Carlitos tiene 4 años de edad y para él su mami lo es todo. Dice que ella es la más bonita, cariñosa y buena. No se despega de su lado e incluso cuando papá se acerca se molesta. No quiere que abrace o bese a mamá. “Mi mamá es mía”, dice el niño. Al igual que muchos pequeños entre los 3 y 7 años de edad, Carlitos podría estar atravesando por una etapa en su desarrollo en la que se siente “enamorado” de su madre, lo que es catalogado como Complejo de Edipo.
Es completamente normal que ocurra el Complejo de Edipo y por lo general la fijación desaparece con el crecimiento. Sin embargo, es bueno que los padres conozcan a detalle de qué se trata esta condición, para que ayuden al infante a superarla satisfactoriamente.
Origen DEL Complejo de Edipo
El creador del psicoanálisis, Sigmund Freud, fue el primero en usar el término. Lo llamó así basado en la obra de Sófocles titulada Edipo Rey. Esta historia de la mitología griega cuenta que Edipo asesina a su padre y posteriormente contrae matrimonio con su madre.
En síntesis, Freud explica que el Complejo de Edipo forma parte del crecimiento emocional del varón y le sirve para aprender a relacionarse con ambos padres. En esta etapa, se identifica con la madre, pero paulatinamente se sentirá más afín con su papá.
En contraposición con el Complejo de Edipo, en las niñas se manifiesta el Complejo de Eléctra (cuando las niñas se enamoran de papá), tema que ya hemos abordado y que podrá encontrar en este portal web.
Señales del Complejo de Edipo
Aunque podría pasar desapercibido, cuando el niño tiene el Complejo de Edipo lo primero que se notará es que continuamente pide más atención de su mamá. Que lo bese, lo abrace y le dé muestras de cariño con frecuencia.
Si existe Complejo de Edipo, se suele escuchar al pequeño decir repetidamente que desea casarse con mami y la típica frase “mamá es mía” que también forma parte de su vocabulario. Se pone celoso de papá e incluso puede llegar a ser agresivo con él.
En algunos casos menos marcados, los infantes sufren pesadillas con sus progenitores, en especial con su padre, pues lo ve como una amenaza que impedirá que su madre lo quiera. Es su rival.
Cómo actuar
Para ayudar al niño a superar el Complejo de Edipo lo primero que los padres deben procesar es que se trata de una etapa natural y que deben tomárselo con calma. No hay razones para angustiarse. Son contados los casos en los que esta fase perdura más allá de la adolescencia. Pero sí es importante manejar adecuadamente la situación para que en un futuro no se vean perjudicadas las relaciones de pareja del hijo. Es sabido que algunos hombres que no superaron bien este trance, buscarán parejas similares a su madre y cuando la figura materna fue negativa, igual lo serán las novias que tenga.
Psicólogos recomiendan que cuando el chico con Complejo de Edipo manifieste que se casará con mamá, esta tiene que explicarle con cariño que ella no puede hacerlo, porque ya tiene un esposo que es su papá. Igualmente debe decirle que cuando crezca él también podrá escoger a alguien con quien contraer matrimonio. El papá por su parte, no debe dar importancia al gesto del pequeño e ignorarlo. Está mal que se burle o finja que es su rival. Esas conductas no benefician al niño.
La madre deberá manifestarle siempre al pequeño que lo ama, pero de manera distinta que a su padre. Que el hecho de que quiera a papá no quiere decir que quiera menos a su hijo.
Controlar los celos
Aunque parezca inmaduro, durante el Complejo de Edipo el padre puede tener celos de su hijo. Pueden sentirse excluidos del vínculo estrecho entre madre e hijo, de la convivencia y comunicación cercana y pensar que se le quiere menos. La mujer debe ser paciente y procurar dar igual importancia a sus roles de madre y esposa.
El tiempo será el encargado de armonizar las relaciones entre un padre y su hijo, pues con el paso de los años se fortalecen los lazos, comparten experiencias y situaciones cotidianas que van aminorando las secuelas del Complejo de Edipo.
Algunos especialistas recomiendan que para evitar celos entre padres e hijos es beneficioso que los papás también participen en tareas como darles de comer, cambiar el pañal o bañar al niño, trabajo que suele ser relegado a la madre. También es importante que la pareja busque la forma de pasar tiempo a solas y si les resulta imposible, al menos procurarse un trato cariñoso y dedicado.
El Complejo de Edipo no será eterno, es casi seguro que los sentimientos del pequeño hacia su padre evolucionarán y el hijo pasará de rechazarlo a admirarlo. El niño empezará a identificarse como hombre y tomará a su padre como ejemplo. Ser un buen modelo a seguir será un reto mayor.
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