A finales del siglo XIX, se descubrió un efectivo calmante bautizado como acetaminofén/paracetamol. Tras varios estudios, se aprobó su uso para tratar molestias relacionadas con gripe y resfriados. Comenzó a comercializarse en 1955 y, desde entonces, se ha popularizado por su acción antipirética, que ayuda a combatir la fiebre.
El acetaminofén se obtiene mediante la síntesis del fenol. Pertenece a la familia de los Paraaminofenoles, y puede encontrarse en forma de jarabe, capsulas, comprimidos, supositorios y gotas de administración oral.
¿Para qué se usa el acetaminofén?
Una de las ventajas del acetaminofén es que puede adquirirse sin receta médica. Está demostrado científicamente que es de rápida absorción. En solo 30 minutos puede llegar al torrente sanguíneo, por lo que suele ser prescrito para atender condiciones como la migraña. En casos severos es administrado conjuntamente con la aspirina y la cafeína.
Empleando las dosis correctas, es efectivo para combatir dolores ya que bloquea las terminaciones nerviosas. Su efecto antipirético se debe a que actúa en el centro termorregulador ubicado en el cerebro, bajando las altas temperaturas.
Diversos estudios han demostrado que el acetaminofén mejora la inflamación vinculada con artritis y otras patologías de origen reumático, así como las dolencias provocadas por traumas, accidentes, lesiones odontológicas, así como acciones postoperatorias.
Es empleado también como tratamiento para virus transmitidos por el mosquito «Aedes aegypti» (patas blancas), tales como Dengue, Chikungunya y Zika, debido a que los síntomas que los acompañan, son similares a los cuadros febriles comunes.
En términos generales, es un fármaco de dosis segura, con pocos efectos secundarios, siempre y cuando no se abuse de su consumo. Es de fácil acceso a las masas por su amplia disponibilidad y bajo costo.
Cuidado con acetaminofén
Es reconocido mundialmente es uno de los medicamentos más seguros que existe, con una baja tasa de efectos secundarios. Sin embargo, las sobredosis son altamente contraproducentes.
Según la FDA (Agencia de Alimentos y Medicamentos por sus siglas en inglés), la ingesta de medicamentos combinados con una dosis mayor a 325 miligramos de acetaminofén, pueden ocasionar problemas en el hígado.
Los factores de riesgo se incrementan en quieres toman más de la cantidad prescrita, los que consumen varios productos con acetaminofén a la vez, y los que toman bebidas alcohólicas durante el tratamiento.
El instituto norteamericano demostró que además del fallo hepático, una sobredosis de este medicamento puede ocasionar insuficiencia renal y la muerte por envenenamiento.
Algunas de las medicinas que aumentan el grado de toxicidad del acetaminofén son carbamazepina, fenobarbital, fenitoína, isoniazida y rifampicina.
Para evitar las sobredosis, la FDA dictaminó una norma que obliga a las casas farmacéuticas a identificar este ingrediente activo en las etiquetas.
Contraindicaciones
Aunque es muy extraño, antes de administrar acetaminofén se debe comprobar que el paciente no sea alérgico a los componentes activos.
Debido a su toxicidad hepática, se debe evitar su aplicación en personas diagnosticadas con este padecimiento de forma crónica o con alcoholismo.
Se puede suministrar durante el embarazo y mientras se esté lactando, bajo estricta supervisión médica.
Para su aplicación en niños, se debe considerar la edad y peso, datos necesarios para establecer la dosis correspondiente. Los especialistas sugieren utilizar un instrumento de medición que sustituya las cucharas de cocina, con las que frecuentemente se suministra el medicamento.
El acetaminofén no debe ser dado a niños menores de 12 semanas de edad. Si el bebé presenta cuadros febriles en ese tiempo, debe informarse al pediatra inmediatamente. Una excepción de esta regla es cuando los pequeños presentan fiebre a causa de una vacunación a las ocho semanas de nacidos o más. En situaciones como esa, sí se podría recurrir al acetaminofén si el médico lo considera oportuno.
Dosis recomendada de acetaminofén
En adultos, el acetaminofén se administra cada cuatro o seis horas dependiendo de los malestares. No debe ingerirse más de cinco veces al día. La cantidad máxima es de 650 miligramos por toma.
Para los niños, la concentración debe ser de 160 mg y 5 ml en la presentación líquida. Anteriormente, existía la concentración de 80 mg/0,8 ml, pero se ha descontinuado por recomendación de los organismos de salud.
¿Planta de acetaminofén?
En varias partes del mundo, específicamente en Latinoamérica, existe una planta llamada acetaminofén. A diferencia del fármaco, no posee las mismas propiedades analgésicas y antipiréticas, por lo que su uso está prohibido para generar ese efecto en algunas dolencias.
Está científicamente comprobado que el consumo de este ejemplar, conocido también como «boldo paraguayo», es sumamente tóxico para el organismo, debido a uno de sus componentes llamado ascaridol, el cual provoca sobreexcitación, calambres, reflejos exagerados y convulsiones.
Las únicas propiedades que se le atribuyen a esta planta son antiulcerosas, digestivas, hepatoprotectoras, diuréticas, sedantes y antioxidantes, por lo que no se le debe consumir en sustitución del medicamento acetaminofén.
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