Existe un alto porcentaje de personas que no puede incluir gluten en su alimentación, porque sufren celiaquía o enfermedad celíaca. Esta patología denota una intolerancia permanente a las proteínas contenidas en el gluten, como las gliadinas, secalinas y hordeínas, presentes en muchos cereales, principalmente en el trigo, la avena, la cebada y el centeno.
La celiaquía es una condición específica del aparato digestivo, que se activa en sujetos genéticamente predispuestos. El consumo de gluten ocasiona una reducción del tamaño de las vellosidades intestinales, que son indispensables para absorber los nutrientes de los alimentos. Si no hay esta absorción, la consecuencia es una mala nutrición, que puede desencadenar la muerte.
Además de los factores genéticos, en la celiaquía intervienen factores ambientales asociados con la aparición de infecciones víricas en edades tempranas, la falta de lactancia materna, y el consumo de gluten o cereales en individuos susceptibles.
Algunos estudios han determinado que la ingesta de gluten antes de los cuatro meses de edad, es una de las causas frecuentes de celiaquía, así como la aparición de infecciones gastrointestinales durante la infancia, especialmente el rotavirus.
¿Qué síntomas presenta una persona celiaca?
Los pacientes con celiaquía pueden presentar variedad de síntomas y signos, y mostrarán serología, histología y test genéticos compatibles con la enfermedad. Entre las molestias más comunes se destacan diarrea, dolor abdominal, indigestión, distensión estomacal por gases, vómito y pérdida de peso.
A nivel psicológico y emocional, el individuo demuestra cambios de carácter, irritabilidad y depresión.
En los niños de pocos meses de nacidos, se observan los síntomas al poco tiempo de empezar a ser alimentados con cereales, debido a la mala absorción de los mismos. Lo primero en aparecer es la diarrea crónica y constante, mediante la cual se pierden las proteínas ingeridas. Luego van desarrollando dolores, distensión estomacal y tristeza.
Al transcurrir el tiempo, es evidente un retraso ponderoestatural y la aparición de anemia ferropénica. Este proceso suele ocurrir sin que los padres sepan el origen, hasta que se realizan los análisis pertinentes y se diagnostica la intolerancia al gluten o celiaquía.
En los adolescentes, aun cuando la enfermedad suele ser asintomática, pueden haber ulceras o llaguitas dolorosas y abiertas adentro de la boca, inflamación en las articulaciones, debilidad muscular, talla baja y estreñimiento. Las mujeres, además de todo esto, presentan menarquía retrasada e irregularidades menstruales.
En los adultos ocurre el síndrome de intestino irritable con dolores óseos y articulares, y las mujeres completan el cuadro con infertilidad y abortos recurrentes.
¿Cuántos tipos de celiaquía existen?
Los tipos más comunes de celiaquía reseñados por los especialistas son:
- Enfermedad celiaca sintomática: los pacientes presentan todos los síntomas característicos de la enfermedad.
- Enfermedad celiaca subclínica: las pruebas diagnósticas son las que determinan la presencia de la enfermedad, pero el paciente no manifiesta ni síntomas, ni signos.
- Enfermedad celiaca latente: la tienen las personas genéticamente predispuestas que, aun consumiendo gluten, no presentan síntomas, y su mucosa intestinal inicialmente es normal.
- Enfermedad celiaca potencial: quienes la sufren no han tenido una biopsia compatible con la enfermedad, pero poseen una predisposición genética determinada.
¿Cómo se diagnostica la celiaquía?
Un diagnóstico seguro de la enfermedad celíaca solo se obtiene mediante una biopsia intestinal. Aun cuando se realicen cuidadosos exámenes clínicos y una analítica de sangre que incluya los marcadores serológicos (antigliadina, antiendomisio y antitransglutaminasa tisular), es indispensable realizar la biopsia.
¿Cuál es el tratamiento recomendado?
El tratamiento más importante es el cumplimiento de una dieta estricta sin gluten durante toda la vida, que permita recuperar las vellosidades intestinales y mejorar el estado nutricional.
Entre los alimentos recomendados están los naturales como legumbres, carnes, pescados, mariscos, huevos, frutas, verduras, hortalizas y cereales sin gluten como arroz y maíz.
Otros alimentos que no contienen gluten son la leche y los derivados lácteos como queso, mantequilla, requesón, nata; soja, azúcar, aceite, manzanilla, café y té natural (no instantáneos).
Los productos que deben eliminarse son el pan y otros que contengan harina de trigo, así como pasta, pizza, procesados, enlatados, sémola, cebada, centeno, avena, alimentos malteados, galletas y pastelería en general.
Al inicio del tratamiento en los niños, se sugiere suprimir completamente la lactosa.
Es pertinente destacar que la suspensión de alimentos sin gluten restablece la atrofia intestinal, pero no cura la enfermedad.
En relación a los fármacos, se afirma que no existe en la actualidad ningún tratamiento curativo para la celiaquía, no obstante se trata de una patología con buen pronóstico en general. Suplementos vitamínicos y de hierro suelen acompañar a la dieta, debido a la deficiencia de este mineral y a las anemias causadas. Se cuenta también el calcio, pero se estima su uso en situaciones de deterioro nutricional importante.
¿hay otras enfermedades asociadas a la celiaquía?
Hay algunas enfermedades que pueden manifestarse antes o después de la celiaquía, y que están relacionadas. Se mencionan la dermatitis herpetiforme, que conlleva la formación de lesiones vesiculares pruriginosas en la piel, cabeza, codos y rodillas, la diabetes mellitus tipo 1, las enfermedades tiroideas, tanto en niños como en adultos, y la enfermedad hepática, siendo el aumento de transaminasas un signo habitual en los celíacos,
Es fundamental que los diagnosticados con celiaquía cumplan estrictamente el tratamiento dietético, pues la transgresión del mismo conlleva un riesgo de afecciones neoplásicas del tracto digestivo, como carcinomas esofágicos y faríngeos.
Deja un comentario