Fobías 27
Atazagorafobia
Hasta cierto punto es normal que en determinados momentos sintamos temor de que alguien cercano a nuestro entorno nos saque de sus recuerdos y nos deje de lado, pero cuando sobrepasa la barrera de lo racional y se convierte en pánico, puede ser signo de un problema denominado atazagorafobia. Aunque el término sea difícil de pronunciar, la esencia de esta conducta es muy simple de explicar. Se refiere básicamente al miedo a ser olvidado o ignorado, e incluso a olvidar.
Panofobia
El tema de las fobias parece no tener límites. Aunque los síntomas son similares en la mayoría de los casos, los detonantes son múltiples y, a veces, insólitos. Una de las más extrañas es la panofobia, caracterizada por el miedo irracional a todo. El término se deriva del griego “panto” que significa todos y phobos, que representa miedo.
Nosofobia
Existen numerosas patologías y trastornos psicológicos que aunque parezcan extraños, son más comunes de lo que se piensa. Tal es el caso de la nosofobia, una condición que se caracteriza por el miedo extremo a contraer enfermedades graves o incurables que terminen en la muerte. Entre esas afecciones se mencionan el cáncer, el Sida y las complicaciones cardíacas.
Tecnofobia
Las fobias son un miedo irracional hacia ciertas cosas, personas o situaciones. Existen muchas, pero particularmente la tecnofobia, se refiere al temor a la tecnología y el rechazo o antagonismo excesivo hacia los avances tecnológicos.
Eritrofobia
El miedo a sonrojarse es conocido como eritrofobia; un temor irracional e inexplicable que puede desencadenar graves episodios de desesperación u obsesión. Ese color rosa que suele enmarcar nuestras mejillas cuando nos sentimos atemorizados, avergonzados o enamorados, es una respuesta del sistema nervioso simpático que hace que los vasos sanguíneos se dilaten y la sangre suba rápidamente al rostro. Aunque es un proceso complejo en el que intervienen adrenalina, respiración y transmisores, no deja de ser una simple reacción fisiológica involuntaria que aparece y desaparece sin generar molestias ni daños. No obstante, hay quienes se aterran al pensar que ese signo natural, pero incontrolable, los pueda dejar en evidencia o convertirlos en centro de burlas o malos comentarios.
Monofobia
Hay quienes opinan que la soledad es su mejor compañía, que estar solos es el momento perfecto para encontrarse consigo mismos, reflexionar y buscar respuestas a las múltiples situaciones de la vida diaria. Sin embargo, existen personas que sienten miedo de quedarse solas, sin saber exactamente cuál es la razón de tan desagradable sensación. Nostalgia, desasosiego, desesperanza… Puede haber muchas causas, pero cuando se trata de un temor irracional y exagerado, probablemente sea consecuencia de la monofobia.
Xilofobia
Hay fobias que son muy, pero muy raras y que solo afectan a un reducido número de personas. Tal es el caso de la xilofobia, que es el miedo o repulsión excesiva hacia los objetos de madera. Entrar a un bosque, ver un árbol, un mueble, una cama, una mesa o una puerta de madera, puede provocar angustia y desesperación en quienes padecen este trastorno.
Necrofobia
Las fobias representan ese miedo irracional y sin sentido a determinados objetos o situaciones. La necrofobia, en particular, es el temor a todo lo relacionado con la muerte. Las personas afectadas con necrofobia experimentan ansiedad intensa, temblores, nauseas, sudoración y ataques de pánico cuando ven un cadáver, transitan cerca de un cementerio, asisten a una funeral o se encuentran con un automóvil fúnebre. Aunque el fallecimiento es un acontecimiento natural, cualquier hecho vinculado con esa circunstancia, les desata síntomas que son incontrolables.
Hemofobia
Aunque muchas personas podrían desmayarse o marearse por la impresión de ver a alguien herido y cubierto de sangre, se dice que existe un problema mayor cuando el miedo a la sangre es irracional y constante. Entonces, podríamos estar en presencia de una fobia denominada hemofobia.
Nictofobia
La nictofobia es el miedo injustificado e intenso que se tiene a la oscuridad, específicamente a la noche. Aunque es padecida comúnmente por los niños, también puede aparecer, en menor proporción, en adolescentes y adultos. Esta fobia es provocada por la percepción errónea del cerebro de lo que pudiera suceder cuando nos encontramos en un ambiente oscuro. Si bien es cierto que la oscuridad inspira temor, siendo uno de los miedos más habituales entre pequeños de dos a ocho años de edad, no puede confundirse con ese terror que suele producir la noche, y que lleva a los infantes a imaginarse situaciones en las que aparecen formas extrañas y temibles. (más…)