera en verse afectada es la del crecimiento (GH), que estimula el desarrollo y expansión de los huesos; le sigue la gonadotropinas y la estimulante de la tiroide (TSH), que estimula la glándula tiroide para la producción de las hormonas que luego actúan en el metabolismo.
En el caso de los niños puede haber ausencia de la hormona GH provocando un trastorno en su crecimiento y una pubertad tardía. Las mujeres premenopáusicas padecen amenorrea, disminución de la líbido y esterilidad. Mientras que en los hombres, puede manifestarse disfunción eréctil, testículos atrofiados, reducción de la líbido y de la espermatogénesis y, en consecuencia, infertilidad.
Otros desencadenantes del HIPOPITUITARISMO
Las lesiones que sufra el hipotálamo también pueden afectar funciones relacionadas con el apetito, originar el síndrome de la anorexia o producir hiperfagia con obesidad mórbida.
El hipopituitarismo se puede presentar después del embarazo, en la etapa postparto, y se conoce como el síndrome de Sheehan. Su origen es desconocido y hace que la mujer no pueda amamantar al bebé, siente mucho cansancio y refleja pérdida del vello pubiano y axilar.
Cada caso de hipopituitarismo es particular y los signos pueden variar, dependiendo de la gravedad del caso, de la cantidad de hormonas que falten y de los órganos que se vean comprometidos. Entre los síntomas más comunes están pérdida de peso, fatiga, piel seca, trastornos menstruales, hipersensibilidad al frío, pérdida del apetito, dolor abdominal, presión arterial baja, dolor de cabeza, alteraciones de la vista, pérdida del vello púbico, axilar y facial, entre otros.
Un diagnóstico básico
Es primordial hacer una evaluación hormonal cuando el paciente presente un tumor en la hipófisis o una lesión en la zona cercana, sobre todo si han sido sometidos a radioterapia o a una operación. Además se deben realizar una serie de exámenes, entre los cuales destacan:
- Resonancia magnética craneal
- Medición del nivel de varias hormonas en la sangre: luteinizante (HL), folículoestimulante (FSH), testosterona, estradiol (estrógeno), cortisol sérico, adrenocorticotropa, tiroidea (T4), estimulante de la tiroides y del crecimiento, así como el tipo de insulina y las hormonas sexuales y antidiuréticas.
Tratamiento de por vida
Hay dos tipos de tratamientos para el hipopituitarismo, el de reemplazo hormonal y la cirugía. Ambos serán determinados por el resultado de los estudios realizados al paciente y de la severidad del diagnostico.
Cuando sólo hay ausencia de ciertas hormonas, se aplica una terapia sustitutiva para reemplazar las faltantes y así lograr nivelar su presencia en la sangre. De esta manera, se le administra al paciente las hormonas acompañadas de una medicación que ayudará a reestablecer la fertilidad en hombres y mujeres y a mejorar el resto de la sintomatología.
Es importante que un médico endrocrinólogo realice un control minucioso de la terapia sustitutiva, más aun cuando se aplica a niños y adultos mayores. En esencia no deberían aparecer efectos secundarios luego de aplicar las dosis indicadas, pero ha habido casos en los que un procedimiento mal administrado ha generado fallas orgánicas.
Si el caso de hipopituitarismo se debe a la presencia de un tumor, se recurre a una cirugía y después a radioterapia. Posteriormente, es necesario hacer una evaluación para verificar que el nivel hormonal se haya restablecido tras el procedimiento. La revisión debería ser cada tres meses y pasado el año, una vez cada seis meses. Según sea el resultado, el galeno decidirá si debe complementar el tratamiento con la terapia sustitutiva.
Es importante resaltar que el hipopituitarismo es una enfermedad que no se cura. La persona debe aprender a vivir con ella y acostumbrarse a recibir atención cuando sea necesario. Una vez controlado, sólo se administrarán uno a dos medicamentos para que el paciente pueda volver a su rutina diaria sin dificultad.
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