Parece ilógico, pero si hay algo a lo que muchas personas le temen es a envejecer. Infinidad de hombres y mujeres se niegan a enfrentar las consecuencias del paso del tiempo sobre su cuerpo o su rostro. Para evitarlo, recurren constantemente a la aplicación de tratamientos que retrasen la aparición de arrugas, inflamación, flacidez y cualquier otro signo de vejez. Muchos aliados han conseguido en la industria cosmética, pero uno de los que más fama ha ganado, es el ácido alfa lipóico, una sustancia con propiedades antioxidantes que neutraliza los radicales libres y previene el envejecimiento prematuro.
Conocido también por las siglas ALA, se encuentra en las células que proporcionan energía al cuerpo. Una de sus principales ventajas, es que se absorbe con rapidez y actúa tanto en las membranas externas de la célula como en las áreas acuosas de esta. Al aplicarse directamente sobre la piel, aumenta la regeneración celular, beneficiando la elasticidad, firmeza y apariencia.
Protector de la piel
Quienes abogan por el uso del ácido alfa lipóico, recomiendan añadirlo a las cremas faciales y aplicar alrededor de los ojos para minimizar la hinchazón y las ojeras. También se puede colocar en otras áreas del rostro para atenuar las manchas, cubrir las imperfecciones, aportar luminosidad, extraer las células muertas, regular la producción de grasa, prevenir la obstrucción de los poros y mejorar la cicatrización.
Algunas marcas han creado líneas de ungüentos y lociones con ácido alfa lipóico, Vitaminas C y E, y otros ingredientes que producen un efecto tensor.
Sin embargo, las bondades del ácido alfa lipóico no terminan allí. Como antioxidante, es capaz de proteger las células pancreáticas y estimular la captación de glucosa en los músculos, regulando la sensibilidad a la insulina y su presencia en la sangre. Adicionalmente, favorece la función cognitiva, mejora la memoria y el flujo sanguíneo cerebral, aspectos esenciales en el manejo de patologías como Alzheimer, Parkinson y otros problemas neurológicos vinculados a daños oxidativos.
Otro punto a favor del ácido alfa lipóico, es que reduce el estrés, la hinchazón en las piernas, el riesgo de flebitis (inflamación en las venas) y la posibilidad de contraer infecciones.
Recientes investigaciones han determinado que una ingesta de 300 mg de ácido alfa lipóico al día, reforzado con un plan alimenticio que limite el consumo de carbohidratos, podría promover la pérdida de peso y la reducción de grasa localizada. No obstante, se necesita realizar otros estudios más avanzados para garantizar su efectividad en los tratamientos para obesidad.
La principal recomendación antes de emplear el ácido alfa lipóico u otro componente similar, es consultar a un especialista. Está más que dicho que los seres humanos no reaccionan de la misma manera a los tratamientos, por más coincidencias halladas en la sintomatología.
Más beneficios del ácido alfa lipóico
Naturalmente, el ácido alfa lipóico se halla en el organismo unido a las proteínas, pero también se puede encontrar en presentaciones comerciales. No es común que análisis clínicos arrojen deficiencias de este componente, pero ha habido pacientes con diabetes, cirrosis o ateroesclerosis que han reflejado anomalías con esta sustancia.
Sea por insuficiencia de ácido alfa lipóico o por el simple interés de mejorar la salud incrementando su ingesta, es bueno saber que alimentos como hígado, riñones, levadura, espinacas, tomates, brócoli o guisantes pueden ayudar a aumentar sus índices sanamente. Si bien es cierto que las cantidades presentes en estos comestibles son bajas, es en la alimentación donde recaen buena parte de los vicios que interfieren en el bienestar general de un individuo, por lo que debe controlarse de la mejor forma posible.
También es conveniente conocer, que existen maneras de potenciar los efectos del ácido alfa lipóico, especialmente si se administran fármacos que multiplican por 1000 las dosis aportadas por la dieta.
El factor clave en la efectividad del ácido alfa lipóico está en la constancia con la que sea empleado. Si además se utiliza con la debida asesoría, arrojará resultados positivos para la salud de la epidermis y del organismo en general.
Recomendaciones generales sobre el ÁCIDO ALFA LIPÓICO
- Para efectos terapéuticos, la dosis recomendada por día puede ser de hasta 1800 mg, pero es el médico quien debe corroborar esta cifra. En tratamientos prolongados, se pueden presentar dolencias estomacales, pero los síntomas desaparecen al interrumpir la ingesta. En caso de que esto suceda, es importante contactar al especialista.
- Se debe prestar especial atención a las personas que estén medicadas por alguna alteración tiroidea.
- Si se detecta alguna deficiencia de tiamina, no se recomienda su uso.
- No se aconseja su aplicación en niños, mujeres embarazadas y pacientes con enfermedades renales, puesto que no existen investigaciones que aseguren su confiabilidad en estos casos específicos.
Posibles efectos secundarios
No es habitual que suceda, pero un exceso de ácido alfa lipóico podría desencadenar alguna de estas molestias:
- Irritabilidad y debilidad.
- Náuseas y temblores.
- Hambre.
- Somnolencia.
- Mareo y dolores de cabeza.
- Visión borrosa.
- Confusión, dificultad para concentrarse.
- Molestias estomacales.
- Palpitaciones y ritmo cardiaco acelerado.
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