Casi todos hemos sufrido alguna vez de un molesto dolor de cuello. Por lo general, esta molestia incluye la dificultad de moverlo, específicamente de un lado a otro, y quienes la padecen suelen manifestar una sensación de rigidez que alcanza el área de los hombros y la nuca.
Un dolor de cuello puede presentarse en cualquiera de sus estructuras: músculos, huesos o vertebras, articulaciones y discos intervertebrales. Suponiendo que involucre la compresión de algún nervio, el individuo experimentará entumecimiento y hormigueo debilidad en el brazo o la mano, entre otros síntomas.
Aunque muchos casos de dolor de cuello no tienen una causa física identificable, el que se da en la columna cervical es menos común que la lumbalgia, que ocurre en la columna lumbar. El dolor de cuello puede relacionarse con una distensión muscular, una hernia discal o una estenosis cervical (estrechamiento del conducto raquídeo). Se presenta con gran frecuencia cuando hay estrés exagerado o agotamiento o cuando se han hecho trabajos pesados, por ejemplo.
Causas del dolor de cuello
Aunque pueden ser muchos los detonantes de un dolor en el cuello, la más habitual es la tensión o distensión muscular. Diversas actividades cotidianas pueden ser responsables de provocarla:
- Agacharse sobre un escritorio durante mucho tiempo.
- Tener una mala postura mientras se lee o ve televisión.
- Colocar el monitor de la computadora demasiado alto o demasiado bajo.
- Dormir en una posición inadecuada.
- Girar el cuello bruscamente durante la realización de algún ejercicio.
- Levantar cosas con rapidez o con mal enfoque.
- Caídas o accidentes que puedan provocar lesiones cervicales graves como fractura vertebral, lesión de los vasos sanguíneos, el conocido latigazo cervical e incluso parálisis.
Otras causas probables de dolor de cuello son:
- Fibromialgia
- Artritis cervical o espondilosis
- Ruptura discal.
- Fracturas de la columna por osteoporosis.
- Infecciones en la columna (osteomielitis, disquitis, absceso).
- Tortícolis.
- Cáncer alojado en la columna.
Complicaciones del dolor de cuello
Aunque la mayoría de los casos de dolor de cuello mejoran con el tiempo y no requieren atención médica especializada, algunos signos pueden indicar una afección médica grave. Busque atención médica inmediata si usted presenta:
- Debilidad o falta de coordinación en brazos y piernas. Asimismo, pérdida de sensación. Esto podría indicar daños nerviosos.
- Dolor persistente que se acrecienta, acompañado por inapetencia, adelgazamiento repentino, náuseas, vómitos, fiebre, escalofríos o temblor. Esto puede ser debido a la presencia de un tumor medular o una infección espinal.
- Dolor de cabeza y cuello tan rígido que no es posible tocarse el pecho con el mentón. Podría tratarse de una meningitis.
- Dificultad para respirar, sudoración, náuseas, vómitos, dolor en el brazo o la mandíbula. Estos pueden ser síntomas de un ataque al corazón.
Tratamiento adecuado
El tratamiento y los cuidados personales del dolor de cuello dependerán de la causa. Frecuentemente se recomienda:
- Ingerir analgésicos de venta libre, como ibuprofeno o paracetamol.
- Alternar 15 minutos de calor y frío en la zona del dolor durante 72 horas. Hay que evitar dormir con una almohadilla térmica o una bolsa de hielo puestas ya que puede dañar la piel.
- Suspender la actividad física regular durante los primeros días. Esto alivia los síntomas y reduce la inflamación.
- Realzar pequeños ejercicios de movimientos lentos, hacia arriba y hacia abajo, de lado a lado. Esto ayudará a estirar suavemente los músculos y, por ende, a aliviar el dolor de cuello.
- Recibir un masaje suave en las zonas sensibles o con dolor.
- Probar dormir en un colchón firme, con una buena almohada que brinde soporte al cuello. Tal vez convenga utilizar una almohada especial.
- Consultar al doctor si es apropiado el uso de un collarín cervical suave para aliviar la molestia relacionada con el dolor de cuello. No se debe usar demasiado mucho tiempo, ya que puede provocar que los músculos del cuello se debiliten. Lo mejor es quitárselo de vez en cuando para permitir que los músculos se fortalezcan.
“Latigazo” cervical
Esta lesión es muy frecuente. Implica que una persona empuje su cuello hacia atrás y posteriormente hacia delante de forma rápida y repentina. Suele presentarse, sobre todo, en accidentes automovilísticos, cuando un automóvil choca a otro en la parte trasera. También es producto de maltratos físicos, lesiones deportivas o el uso de atracciones mecánicas en parques de diversiones.
Lo que sucede es que los tejidos blandos (músculos y ligamentos) del cuello se extienden de forma excesiva, sobrepasando el límite de movimiento normal. Tome en cuenta que los síntomas no aparecen inmediatamente, por lo que es importante prestar atención a cambios físicos.
Aunque el latigazo cervical no es una afección grave, puede producir dolor y molestias a largo plazo. Su tratamiento es relativamente sencillo:
- El médico recetará analgésicos de venta libre. Sin embargo, si la lesión es compleja, indicarán analgésicos con receta y relajantes para disminuir los espasmos musculares que llevan al dolor de cuello.
- Hacer fisioterapia es vital en la recuperación. También se puede aplicar frío o calor en el área afectada y practicar ejercicios que fortalezcan el cuello e incrementen la flexibilidad.
- Adoptar posturas adecuadas y aprender técnicas de relajación para evitar la distensión de los músculos del cuello.
- Utilizar un collarín si es necesario: No más de tres horas seguidas y solo durante los primeros días posteriores a la lesión.
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