La conjuntivitis es una enfermedad que se caracteriza por la inflamación de la conjuntiva, es decir, de la membrana que recubre los párpados y la esclerótica del ojo. En la mayoría de los casos, se debe a virus, alergias, o bacterias.
Pese a que regularmente esta condición puede durar algunos días o semanas, existen situaciones extremas en las cuales puede extenderse por meses o años.
En diagnósticos leves, la conjuntivitis surge como consecuencia de reacciones alérgicas al moho, polvo, polen o caspa animal. También por irritación producida por el humo o el viento, o por un resfriado común o un brote de sarampión.
Otros factores pueden incidir, entre ellos la irradiación de las lámparas solares, la luz ultravioleta de las soldaduras eléctricas de arco o la intensa luz solar que se refleja en la nieve.
En los casos más complejos, la conjuntivitis suele generarse cuando el párpado se tuerce hacia adentro (entropión) o hacia afuera (ectropión), o por problemas en los conductos lagrimales, exposición a sustancias irritantes, sensibilidad a ciertos químicos o infecciones generadas por una bacteria en especial, generalmente la clamidia.
La conjuntivitis puede contagiarse de una persona a otra, o por el contacto con toallas o manos infectadas.
TIPOS DE CONJUNTIVITIS
Existen varios tipos de conjuntivitis. Una de ellas es la bacteriana, provocada generalmente por infecciones que hacen que los ojos se enrojezcan y produzcan lagrimeo de color amarillento o verdoso. Además de esto, pueden presentarse otros síntomas como mucosidad o congestión nasal.
Igualmente, puede desatar la producción de una secreción abundante y amarillenta, o la conformación de papilas en la conjuntiva palpebral. Este tipo de afección suele ser muy contagiosa, pero puede curarse entre siete y diez días si se sigue un tratamiento con antibióticos tópicos o higiene ocular.
Las conjuntivitis víricas, por otra parte, se presentan con más frecuencia y son producidas por adenovirus. Generalmente causan menos legañas, pero sí una sensación dolorosa en la córnea. Comúnmente se cura por sí sola, aunque para acelerar la sanación, suelen recetarse anti inflamatorios, y se recomiendan lavados frecuentes.
Las conjuntivitis alérgicas, en tanto, son estacionales. Originan mucha picazón y legañas acuosas. Suele asociarse con la sinusitis.
La conjuntivitis por cuerpo extraño se debe al uso incorrecto de lentes de contacto, o por su falta de desinfección, que ocasiona la incubación de microbios.
Por último, existen las de tipo traumática, las cuales se presentan por golpes o arañazos que agudizan las infecciones conjuntivales. Las molestias comunes son fotofobia, enrojecimiento y lagrimeo, así como también inflamación de los ganglios, legañas matutinas y prurito. Esta suele durar entre una y tres semanas.
SÍNTOMAS GENERALES
Una persona puede saber que sufre de conjuntivitis de manera sencilla, ya que las manifestaciones son obvias. El ojo comienza a tornarse rojo y se incrementa la cantidad de lagrimeo. Estas situaciones van acompañadas de ardor, y de una desagradable sensación de poseer un cuerpo extraño dentro del ojo.
También puede sospechar que tiene conjuntivitis si comienza a padecer una gran sensibilidad a la luz, que amerite la utilización de lentes oscuros para protegerse del sol. Si la infección sea bacteriana, del ojo se desprenderán mucosas de color verde o amarillas, generalmente durante las horas nocturnas, que pueden hacer que se peguen las pestañas.
Al ser la conjuntivitis una patología contagiosa, es necesario tomar prevenciones. La más importante es lavarse siempre las manos con jabón antibacterial o antiséptico, y usar toallas de papel para secarse.
De igual manera, se debe limpiar de forma suave los fluidos que emanen de los ojos. Cuando sienta incomodidad o picazón, lo ideal es colocar compresas de agua tibia o fría para calmar esa sensación. La infusión de manzanilla es muy efectiva.
También se debe evitar el maquillaje y los lentes de contacto.
Lo mejor para disminuir los riesgos es acudir inmediatamente a un especialista, para que éste administre un tratamiento a base de pomadas antibacterianas, colirios antibióticos u otro tipo de fármacos, dependiendo de la gravead y la condición del paciente.
TRATAMIENTO de la Conjuntivitis
El tratamiento dependerá del tipo de conjuntivitis que se tenga, sea bacteriana, alérgica u otra.
Como mencionamos anteriormente, lo primordial es que la persona se asee los ojos regularmente, se quite las secreciones con un paño lavado con agua hervida o con suero fisiológico estéril. Las compresas recién sacadas de la nevera también pueden ser muy útiles, al igual que los analgésicos.
Asimismo, se recomienda aplicar colirio, gel antibiótico o pomada si los signos son muy agudos.
En el caso de la conjuntivitis alérgica, la forma más efectiva de curarla es con la aplicación de gotas oftalmológicas con corticosteroides. Éstas nunca deben emplearse si el individuo ha adquirido la infección por herpes, ya que suelen empeorar la situación.
Generalmente, el tratamiento suele durar una semana. Entre cuatro y seis veces al día se deben administrar las gotas. En el caso de la pomada, debe administrarse entre dos o tres veces diarias. No obstante, la última palabra siempre la tendrá el médico.
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