Es común oír hablar del dengue porque un alto porcentaje de la población mundial lo ha padecido. El dengue es una infección perteneciente al grupo de los arborvirus, es decir, que es transmitida por artrópodos como los zancudos Aedes Aegypti y Aedes Albopictus, que estén infectados con el virus. Es la arborvirosis más importante encontrada en el ser humano en términos de morbilidad y mortalidad.
Se han logrado distinguir cuatro serotipos del virus del dengue: DEN-1, DEN-2, DEN-3 y DEN-4. Cuando una persona se contagia con cualquiera de ellos, desarrolla el dengue clásico y no lo sufrirá nuevamente, pero sigue propenso a padecer cualquiera de los otros serotipos. Si llegase a contraerlo, corre el peligro de presentar dengue hemorrágico, que puede ser mortal. Por eso, se ha popularizado la sentencia de que la primera vez golpea pero la segunda vez mata”.
¿Cuándo surgió el dengue?
La información más antigua que se tiene sobre una epidemia de dengue es de los años 1.779 y 1.780, en Asia, África y América del norte. En 1.906, se confirma que el mosquito Aedes es el transmisor, y para el año 1.907 el dengue ya era considerada la segunda enfermedad, después de la fiebre amarilla, causada por un virus.
Diferentes serotipos han aparecido y transformado esta patología en algo preocupante en nuestro tiempo, por lo irremediable y mortal que puede resultar la fiebre hemorrágica, la cual ha llegado a ser la mayor causa de mortalidad infantil en el Pacífico y parte de América.
Fue reconocida en América central y Sudamérica en 1.981, en pacientes con el serotipo DENV-2, y que anteriormente habían padecido el serotipo DENV-1.
Después del paludismo, es la segunda enfermedad más habitual causada por la picadura del mosquito, que afecta al ser humano. Se estima que actualmente hay aproximadamente 40 millones de casos de dengue, y cada año se presentan cientos de miles del dengue hemorrágico.
¿Cuáles son los síntomas del Dengue?
Se conocen dos tipos de dengue: el clásico y el hemorrágico, con diversa sintomatología.
- Dengue clásico: Se presenta con un cuadro de fiebre alta, seguido de fuertes dolores de cabeza, enrojecimiento, dolor en los ojos, fatiga y dolores musculares, óseos y articulares. Otro síntoma que se presenta al tercer día de fiebre son manchas rojas y picazón en el tórax y las extremidades, las cuales duran poco tiempo.
Ciertos pacientes presentan sangrado por la nariz y las encías, lo que no necesariamente es un diagnóstico de dengue hemorrágico. Otros signos frecuentes como vómitos, diarrea, tos y congestión nasal pueden ocasionar confusión con otras virosis. Este virus dura entre 5 y 7 días, desapareciendo sin dejar secuelas.
- Dengue hemorrágico: Es la expresión más peligrosa de la enfermedad, que se manifiesta con síntomas similares al clásico, pero de mayor intensidad, y temperaturas más elevadas y duraderas, de 5 a 8 días. Persisten las náuseas y vómitos, disminuyen las plaquetas y se inflaman los vasos sanguíneos, por lo que los pacientes tienden a presentar sangrado de encías, hemorragia nasal y sangrado interno porque las fibras capilares se vuelven más permeables. Aunque los sangrados, como ya se mencionó, no determinan la existencia del dengue hemorrágico, lo mejor es recurrir al médico para ser evaluado pues se desarrolla en horas. Otro síntoma común son los dolores abdominales.
¿Qué tratamiento debe aplicarse?
No se conoce la cura o un tratamiento que erradique el virus del cuerpo, se continúan efectuando las investigaciones pertinentes. Tampoco existe ninguna vacuna para prevenir el dengue, solo estudios y experimentos que prometen la pronta invención de una.
Entre las medicinas recomendadas para aliviar los síntomas están: Acetaminofén, y tés de líquidos y electrolitos, que frenan la deshidratación originada por los vómitos y la diarrea. Para calmar el dolor y disminuir la fiebre, las más recomendables son Dipiorona y Paracetamol. Es conveniente guardar reposo para una rápida mejoría.
Es importante saber que no debe medicarse ibuprofeno ni ácido acetilsalicílico (aspirina) por ser un medicamento que disminuye las plaquetas, y los contagiados ya presentan tendencias hemorrágicas y un número reducido de plaquetas.
Un logro importante es una prueba para detectarlo, la Assure IgA Teste Rápido, técnica serológica de los anticuerpos IgA, presentes en la sangre desde el primer día con dengue. El resultado está listo en 20 minutos y es capaz de identificar los 4 serotipos del virus. Los usados antiguamente, necesitaban de 4 a 5 días para tener un resultado, lapso en el cual la enfermedad había curado o empeorado.
¿Cómo prevenimos el dengue?
La medida más importante es combatir el mosquito Aedes Aegypti, sus larvas y huevos. Por eso, es fundamental evitar recipientes al aire libre que almacenen agua, como: latas, neumáticos, tobos, botellas, y otros. Deben efectuarse operativos de fumigación permanentemente, mantener tapados los envases con agua, usar ropa que cubra la mayor parte del cuerpo, aplicar repelentes y hacer campañas informativas.
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