El catarro es una de las afecciones más frecuentes. Interfiere con el ritmo de vida de muchas personas y hasta puede incapacitarlas momentáneamente si se presenta acompañado de fiebre, dolor muscular, resfríalo y otros síntomas. Generalmente benigna, esta infección puede aparecer por la actuación de diversos virus, pero el rinovirus suele ser el más común y conocido.
Se manifiesta principalmente durante la primavera, el verano y el otoño. Su forma de contagio más recurrente es el contacto con individuos infectados, pero también puede transmitirse por secreciones nasales o bucales.
Aproximadamente el 50% de los afectados por catarro ha estado expuesto al rinovirus, del cual existen más de 100 tipos diferentes. Sin embargo, otros como los picornavirus y los coronavirus pueden provocar la patología en las mismas épocas del año.
Cuando finalizan el otoño y el invierno, la mayor parte de los catarros aparecen por acción del virus de la gripe, conocido como orthomyxovirus. Es menos probable, aunque no imposible, que se dé por paramyxovirus o virus respiratorios sincitiales, que son microbios presentes en el medio ambiente.
No se debe confundir la gripe con el catarro. Los rinovirus no pueden producir una gripe, pero el virus de la gripe (virus influenza, orthomyxovirus) sí puede causar catarros de leves a severos.
Formas de contagio del Catarro
Existe una creencia popular de que los bruscos cambios de temperatura o la exposición al frío son los responsables del contagio de catarro, pero nada más lejano de la realidad. Estas circunstancias no son precisamente las causantes de que el sistema inmunitario se vuelve más vulnerable. Incluso, un deteriorado estado salud o la alimentación tampoco parecen tener influencia.
Algo sí es cierto. Si el paciente está cansado, en estado de ansiedad constante, tiene un historial clínico de alergias, sufre de asma o está menstruando (en el caso de las mujeres), es mucho más susceptible de desarrollar los síntomas del catarro.
Prevención
Muchos son los medios efectivos para prevenir el catarro cuando se está en el mismo ambiente que un enfermo, y para hacer que los molestares asociados no resulten tan intensos.
- Lavarse bien las manos con regularidad, especialmente tras estornudar.
- Usar pañuelos desechables y tirarlos en la basura inmediatamente.
- Utilizar desinfectantes en las zonas o áreas que hayan sido visitadas o manipulados por individuos con catarro.
- Cubrir la nariz al toser y al estornudar para no contagiar a las personas del entorno.
- Hacer lo posible por no permanecer en ambientes cerrados.
- Evitar el uso de tabaco.
- Protegerse del frío.
- Ingerir gran cantidad de líquidos para que las secreciones nasales sean más fluidas.
- Tratar de mantener las vías respiratorias húmedas. Tal vez sea necesario humidificar el ambiente y someterse a inhalaciones de vapor.
- Cuando se trata de niños pequeños, es muy útil realizar lavados de las fosas nasales con suero fisiológico.
- Tomar vitamina C.
- No permanecer en sitios donde haya acumulación de polvo u olores penetrantes.
sintomas y tratamiento el catarro
Si se padece catarro, pueden presentarse dos tipos de tos: la tos improductiva o seca y la tos productiva, que facilita la eliminación de mucosidad, por lo que no conviene suprimirla, a menos que resulte tan incómoda que interrumpa el sueño o las actividades cotidianas.
Para agilizar la salida del moco rápidamente, se puede recurrir a fármacos mucolíticos y expectorantes. Si la tos es seca y poco frecuente, conviene usar medicamentos antitusígenos que inhiban el reflejo de la tos.
Cuando hay fiebre, dolor y malestar general, se aconseja tomar paracetamol o ibuprofeno. No se deben ingerir antibióticos, ya que se trata de un virus y no de una enfermedad bacteriana.
Los descongestionantes nasales son apropiados porque favorecen la respiración, pero se deben emplear bajo estricto control médico. Pueden colocarse directamente en la nariz o por vía sistémica.
Existen dos variantes: Los descongestionantes nasales tópicos, que son menos efectivos a nivel sistémico y pueden provocar efecto rebote, y los sistémicos que actúan por más tiempo, produciendo menos irritación local, sin efectos secundarios. No obstante, a nivel sistémico pueden ocasionar un aumento de la presión arterial y de la glucosa.
Complicaciones
Las bacterias que forman parte de las vías respiratorias pueden aprovechar el momento de debilidad del sistema inmunitario durante el catarro y generar una infección adicional. Las infecciones en el oído medio, habitual en niños, y la sinusitis bacteriana, son algunas de ellas.
La infección del oído se da cuando los agentes patógenos se infiltran detrás del tímpano. Pasa frecuentemente durante los resfriados comunes. La sintomatología típica incluye dolor de oídos y, aunque no es común, la salida de un líquido verde o amarillo de la nariz. Asimismo, puede retornar la fiebre.
En niños con asma, un resfriado puede desencadenar sibilancias o sinusitis, que es la inflamación e infección de los sinus paranasales.
Otras infecciones secundarias pueden ser amigdalitis, neumonía y bronquiolitis, principalmente e infantes. De presentarse, es vital acudir al galeno de emergencia.
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