“Bajar de peso comiendo de todo”. Parece un sueño, pero no es así. La llamada dieta disociada presenta un plan de alimentación que no contempla la restricción de alimentos, sino la distribución “inteligente” de los mismos. Según lo que plantea, hay productos que sencillamente no deben mezclarse porque el sistema digestivo es incapaz de procesarlos correctamente.
Cada grupo de la tabla nutricional requiere distintas enzimas, pH y tiempos para ser absorbidos, por lo que al ser combinados crean una condición intermedia que entorpece los procesos y provoca la acumulación de grasas que causa ganancia de peso. Es por ello que este régimen sugiere evitar, por ejemplo, la ingesta simultánea de hidratos de carbono y proteínas, ya que los primeros se digieren con un pH alcalino y las segundas con un pH ácido.
Para aprovechar al máximo sus bondades, la dieta disociada sugiere dividir los comestibles en desayuno, merienda, comida, merienda y cena. Los carbohidratos deben consumirse en el desayuno o en el almuerzo, la fruta a media mañana o en la merienda, y las proteínas en la cena.
Lo que permite la Dieta disociada y lo que no
En diversos portales web se muestran tablas que permiten observar la segmentación de los grupos de alimentos que propone la dieta disociada, así como la mezcla adecuada de cada uno. Sobre ello hay varias opiniones. Algunas hacen referencia a 11 grupos, otras a tres y el resto a cinco, pero a continuación exponemos una presentada por la página ladietadisociada.net, que podría ayudar a entender de qué se trata esta dieta. El procedimiento es sencillo: Estudia la lista, revisa la tabla, ubica el grupo al que pertenece el producto que quieres comer y disócialo con otro de los diferentes grupos. Si aparece una “S” significa que pueden mezclarse, si está una “N” representa que no, pero si figura «S/N», simboliza que algunos podrían tolerar mixturas.
Grupo 1: Frutas y bayas: naranjas, mandarinas, limones, limas, kiwi, piña, moras, fresas, baya, albaricoque, melocotón, uva, sandía, peras, manzanas, banana.
Grupo 2: Verduras, algas y setas: acelgas, lechuga, espinaca, coliflor, repollo, puerro, apio, alcachofa, zanahoria, tomate, pepino, calabacines, calabacitas, pimientos, espárragos, cebolla, ajo, hongos.
Grupo 3: Aceites, grasa, lípidos y frutos secos: aceite de oliva, girasol, coco, mantequilla, margarina, chocolate, frutos secos, avellanas, maní, almendras, pasas, dátiles.
Grupo 4: Carbohidratos: cereales (trigo, arroz, maíz, y harina y pasta), leguminosas y brotes (garbanzos, frijoles, frijoles, lentejas, frijoles, soya…) tubérculos (patatas, yuca…)
Grupo 5: Proteínas: carne de res, pescado, mariscos, lácteos, queso, huevos, soya y otros.
¿Se pueden mezclar? | 1 | 2 | 3 | 4 | 5 |
1 | Si/No | No | No | No | No |
2 | No | Sí | Sí | Sí | Sí |
3 | No | Sí | Sí | No | No |
4 | No | Sí | No | Sí/No | No |
5 | No | Sí | No | No | Sí |
Otros principios de la dieta disociada
- Evitar la combinación de grasas con hidrato de carbono
- Sustituir el azúcar por endulzantes naturales
- No incluir distintos carbohidratos en una misma comida
- Ingerir las frutas en solitario. Lo recomendable es que sea en las meriendas. Tampoco deben mezclarse las ácidas con las dulces, por ejemplo.
- Las legumbres y hortalizas sí pueden ser acompañantes de todos los platillos contemplados en la dieta disociada
- Las nueces no deben unirse con las proteínas
- En la dieta disociada tampoco se permite la ingesta de refrescos (excepto si son light) y alcohol
- Es vital no saltar ninguna comida. De lo contrario habrá un déficit nutricional que ralentizará el metabolismo
Tiene sus detractores
A pesar de que la dieta disociada se rige por bases científicas, hay quienes aseguran que los resultados se deben principalmente a una disminución en el consumo de energía y no a un equilibrio de la misma. Representantes de la Agencia Española de Consumo, Seguridad Alimentaria y Nutrición (AECOSAN), dijeron a La Nueva España (octubre de 2014), que provoca el llamado efecto rebote, debido a la formación de tejido graso. Según sus apreciaciones, para que verdaderamente exista un balance nutricional, los carbohidratos deben aportar entre el 50 y 60% de la energía total, mientras que los cereales (pan, pasta, arroz, etc.), especialmente los integrales, las patatas y las legumbres deben representar un tercio de los alimentos ingeridos diariamente.
¿Cómo podría ser el menú de la Dieta disociada?
- Desayuno: café y leche descremada, una tostada de pan integral con miel.
- Merienda: 2 naranjas.
- Almuerzo: Guiso de lentejas.
- Merienda: 1 yogurt descremado y 5 almendras.
- Cena: Pescado gratinado, 1 porción de tortilla de espinaca.
¡Cuidado! Los milagros no existen
Indistintamente de que los efectos de la dieta disociada sean buenos o no, es importante buscar la asesoría de un especialista antes de intentar seguir cualquier plan alimenticio. Dietas hay muchas, pero no todas funcionan para todos. Sólo un plan diseñado según las características y necesidades nutricionales individuales, será apto para lograr beneficios saludables.
La manera más efectiva para botar esos kilos que tanto atormentan, es comiendo de todo. ¿Hay normas? Sí, ¿horarios? sí, ¿Cantidades? Sí, pero nada tan dañino como prescindir de hidratos de carbono, abusar de proteínas o excederse con la ingesta de frutas. El equilibrio debe existir. Todo menú que atente contra la absorción de nutrientes y que asegure cambios radicales en un plazo menor a 10 días, está contraindicado.
La dieta Atkins, por ejemplo, ha ganado fama desde que Kim Kardashian anunció que recuperó su figura gracias a ella, pero a tu especialista no le agradará descubrir que intentaste erradicar los carbohidratos a favor de las proteínas. Perderás peso, sí, pero a cambio de un alto índice de colesterol malo, episodios de fatiga, debilidad, mareos, estreñimiento y posibles afecciones cardíacas por la falta de vitaminas y minerales. Nada, absolutamente nada, justifica poner en riesgo la salud y eso no debe olvidarse.
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