Cada vez que se aborda el tema referido a dietas, es común que se asocie a éstas con determinados aspectos y pautas vinculadas a la estética. Pero las dietas, sobre todo las menos conocidas cumplen un rol terapéutico, por eso, en esta oportunidad vamos a ocuparnos de la dieta cetogénica. A modo introductorio, diremos que esta dieta está destinada a pacientes con epilepsia, que presentan reacciones al tratamiento farmacológico, y a pacientes con obesidad mórbida, previo a ser sometidos a una cirugía bariátrica. Para los que ya tienen algunos años, la Dieta Atkins, es un tipo de dieta cetogénica.
¿En qué consiste la dieta cetogénica?
En primer término, señalemos que la denominación de dieta cetogénica, se la debemos al doctor Russell M. Wilder, quien la acuño en 1921. Básicamente, esta dieta pretende generar, para ciertos tratamientos, condiciones metabólicas similares a las que generaría un ayuno.
Con esta dieta, se busca que el organismo genere cuerpos cetónicos, que son compuestos químicos que se producen a partir de la actividad mitocondrial. Estos compuestos químicos, son: ácido acetoacético (acetoacetato) y el ácido betahidroxibutírico (β-hidroxibutirato) y se producen a nivel del hígado y del riñón. Cuando las funciones metabólicas del organismo comprometen el procesamiento de la glucemia, aparecen los cuerpos cetónicos. Generalmente, la aparición de estos cuerpos cetónicos, están asociados con la diabetes y con los ayunos prolongados.
Pues bien, la dieta cetogénica intenta reproducir esta fabricación de cuerpos cetónicos en ciertos organismos, por medio de una disminución drástica del consumo de glúcidos e hidratos de carbono, esta disminución obliga al organismo a suplir, de forma alternativa, la falta de energía con los cuerpos cetogénicos, que son usados por el cerebro como reemplazo de la glucosa.
Acción terapéutica de la dieta cetogénica
Anteriormente mencionamos que la dieta cetogénica es utilizada en el campo de la medicina, para acompañar el tratamiento de ciertas patologías:
Encefalopatías Epilépticas: Algunos resultados obtenidos, indican que la dieta cetogénica influye de manera positiva en aquellos casos de epilepsia donde la medicación con fármacos antiepilépticos presenta algún tipo de complicación para el paciente. Aproximadamente en la mitad de los casos, donde se ha utilizado una dieta cetogénica, ha habido un 50% de disminución de los ataques epilépticos.
Obesidad y sobrepeso: Si bien es cierto que previo a una cirugía bariátrica, se han aplicado dietas cetogénicas, los médicos se muestran, aún, reacios a aplicarla ya que entraña ciertos riesgos para la salud, vinculados con las funciones hepáticas y renales.
La dieta cetogénica para perder peso
La dieta cetogénica adquirió notoriedad a partir de la difusión de la, conocida, dieta del Doctor Atkins en la década del 70. Esta dieta fue duramente cuestionada por la comunidad científica a partir de los mismos criterios que al día de hoy se les hace a las dietas cetogénicas, la baja drástica de glúcidos, hidratos de carbono y fibra, fuerza al organismo a una producción de cetonas y puede llegar a comprometer las funciones hepáticas y renales.
Con esto queremos poner de manifiesto que este tipo de dietas, al igual que otras, reconoce adeptos y detractores por igual. En la actualidad los partidarios de las dietas cetogénicas, incluyendo la famosa del doctor Atkins, han tratado de morigerar algunos parámetros de las mismas para que le proceso de producción de cuerpos cetónicos sea más paulatino.
Comparada con otras dietas, la cetogénica ha mostrado que, con aportes semejantes de calorías, esta dieta logra una pérdida mayor de peso. Otro aspecto que es valorado por quienes suscriben el uso de la dieta cetogénica para perder peso, es el aporte que ésta hace a mejorar el perfil lípido, logrando reducir el nivel de triglicéridos y mejorar la posición de colesterol HDL – benéfico – a la vez que reduce los niveles de colesterol total. La circulación de cuerpos cetónico en el organismo provoca, también, una reducción de la sensación de hambre. Por otro lado, una dieta cetogénica, logra una fuerte reducción de grasas sin modificar la masa muscular.
Entre los aspectos negativos que se le atribuyen a la dieta cetogénica, podemos mencionar que la baja en los aportes de fibras, minerales y vitaminas, obliga a que deban ser reemplazados a partir del uso de suplementos nutricionales para cubrir estos déficits.
Señalemos también, que el proceso de mayor circulación de cuerpos cetónicos puede provocar halitosis o mal aliento y la escasez de fibra trae aparejado estreñimiento.
Para finalizar, digamos que la dieta cetogénica no ha logrado posicionarse como la opción más válida a la hora de ser utilizada con fines exclusivos de perder peso, a lo que debemos añadirle que, por lo que hemos descripto entraña riesgos para la salud. Es por eso que la dieta cetogénica, al igual que cualquier otra dieta, debe ser aplicada a partir de una recomendación médica y apoyarse en un estricto control profesional para evitar los riesgos que conlleva.
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