La diarrea es el incremento de la cantidad de evacuaciones, las cuales muestran una pérdida notable de consistencia, tornándose blandas y acuosas. Se dice que hay diarrea cuando se producen más de tres deyecciones al día. En ocasiones pueden contener moco, pus, sangre y alimentos no digeridos.
Por lo general, la diarrea dura muy poco tiempo, uno o dos días, y suele desaparecer por sí sola, aunque también puede ser detenida con medicamentos. Sin embargo, algunas veces puede extenderse por varias semanas y ameritar un tratamiento especial. En esos casos, suele aparecer como síntoma de alguna enfermedad.
Incidencia
La diarrea es un problema bastante común y puede afectar a personas de cualquier edad. En la población adulta, se puede presentar por lo menos una vez al año, mientras que en los niños puede darse dos o más veces por año. Los especialistas recomiendan vigilar de cerca a los infantes y bebés que sufren de diarrea continua, ya que esta condición puede desencadenar cuadros graves de deshidratación y serias patologías.
Además del aumento en la cantidad de evacuaciones, otros síntomas se manifiestan cuando hay diarrea, entre ellos necesidad urgente de ir al baño, dolor o calambres en el abdomen, pérdida del control intestinal, así como escalofríos, fiebre y presencia de sangre en las heces si la diarrea es ocasionada por efecto de una bacteria o virus.
Causas de la diarrea
Las causas más frecuentes de la diarrea son: contaminación por bacterias o parásitos en agua o alimentos, gripe y rotavirus.
Algunos medicamentos contra el cáncer, antibióticos o antiácidos que contengan magnesio, también pueden ocasionarla.
Otros factores que influyen son las enfermedades estomacales, del intestino delgado o del colon, como la enfermedad de Crohn o el síndrome del intestino irritable.
Además, puede darse por la sensibilidad o intolerancia a ciertas comidas o productos como la lactosa.
En ocasiones, los individuos que se someten a una cirugía del estómago pueden presentar diarrea, debido a que este tipo de operaciones hacen que los alimentos se muevan de manera más rápida en el sistema digestivo.
Tratamiento de la Diarrea
Como se mencionó anteriormente, la diarrea puede ocasionar deshidratación por el déficit de líquidos que altera las funciones normales del organismo. Esto puede ser grave, especialmente en los niños, pacientes con sistemas inmunitarios débiles o adultos mayores.
Por lo general, lo que se busca con el tratamiento de la diarrea es reponer los electrolitos y los fluidos que se perdieron por las evacuaciones, para así evitar que se presente una deshidratación. La misma suele manifestar tras una diarrea de más de dos días, con fiebre mayor a 38,8 grados centígrados, dolor intenso en el recto o el abdomen, heces alquitranadas y negras.
No obstante, dependiendo del detonante, es posible que la persona deba consumir algunos medicamentos para combatir la infección o la patología que pudiera estarla ocasionando.
Se recomienda ingerir abundante agua, al igual que bebidas deportivas, gaseosas sin cafeína, jugos de frutas y caldos salados. A medida que los síntomas mejoren, se pueden incorporar alimentos blandos y suaves.
En el caso de los niños, puede recetarse una solución de rehidratación oral, para reponer los electrolitos y los líquidos perdidos.
remedios caseros
Además del consumo de agua, otros remedios caseros incluyen el consumo de papa, puesto que se trata de un alimento rico en almidón que frena las deyecciones. Se sugiere consumirlas hervidas para aliviar el malestar estomacal, y recuperar los nutrientes. Se puede optar también por un puré espeso, más no por papas fritas, ya que podrían empeorar la situación.
El té de cáscara de naranja también es efectivo si se toma dos o tres veces al día. Para hacerlo, debe lavarse muy bien la fruta para eliminar rastros de plaguicidas, quitar la cáscara, cortarla en pedazos, colocarla en agua hirviendo y dejarla reposar. Una vez que se enfríe, se puede añadir azúcar o miel para endulzar.
La manzanilla es otra alternativa muy buena, ya que cuenta con propiedades antiespasmódicas.
Prevención de la diarrea
Es posible evitar dos tipos de diarreas: la ocasionada por rotavirus y la del viajero. En este último caso, la persona que se encuentre visitando países subdesarrollados, deben tener cuidado con el agua que consumen. Lo ideal es que esté embotellada y purificada.
Igualmente, debe verificar que los alimentos que ingieran se encuentren completamente cocinados y se sirvan calientes. Conviene además evitar verduras crudas o frutas sin pelar o lavar.
Diagnóstico
Para confirmar que la persona tiene diarrea, puede acudir a una consulta médica, en la cual el especialista le realizará un examen físico, le preguntará por los medicamentos que esté tomando y, probablemente, llevará a cabo un análisis de sangre o de heces, para buscar parásitos, bacterias u otros signos de infección o patología vinculada con la diarrea.
El galeno también puede sugerir la suspensión de la ingesta de algunos medicamentos, para verificar si el problema desparece.
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