Tener una piel grasa, es un problema que sobrepasa los límites de lo estético. Las personas con tendencia a la producción excesiva de sebo en el rostro, cuello, orejas y cuero cabelludo, son más propensas a desarrollar una condición ocular conocida como blefaritis, que se presenta como una inflamación en el borde de los párpados.
La blefaritis puede manifestarse también en individuos con meibomitis, caracterizada por la hinchazón de las glándulas meibomianas que promueven la formación de lágrimas, y se hallan en el borde parpedral, por debajo o por encima de las pestañas.
Asimismo, la blefaritis puede afectar a los pacientes de rosácea, una enfermedad cutánea que provoca la aparición de granos y enrojecimiento fisonómico. Hay quienes llegan a padecer de rosácea ocular, que ataca directamente la zona de los párpados.
La reproducción de bacterias en la dermis, los orzuelos, las reacciones alérgicas, la acumulación de ácaros en las pestañas y el chalazión, figuran también como causas probables de la blefaritis.
Síntomas de la blefaritis
La blefaritis es una de las patologías oculares más comunes. Algunas personas la muestran de forma eventual, como consecuencia de una condición de salud pasajera, pero otras manifiestan episodios recurrentes de blefaritis, incluso sin haber sido diagnosticados con la enfermedad. Buena parte de ellas solo sienten molestias leves, pero otros revelan variedad de síntomas entre los que se pueden mencionar:
- Lagrimeo constante e incontrolado.
- Picor, irritación e inflamación en el borde los párpados.
- Aparición de costras blancas o rosáceas alrededor de las pestañas.
- Ardor y/o resequedad en los ojos.
- Enrojecimiento crónico del área ocular.
- Impresión de presencia de cuerpos extraños en los ojos.
En los casos más severos, relacionados principalmente con la obstrucción por ácidos grasos en la superficie del ojo y la propagación de microbios que secretan sustancias irritantes, se crean costras que promueven infecciones y dolor intenso en el margen parpedral, y que pudieran generar reducción de la agudeza visual.
Tipos de blefaritis
Se conocen dos clasificaciones de blefaritis. Según la sintomatología y factores de riesgo, puede detectarse una blefaritis seborreica y otra escamosa. La primera se asocia con el acaparamiento de grasa y la difusión de bacterias por causa de esta. Genera enrojecimiento, inflamación, escamas y formación de una sustancia pegajosa en las pestañas. Es frecuente en sujetos con dermatitis seborreica. La blefaritis escamosa, por su parte, se vincula con la presencia de la bacteria Staphylococcus, que libera toxinas altamente irritantes que crean escamas y revestimientos sólidos en el borde de las pestañas. Los síntomas son similares a los anteriores, pero más penetrantes.
Considerando la ubicación, puede hablarse de una blefaritis anterior y otra posterior. La anterior recae básicamente en el área exterior del párpado, donde se ubican las pestañas. Como agentes causantes se hallan las infecciones virales y las bacterias. Si no se trata adecuadamente, puede voltear los párpados hacia adentro o hacia afuera e inclusive dañar la córnea.
La blefaritis posterior, es la que está relacionada con la alteración de las glándulas meibomianas que se localizan en la base de las pestañas. Quienes la presentan pueden desarrollar lagañas, lagrimas espumosas y crecimiento del borde de los párpados. Ha habido situaciones de blefaritis mixtas, donde se ve comprometido todo el ojo.
Diagnostico y tratamiento de la Blefaritis
Para el correcto diagnostico de la blefaritis se debe someter al paciente a un examen exhaustivo del ojo, en el que se examine minuciosamente el estado de los párpados y se indaguen los síntomas persistentes. Por lo general, el médico utiliza un microscopio y una lámpara de hendidura para visualizar el área y evaluar los residuos. En ciertas circunstancias, complementa el chequeo con una prueba de presión del ojo.
El tratamiento de la blefaritis recae básicamente en la higiene. La prevención es clave para el control de esta enfermedad, para la cual se pueden recetar fármacos que ayuden a disminuir la fuerza y recurrencia de los síntomas.
De este modo, cuando existe un diagnostico de blefaritis, se recomienda usar compresas de agua caliente que deben ser colocadas en los párpados, con los ojos cerrados durante varios segundos, para extraer las secreciones, ablandar las costras y aliviar la obstrucción, Es importante emplear toallas limpias y lavar las manos antes de manipular los implementos y la zona afectada.
De igual manera, se pueden enjuagar cuidadosamente los párpados con una esponja suave o un hisopo. La idea es humedecer con agua tibia y frotar con delicadeza durante 15 segundos. Esta acción puede repetirse varias veces al día para ir desinfectando los parpados.
Si hay infección, convendría aplicar (con recomendación del médico), una crema antibiótica que se debe colocar en la base de las pestañas antes de dormir. Es fundamental asear el área previamente. Cuando se evidencia resequedad, pueden funcionar los colirios, lágrimas artificiales o gotas antibióticas.
Cuidar la alimentación es indispensable. Estudios han determinado que la inestabilidad de los ácidos grasos omega en el organismo, podría estar asociada con la producción de toxinas por parte de las glándulas sebáceas. Si ese fuera el caso, consulte con el especialista.
Como regla básica, conviene mantener la higiene del rostro, el cuero cabelludo, el cuello y el cuerpo en general, especialmente si existe un diagnostico de dermatitis seborreica.
Especial atención deben tener quienes usan lentes de contacto blandos, los cuales deben obviarse durante el tratamiento.
Se sugiere además no abusar con la utilización de maquillaje y permanecer atentos a la fecha de caducidad de todos los productos que se aplican en el cutis y cerca de éste.
Con estas recomendaciones, las expectativas de control y tratamiento de la blefaritis con bastante elevadas.
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