En la planificación de las dietas, las frutas no deben faltar ya que son una importante fuente de agua, vitaminas, minerales, fibra y otros compuestos que benefician al organismo. La mayoría son ricas en antioxidantes que retrasan el envejecimiento de las células y previenen la aparición de enfermedades cardiovasculares, trastornos digestivos, patologías neurodegenerativas y obesidad. Algunas como la piña y la mandarina evitan la retención de líquidos, y otras como la manzana y la fresa regulan el tránsito intestinal. Realmente existen muchísimas frutas que resaltan además por su textura, sabor y aroma, pero el post de hoy va dedicado a la papaya.
Conocida también como lechosa, se suele incluir en infinidad de planes de adelgazamiento por su contenido de hierro, calcio, fósforo y vitaminas, pero sobre todo por su baja composición calórica y sus altas dosis de papaína, una enzima que controla el estreñimiento y favorece una correcta asimilación de los alimentos. Tantas son sus bondades, que hace mucho tiempo se ideó un régimen denominado dieta de la papaya que, al parecer, no sólo ayuda a perder entre 5 y 10 kilos, sino que también agiliza la cicatrización, reduce la inflamación intestinal, mejora la salud de la piel, fortalece el sistema inmune y estabiliza el ritmo cardíaco.
Mejora la figura con la dieta de la papaya
Los defensores de la dieta de la papaya aseguran que su principal función es aplanar el vientre y desinflamar el abdomen, logrando mejorar notablemente la figura. Se conocen diversas variantes, pero una de las más implementadas es la que se cumple dos días a la semana durante dos o tres meses. Eso sí, en los cinco días restantes, es vital disminuir el consumo de frituras, gaseosas, golosinas, grasas, lácteos, café y enlatados.
A diferencia de otros regímenes que permiten ingerir solamente frutas, la dieta de la papaya incluye productos de otros grupos alimenticios, por lo que sus efectos secundarios son mucho menores. Para reforzar sus efectos, sugieren usar las hojas de la planta para elaborar una infusión que se puede tomar en ayunas, antes de dormir, o en los momentos de ansiedad. También se aconseja practicar una rutina de ejercicios que no necesariamente se tenga que cumplir en el gimnasio. Bailar, trotar, caminar, subir escaleras y saltar la cuerda son opciones saludables que no requieren gastos adicionales y que sin duda mejorarán considerablemente los resultados de la dieta de la papaya.
Gustosa y saludable
La dieta de la papaya ha ganado popularidad fundamentalmente por la composición de la fruta. Los nutricionistas afirman que 140 gramos de lechosa contiene menos de 70 calorías, unos 19 gramos de carbohidratos, 2 gramos de fibra y 0 gramos de colesterol o grasa. Su porción de azúcar es tan mínima que no llega a acumularse en el organismo. Comidas como el desayuno o la cena fácilmente pueden sustituirse por la mitad de una papaya, pues con esa ración se estaría abarcando el requerimiento diario de vitaminas A y C en una persona adulta. Su consumo es especialmente aprovechado por personas que padecen grastroenteritis, colitis u otra afección de las mucosas digestivas.
Menú de la dieta de la papaya
La dieta de la papaya comprende cuatro comidas y en todas debe añadirse una porción de la fruta, preferiblemente natural o en jugos. Uno de los menús más propagados en las redes y en las revistas que hacen alusión a este plan nutricional es el siguiente:
Desayuno
1 vaso de soja o de avena, 2 cucharadas de germen de trigo u otro cereal, y una porción de ensalada de papaya.
Almuerzo
Ensalada de arroz integral. Para proporcionarle más sabor, se puede cocinar en un caldo de verduras y, al retirarlo del fuego, se le añade tomate picado, espinacas, aceitunas, ajo y el jugo de medio limón. La papaya se consumirá en forma de jugo sin azúcar. Para el almuerzo del día siguiente, lo recomendable son unas berenjenas al horno, acompañadas de una ensalada de espinacas y remolacha, aderezada con aceite de oliva y, para completar, el zumo de papaya sin endulzar. Hay quienes le agregan el jugo de un limón o un trozo de piña para hacerlo más apetitoso.
Merienda
1 vaso de jugo papaya con dos rebanadas de piña.
Cena
1 taza de caldo de verduras, preparado a base de cebolla, apio y zumo de limón. Para complementar, un trozo de papaya. Para el segundo día, se puede optar por un plato de alcachofas cocidas y aliñadas con vinagre y sal. Se concluirá la dieta de la papaya con un trozo de la fruta fresca.
Recomendaciones a seguir
- La dieta de la papaya será mucho más sana si se escogen frutas orgánicas, pero de no ser posible, será suficiente con seleccionar una que esté fresca, con piel tersa y sin magulladuras o golpes.
- Adicional a la comida y a la fruta, la dieta de la papaya contempla el consumo de al menos dos litros de agua al día.
- En algunas versiones de la dieta de la papaya instan a iniciar el plan con la ingesta de la fruta durante todo un día, pero para muchos especialistas esto resulta inapropiado. Para evitar inconvenientes, siempre es aconsejable buscar la asesoría de un experto para que establezca normas y parámetros saludables.
- La dieta de la papaya puede proporcionar efectos más rápidos si durante la mañana, antes de comer, se bebe un vaso de agua tibia con limón.
- Si durante la dieta de la papaya se presentan cuadros de diarrea, dolor de estómago o de cabeza, es importante parar y visitar al médico.
- No introducir otras frutas que no sea la papaya durante la dieta.
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