A pesar de existir componentes genéticos y hormonales asociados a la aparición de celulitis, la mayoría de los diagnósticos se vinculan con la mala alimentación, la ingesta de alcohol y tabaco, el estrés, el sedentarismo y otros malos hábitos. En casos severos puede haber dolor, inflamación e infección, pero más que una enfermedad, la celulitis es un problema estético que afecta los tejidos celulares, provocando alteraciones en la estructura de la piel. Hay estimaciones de que ataca al 90% de las mujeres por lo que es hora de ver cómo quitar la celulitis
¿Cómo se produce la celulitis?
La celulitis se presenta en la hipodermis, la capa más profunda de la piel, en la que se congregan buena parte de las células y las grasas que controlan la temperatura del cuerpo, y mitigan el impacto de los agentes externos. El inconveniente surge cuando los adipocitos no se queman o se expulsan correctamente, produciendo un incremento de la talla corporal que, a su vez, genera el agrandamiento de las células grasas que, en un intento por “acomodarse”, “empujan” la piel causando la formación de turgencias o nódulos, que se observan desde la epidermis. La textura y apariencia es tan similar a la de una piel de naranja, que se ha bautizado a la celulitis con ese nombre.
¿A quién y cómo afecta?
La celulitis no es un trastorno relacionado exclusivamente con la obesidad, pues hay personas flacas que pueden desarrollarla. La falta de ejercicios, el excesivo consumo de calorías, sodio y grasas, la poca liberación de toxinas, la ropa ajustada, el uso de tacones, los altos índices de estrógenos y otros desórdenes hormonales, originan fallas circulatorias y cambios en el tejido fibroso, que terminan ocasionando celulitis.
El proceso se da en cinco etapas. En la primera se produce una vasodilatación causada por la microcirculación venosa y linfática. Esa alteración del diámetro de los vasos venosos y linfáticos hace que comience a desprenderse un líquido que toma una consistencia densa e interfiere en el intercambio de nutrientes entre grasas y vasos.
Posteriormente, empiezan a crecer las células grasas y a desencadenarse una fibrosis o especie de red que las encierra junto con los vasos venosos y linfáticos, causando una presión sobre las terminaciones nerviosas que crea dolor. Todo esto, conlleva a la última fase de la celulitis, que no es más que la formación de los grandes bultos que brotan al exterior, otorgando una aspereza y un semblante muy desagradable a la piel.
Aunque no es habitual, en todo este círculo pueden surgir calambres, sensación de frialdad en los pies, acumulación de líquido en los tobillos, pesadez en las piernas, moretones y varices.
Tipos de celulitis
Si bien es cierto que la celulitis no es considerada una patología por sí misma, su tratamiento no debe hacerse esperar. Hay situaciones que avanzan tan vertiginosamente, que se hacen imposibles de controlar. Métodos hay muchos, pero antes de seleccionar, es importante determinar qué tipo de celulitis se ha estado “alojando” en la piel.
Los individuos obesos y con una alimentación inadecuada, pueden tener celulitis desde el inicio de la pubertad. Se le llama celulitis general y es una de las más peligrosas porque se extiende hacia las caderas, nalgas, muslos, abdomen y piernas.
Cuando hay dolores agudos el panorama se complica. En este caso se podría estar hablando de una celulitis localizada, que suele comenzar entre los 16 y 20 años de edad o después de los 35. Se posiciona en una o varias áreas a la vez (brazos, nalgas, abdomen, axilas o en la parte inferior de la espalda).
Según la consistencia, puede haber una celulitis blanda, que se caracteriza por el aspecto flácido y gelatinoso que da a la piel. Tiende a notarse en personas que no se ejercitan o que lo hacían con esmero y lo dejaron de hacer. Es delicada porque desemboca en síntomas físicos como mareo, insomnio, fatiga y retención de líquido.
La más común es la celulitis edematosa, que se hace evidente en personas de todas las edades. No solo genera acumulación de líquido, sino que también provoca inflamación y una fuerte tendencia a engordar y a la pérdida total de la figura.
Todas estas pueden desaparecer con la técnica adecuada y un tratamiento oportuno, pero una de las más fuertes de mitigar es la celulitis dura, que se tiende a crear en deportistas que tienen deficiencia de nutrientes o de oxigeno. Como la piel es firme, hay que pellizcar para notarla, pero frecuentemente se mezcla con varices y estrías, que hace que sea más visible. De no enfrentarse oportunamente, puede permanecer para siempre, especialmente en los muslos y por detrás de las rodillas.
Tratamiento, veamos Cómo quitar la celulitis
Un buen tratamiento para la celulitis debe estar enfocado en cuatro aspectos esenciales: alimentación, ejercicio, masajes y cremas. A partir de allí, cualquier método adicional vendrá a reforzar el resultado de estos componentes. Basados en este planteamiento, ofrecemos las siguientes recomendaciones.
- Regular el consumo de sal, beber de uno a 2 litros de agua al día, y evitar la ingesta de embutidos, grasas y comida chatarra. Cereales, vegetales, frutas, hortalizas y legumbres deben estar presentes en la dieta. También se debe optar por el té verde y por los alimentos ricos en vitamina C que promuevan la liberación de toxinas.
- Realizar ejercicios ayudará a contrarrestar los problemas circulatorios que causan celulitis. Las sentadillas, son una excelente arma contra ella.
- A mano o con ayuda de equipos de avanzada, conviene masajear la zona afectada con celulitis para favorecer la circulación y disolver los nódulos de grasa. Para que funcionen deben ser movimientos circulares realizados con los nudillos o con la punta de los dedos. Si se quiere algo más moderno, se puede recurrir al ultrasonido. Dependiendo de las características de la celulitis, se puede usar la mesoterapia, que consiste en la inyección de sustancias que ayudan a destruir los adipocitos que luego serán expulsados por las haces o la orina, o la radiofrecuencia, para la cual se aplica una energía que favorece la producción de colágeno que reduce la flacidez. Existen infinidad de técnicas como vacumterapia, presoterapia y carboxiterapia, entre otras, pero convendría buscar la asesoría de personal calificado para seleccionar la que mejor convenga.
- La exfoliación y la posterior aplicación de cremas o mascarillas anticelulíticas es vital para hidratar y tonificar la piel. Esto debe hacerse desde temprana edad, aunque exista o no una tendencia al desarrollo de celulitis. Lo ideal es hacerlo por lo menos tres veces a la semana, acompañado de un masaje ascendente, de abajo hacia arriba, durante 20 o 30 minutos. Se pueden elegir aquellas que contengan aloe vera, agua termal, retinol, colágeno, ginco biloba, centella asiática, vitamina E, L-carnitina, cafeína o camilina.
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