Muchos son los síntomas que experimenta un paciente que padece de cáncer y entre los más comunes está el derrame pleural. Esta anormal acumulación de líquido entre los pulmones y la pared torácica, afecta a un 50% de las personas que luchan contra esta grave enfermedad.
Entre los tipos de cáncer que más originan esta afección podemos destacar los linfomas, el cáncer de mama, de pulmón y de ovarios. Generalmente, se considera una señal de metástasis o de que la patología se ha esparcido a otras partes del organismo. Esta complicación también es conocida como derrame pleural maligno y aunque puede ser tratada, es potencialmente mortal.
Cada síntoma asociado a un derrame pleural depende de la cantidad de líquido acumulada entre los pulmones y la pared torácica y, especialmente, del padecimiento base. Los derrames pleurales pueden aparecer por trastornos físicos muy diferentes, que no necesariamente están ligados a los pulmones o a los tumores cancerosos. También pueden surgir por enfermedades cardiacas, renales, hepáticas o reumáticas.
Uno de los aspectos más importantes al tratar esta condición es disminuir los efectos secundarios, para lo cual se requieren de ciertos cuidados paliativos. Por ello, es necesario que el paciente le comunique al personal médico que le atiende si sufre dificultad para respirar, tos seca, fiebre, hipo, dolor torácico agudo que empeora con la tos, presión en el pecho, incomodidad para permanecer acostado o hacer ejercicio, y sensación de malestar general.
Diagnóstico adecuado del Derrame pleural
Lo primordial ante la sospecha de un derrame pleural es realizarse una revisión física para confirmar el diagnóstico. El médico examinará sobre todo las vías respiratorias, la superficie del cuerpo y el tórax. Una percusión suave y una disminución de los ruidos de la respiración pueden ser los primeros indicios de que un derrame pleural está en curso.
Además de la auscultación, que el especialista realizará con el estetoscopio, otras pruebas son necesarias para descartar esta situación de riesgo, puesto que dar con el lugar exacto en el que se está desarrollando es fundamental para planificar el tratamiento a seguir:
- Radiografía de tórax, que consiste en una imagen del interior del cuerpo, que muestra la acumulación de líquido.
- Exámenes de sangre para la función renal y hepática.
- Tomografía computarizada, también denominada tomografía axial computarizada, que consiste en una prueba por imágenes, que crea una imagen tridimensional del interior del cuerpo con un equipo de radiografía.
- Ecografía del tórax y del corazón: Una prueba por imágenes que utiliza ondas de sonido para crear una imagen del interior del cuerpo.
- Toracentesis, que implica la extracción con una aguja y el análisis del líquido presente en la cavidad pleural, para buscar bacterias, células cancerosas y medir el nivel de proteína.
tratamiento del derrame pleural
El tratamiento más utilizado para frenar el desarrollo de un derrame pleural, es drenar el líquido maligno. Para lograrlo existen múltiples procedimientos, que se detallan a continuación:
- Toracentesis, también indicada cuando se realiza el diagnóstico.
- Toracotomía cerrada, en la que se emplea una sonda, que es introducida en el tórax durante 24 horas para drenar el líquido. A esto generalmente le sigue una pleurodesis, que es un proceso en el que se usan sustancias como el talco para intentar que el borde del pulmón se adhiera a la pared torácica, con la intención de disminuir las probabilidades de que el líquido regrese.
- Colocación de una pequeña sonda, denominada catéter r(en inglés), que se coloca temporalmente en el espacio pleural y que permite que tanto el paciente como un familiar drenen el líquido en un frasco según sea necesario o como sea indicado por el médico.
- Inserción de una derivación, que es un dispositivo para desviar el líquido de un lugar a otro en el que sea más sencillo drenar el exceso.
- Tratamiento contra el cáncer con quimioterapia, utilizado para evitar que el derrame regrese.
Debe tomar en cuenta que bajo ninguna circunstancia debe realizar estos tratamientos sin la ayuda de un profesional de salud. Sólo deben ser practicados en un hospital o en una clínica.
Posibles complicaciones
Las dificultades que se presentan tras realizar un procedimiento de drenaje de líquido pleural van desde daño pulmonar hasta una infección. En particular, un acceso llamado empiema, el cual también requeriría ser drenado a través de una sonda.
Asimismo, debe contactar a un doctor si tras la toraconcentesis presenta insuficiencia respiratoria inmediatamente después de realizársela.
Expectativas de vida ante un derrame pleural
Ante un derrame pleural el desenlace clínico depende de la enfermedad que posee el individuo. Dado que esta condición suele ser más una consecuencia, es muy difícil prevenirla. En caso de sentir dolores relacionados con la respiración, se recomienda acudir al médico tan rápido como sea posible. Con un diagnóstico y un tratamiento a tiempo puede evitarse la compleja evolución de esta alteración.
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