El cuerpo requiere minerales, vitaminas y nutrientes para funcionar correctamente. Cuando no se tienen las cantidades adecuadas, el organismo puede verse afectado, por lo que existen medicamentos que ayudan a normalizar estas deficiencias. El Fosfato de Potasio es un fármaco que une el potasio mineral electrolito con el fósforo mineral o fosfato. Es un medicamento antiurolitiásico que actúa contra los cálculos o piedras en los riñones. También es acidificante, pues permite la adición de ácidos necesarios para las vías urinarias.
Los médicos suelen recetar Fosfato de Potasio cuando un paciente presenta bajos niveles de fósforo (hipofosfatemia) o de potasio (hipocaliemia). En algunos casos el especialista combina el Fosfato de Potasio con fosfato de sodio para una mayor efectividad.
Cómo funciona el Fosfato de Potasio
Cuando las personas tienen infecciones urinarias o un bajo contenido de fósforo, la orina presenta un aspecto turbio y un olor intenso, pues contiene amoniaco. El fósforo elimina estas señales.
Al administrarse Fosfato de Potasio, ya sea vía oral o parenteral (inyectable), también se produce una acidificación de la orina, lo que eleva la solubilidad del calcio y previene que se acumulen cálculos en el tracto urinario.
Como señalan estudios médicos, la presencia del fósforo cambia “el estado de equilibrio de las concentraciones de calcio”, es decir “tiene un efecto tampón sobre el equilibrio ácido-base e influye sobre la excreción renal del ion hidrógeno”.
El fosfato y el calcio, son los responsables de mantener fuertes los huesos y dientes. También colaboran para que el cuerpo use y almacene energía, y favorecen la producción de ARN y ADN en los genes.
En cuanto al potasio, interviene en el correcto funcionamiento del corazón, y es esencial para la salud de células, tejidos y órganos.
Deficiencia de minerales
Como ya explicamos, cuando se indica el uso de Fosfato de Potasio es porque se detecta una deficiencia de uno o ambos minerales. Hay factores que desencadenan una baja de potasio, entre ellas el consumo exagerado de sal o sodio, el exceso de sudoración, la diarrea, el vómito y los trastornos que entorpecen la absorción de nutrientes. La poca ingesta de frutas y verduras también provoca esta anomalía.
Por otra parte, se puede sufrir una deficiencia de fósforo cuando el intestino delgado tiene problemas para absorberlo, cuando se abusa del uso de fármacos antiácidos o diuréticos, cuando hay falta de una alimentación balanceada y cuando se padecen enfermedades como diabetes o alcoholismo.
Los síntomas más evidentes de una falta de potasio son taquicardias o latidos irregulares, cansancio, debilidad, calambres en los músculos y problemas estomacales. Cuando hay insuficiencia de fosfato, se presentan señales como fragilidad y dolor en los huesos, articulaciones rígidas, fatiga, dificultad para respirar y cambios constantes de peso sin motivo aparente.
Efectos secundarios del Fosfato de Potasio
Como todo medicamento, el Fosfato de Potasio debe ser administrado bajo estricta supervisión médica. Durante el tratamiento se pueden presentar efectos secundarios como dolores de cabeza, confusión, taquicardia, cansancio, dificultad para respirar, convulsiones, edemas, mareos, disminución del volumen de la orina, aumento de peso por retención de líquidos, hormigueo alrededor de los labios, pesadez de las piernas y calambres. Algunos pacientes sufren además de dolores en la parte superior del estómago, vómitos, náuseas y diarrea.
Cuando se combinan el Fosfato de Potasio y el fosfato de sodio, las reacciones que se podrían producir son muy parecidas a las anteriormente señaladas y si eso ocurre, es necesario acudir a la consulta médica o a la sala de emergencias. Será fundamental ponerse en contacto con el especialista para contrarrestar la sintomatología y prevenir molestias mayores.
Como no hay estudios sobre el efecto del Fosfato de Potasio en las mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, no se recomienda su uso en esos casos. Sin embargo, si el beneficio es superior, el médico tratante podrá recetar el fármaco in ningún tipo de inconveniente.
Durante el tratamiento con Fosfato de Potasio está contraindicado el uso simultáneo de quinidina, vitamina D (incluyendo calcifediol y calcitriol), diuréticos ahorradores de potasio, enalapril, antiácidos que contengan magnesio o aluminio, digitálicos y captopril. La utilización de otros medicamentos que contengan potasio puede ocasionar hiperpotasemia severa.
Tampoco se debe indicar Fosfato de Potasio a pacientes que sufran de hiperfosfatemia, hiperpotasemia, urolitiasis por fosfato amónico magnésico, disfunción renal severa, insuficiencia suprarrenal severa, deshidratación aguda, hipoparatiroidismo, enfermedad renal crónica, osteomalacia, pancreatitis aguda, raquitismo, quemaduras severas y miotonía congénita.
Cuidar la alimentación
El organismo se surte de fósforo y potasio a través de las comidas que se ingieren cotidianamente. Por ello es necesario consumir todos los grupos alimenticios para mantener el cuerpo sano. Entre los comestibles que contienen mayor concentración de estos minerales están los frijoles, el yogurt bajo en grasa, el pescado, los granos enteros, el chocolate, las nueces y las semillas.
El consumo diario sugerido de fósforo está establecido en 70 mg por cada kilogramo de peso.
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