Dejar de fumar no es una decisión fácil. Requiere de mucho esfuerzo, sacrificio, dedicación y motivación, pero los beneficios valen la pena. La persona que lo logre, sumará años a su vida.
Combinar estrategias para mantenerse confiado y enfocado, es vital para dejar de fumar. Igualmente, hay que informarse a profundidad sobre las dificultades que se presentarán en el camino, y las formas de superarlas.
Dejar de fumar paso a paso
Para dejar de fumar hay que seguir una serie de pasos. El primero es seleccionar una fecha para iniciar el proceso. Se debe evitar escoger un día de estrés, agobio o actividad tentadora, como una salida con amistades.
Marcar en el calendario el momento en el cual se prevé dejar de fumar también funciona. Se debe ver todos los días e incluso compartir la información con familiares y amigos para que ellos pueden ayudar a cumplir la misión.
El siguiente impulso consiste en eliminar los recordatorios del cigarro, tales como fósforos, encendedores, ceniceros y, lógicamente, los cigarrillos. Es fundamental limpiar profundamente la casa, el vehículo, la cartera y cualquier lugar donde pueda haber cigarros. Incluso el olor puede despertar las ganas de fumar.
Hacer una lista de los beneficios y las razones por las cuales se quiere dejar de fumar es esencial.
También se debe identificar los desencadenantes o razones que incitan a fumar. Aquí entran personas, sentimientos o actividades. Posiblemente sea necesario alejarlas, prescindir de ellas o realizar cambios al respecto.
Recomendaciones y consejos para dejar de fumar
Una vez que se comience con el proceso, es recomendable establecer algunas recompensas por los objetivos alcanzados. Por ejemplo, para las primeras horas, semanas o meses. Una salida, un viaje o una compra (como una pieza de ropa, o calzado) pueden ser buenos incentivos.
Buscar tareas, acciones o actividades que obliguen a pensar menos en fumar: mantener la boca y las manos ocupadas, sujetar un lapicero, una pelota anti estrés, colocarse un palillo en la boca, comer vegetales, zanahorias o manzana como merienda, así como masticar chicles sin azúcar, beber mucho líquido o realizar rompecabezas.
Practicar nuevas formas de relajación: respirar profundamente y aguantar la respiración por cinco segundos y exhalar lentamente por la boca es útil. También leer un libro, escuchar música o hacer yoga.
Hacer ejercicio es positivo. Mover el cuerpo puede colaborar para reducir los deseos. Movimientos sencillos como bajar y subir las escaleras, trotar, hacer sentadillas, montar bicicleta o caminar son excelentes alternativas.
Evitar la tentación: no pasar tanto tiempo con personas que fuman, no asistir a fiestas o bares por un tiempo.
Beneficios de Dejar de fumar
Lo mejor de dejar de fumar son los beneficios que se obtendrán. Mientras más temprano se haga, más se reducirán las posibilidades de morir por cáncer o alguna otra enfermedad relacionada con el cigarrillo.
A los 20 minutos de dejar de fumar se comienzan a notar los cambios, pues disminuye la presión arterial. Al cabo de varias horas se normalizará el monóxido de carbono en la sangre, se optimará la función y circulación pulmonar, y se reducirá la tos y el riesgo de infecciones o patologías respiratorias. A los tres meses los pulmones funcionarán mejor y al año la posibilidad de padecer una enfermedad coronaria, se reducirá a la mitad.
Dejar de fumar activa el olfato y el gusto, así como el olor de la ropa y el pelo. Se podrán subir escaleras y caminar sin cansarse con facilidad, y mejorará el aspecto y salud de la piel.
La ganancia de dejar de fumar es mucha. Quien lo haga entre los 35 y 39 años, estará agregando entre 6 y nueve años a su calendario de vida.
Contra la abstinencia
La nicotina es la sustancia más adictiva del cigarrillo. Cerca del 80% de las personas que fuman son adictos a ella. Esta droga afecta varias partes del cuerpo, entre ellas, el cerebro.
Al dejar de fumar, el organismo tiene que acostumbrarse a no poseer nicotina, y durante ese proceso se suelen presentar los síntomas de abstinencia: problemas para dormir, aumento de peso o del apetito, mal humor, irritabilidad, ánimo irascible, dificultad para concentrarse y para pensar con claridad, nerviosismo, sensación de inquietud, tristeza, sudoración, agitación, depresión, angustia, estrés, desánimo, y disminución de la frecuencia cardíaca.
Es probable que se necesite consumir algunos medicamentos para lograr superar estos problemas, y para dejar de fumar con mayor facilidad. Los médicos ofrecen parches, chicles, caramelos de nicotina, aerosoles e inhaladores, los cuales funcionan como reemplazo de la nicotina.
La paciencia es la clave. El cuerpo puede tardar en acostumbrarse a ellos. Si en el trance se tiene un desliz y se fuma algún cigarrillo, no se debe renunciar al plan para dejar de fumar.
Otro medicamento que puede servir para dejar de fumar es bupropión, que no tiene nicotina. Ayuda a calmar la necesidad de fumar y los síntomas de abstinencia. Sin embargo, su consumo puede conducir a algunos efectos secundarios como dificultades para dormir, y resequedad en la boca.
Las pastillas de vareniclina son recomendadas, ya que bloquean los efectos de la nicotina. Algunas contradicciones son: problemas gástricos, náuseas y vómitos, así como cambios en los estados de ánimo y sueños vívidos.
El acompañamiento familiar es profesional. Asistir a un grupo de apoyo tal vez pueda ayudar a mantener el norte hacia el objetivo de dejar de fumar.
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