Aunque infinidad de personas han padecido esta sensación en algún momento de la vida, muchas desconocen que su nombre es disnea. Se trata de un trastorno que genera problemas para respirar correctamente, o una falta repentina de aliento que da una sensación de ahogo desesperante y peligrosa.
La insuficiencia de aire y la fatiga, suelen ser normales luego de una jornada de trabajo o ejercicio físico, pero no son graves, y se subsanan con hidratación y reposo.
En cambio la que surge inesperadamente, puede ser síntoma de una situación clínica subyacente; ordinariamente en los pulmones, las vías respiratorias o el corazón.
Causas de la disnea
Un gran número de situaciones relacionadas con las enfermedades pulmonares y los problemas circulatorios pueden ocasionar la disnea. Algunos de ellos son:
- Gordura y ansia: Son problemas de salud que pueden generar una disnea grave.
- Asma: Las personas que sufren de asma son las más propensas a desarrollar dificultades respiratorias delicadas.
- Pleuresía: Esta enfermedad, que consiste en la inflamación de los tejidos que envuelven a los pulmones y revisten las cajas torácicas, provoca una disnea severa.
- Enfermedad pulmonar obstructiva crónica (EPOC): El enfisema y la bronquitis crónica, son dos patologías que pueden dificultar la respiración, y en general, ameritan de un gran esfuerzo muscular para poder llevar a cabo esta acción.
- Patologías virales: Enfermedades virulentas como el Virus Sincitial Respiratorio (VSR) y el Crup, son causantes de problemas respiratorios que deben vigilarse desde las primeras fases.
- Ataques de pánico: También se observa en personas que experimentan constantes episodios de susto y miedo.
- Estrés: Una carga física o emocional fuerte puede llevar a la falta de aire.
- Insuficiencia cardiaca: Situaciones como la insuficiencia cardiaca congestiva, conducen a complicaciones respiratorias. En ciertos casos, puede ser indicio de un ataque cardiaco inminente, en especial si está acompañado de un dolor agudo en el pecho.
- Malformaciones esqueléticas: Los pacientes con anomalías esqueléticas graves de la columna vertebral o de la caja torácica, pueden presentar disnea frecuentemente.
- Ejercicio físico: Con el ejercicio físico potente, la disnea es normal. Solo los casos que se acompañen de tos prolongada, presencia de líquido en los pulmones y dolor en el pecho, son señal de afecciones que requieren cuidados médicos.
Tipos
- Disnea de esfuerzo: Cuando resulta de realizar algún trabajo o esfuerzo. En el enfermo cardiaco la disnea de este tipo es progresiva.
- Disnea decúbito: La dificultad se manifiestacuando se está acostado. Se alivia manteniendo la cabeza elevada, en una posición erguida.
- Disnea paroxística: Este tipo aparece durante la noche, cuando el paciente se encuentra dormido. Por lo general despierta bruscamente experimentando dificultad respiratoria.
- Disnea de reposo: Es aquella que surge, sin motivo, inclusive sin realizar ningún esfuerzo.
Síntomas DE LA DISNEA
La dificultad para respirar es el principal síntoma de la disnea, así como una desagradable sensación de ahogo o asfixia, y opresión en el pecho.
Los síntomas pueden sobrevenir cuando la persona está completamente en calma o durante etapas de ejercicio intenso. A varios pacientes se les manifiesta acompañada de asma, anemia, dolor al respirar, tos, dolor en el pecho y silbido al respirar.
Diagnóstico
Se debe efectuar un diagnóstico efectivo antes de implementar cualquier tipo de tratamiento. Por lo general se somete al individuo a exámenes físicos, radiografías de tórax, y análisis de sangre para evaluar los niveles de oxígeno y dióxido de carbono, entre otros.
El diagnóstico a tiempo y la intervención médica adecuada ayuda a curar los síntomas y evita que la condición desencadene trastornos respiratorios más agudos que pudieran conducir a la muerte.
Tratamiento DE LA DISNEA
El tratamiento de la disnea se centra en el alivio de la sensación de falta de aire, lo que conlleva a una lucha contra la enfermedad subyacente. Es decir, el médico puede tratarla con medicación, seleccionando fármacos según los factores de origen. Algunas opciones son:
- Broncodilatadores: Abren la vía aérea del paciente y reducen la disnea.
- Drenaje: Si existe líquido en los pulmones, puede que sea necesario drenar para poder garantizar el funcionamiento del aparato respiratorio.
- La quimio o radioterapia: Se aplica cuando se produce por la presencia de tumores.
- Antibióticos: Se recurre a ellos si la disnea surge como consecuencia de una infección.
- Anticoagulantes: Si el problema es un coágulo de sangre en los
- Esteroides: El uso de esteroides reduce la inflamación en los pulmones que suele producir dificultad para respirar.
- Medicamentos anti-ansiedad: Este tipo de medicinas suele ayudar a deshacer el ciclo de pánico, que lleva a más problemas respiratorios.
- Analgésicos: El alivio del dolor puede ayudar a facilitar la respiración.
- Oxigenoterapia: El médico igualmente puede prescribir oxígeno para ayudar al paciente con la respiración.
Prevención
Para prevenir la disnea es importante dejar de fumar, evitar el ejercicio forzado, beber mucho líquido, realizar una dieta baja en sal y tomar los medicamentos con fórmula, siguiendo las indicaciones del especialista.
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