La fiebre amarilla, también conocida como mal de Siam, enfermedad de Barbados, vómito negro o plaga americana, es una enfermedad contagiosa, viral, de breve duración, gravedad variable, prevenible y curable. Se le denomina fiebre amarilla porque en la segunda fase de la enfermedad, la piel toma ese color a causa de la ictericia o daño hepático que produce. La fiebre amarilla se distribuye en regiones tropicales de América del Sur, parte de Panamá y África tropical, llegando a ser endémica en África y América del Sur, donde surgen brotes cada cierto tiempo. No suelen evidenciarse casos de la patología en el resto del mundo, y una vez enfrentada se adquiere la inmunidad de por vida.
Un poco de historia
La fiebre amarilla ha causado grandes epidemias y millones de muertes en áreas europeas y latinoamericanas, hasta que las investigaciones dieron con la procedencia y la manera de transmisión, lo que permitió crear una vacuna y diversas formas de prevención a comienzos del siglo XX. Sin embargo, actualmente, la Organización Mundial de la Salud declara que la fiebre amarilla es la razón de más de 200.000 enfermos y 30.000 fallecimientos al año.
Forma de transmisión de la Fiebre amarilla
La fiebre amarilla es muy contagiosa, pero no es transmisible por contacto directo, ni a través de mucosidades, ni elementos usuales. Esta enfermedad se propaga por la picada de mosquitos hematófagos infectados por el virus, un arbovirus perteneciente a la familia Flaviviridae.
El zancudo transmisor o vector principal es el Aedes aegypti, además del Haemagogus y Sabethes. El contagio se origina solo por la picadura de un mosquito contaminado. La hembra del zancudo se infecta al picar a una persona o animal con el virus y transmite la enfermedad al picar sucesivamente. Este zancudo prolifera en lugares húmedos, cerca de aguas limpias estancadas y acostumbra a picar en las primeras horas del día o las últimas de la tarde.
Al ser picado por un mosquito infectado, el virus se replica en el lugar de la inoculación y se difunde desde allí hacia los ganglios linfáticos locales, el hígado, el bazo, la médula ósea y el miocardio, muy raramente hacia el cerebro. El virus queda presente en la sangre durante el periodo de incubación y hasta el comienzo de la enfermedad. La suficiente cantidad para contaminar a un mosquito.
Tipos y síntomas de la Fiebre amarilla
La fiebre amarilla se presenta bajo dos formas: leve y grave o clásica, reconociéndose también síntomas intermedios.
- Leve. Se sospecha o presenta en zonas contagiadas y especialmente durante las epidemias. Inicia abruptamente con fiebre elevada, escalofríos y dolor de cabeza y en algunos casos mialgias, náuseas, vómitos, albuminuria. Dura de 1 a 3 días, y la recuperación es sin complicaciones.
- Grave o clásica. Tras presentarse los síntomas mencionados anteriormente, se produce una baja de la fiebre, que luego reaparece acompañada de ictericia, es decir, un color amarillo en la piel y mucosas; dolores abdominales, vómitos, hemorragias nasales, conjuntivales y gástricas, señales de que los órganos comienzan a fallar. Finalmente se produce un fallo orgánico único o múltiple (hepático o renal) y deshidratación. En los casos graves, en epidemias o entre poblaciones no indígenas, el 50 % de los que entran en esta fase, mueren entre los 10 o 14 días.
Tratamiento de la fiebre amarilla
Un tratamiento determinado no existe aún, en caso de presentarse la enfermedad, se trata de vigilar los síntomas y mantener las funciones vitales de los órganos. Si estos comienzan a fallar; se debe hidratar con mucho consumo de líquidos y monitorear la cantidad de electrolitos en el cuerpo. Está prohibido el suministro de ácido acetil salicílico. La fiebre se trata con paracetamol y la deshidratación leve con sales de suministro oral.
En los diagnósticos de fiebre amarilla grave, el tratamiento debe llevarse a cabo en unidades de cuidados intensivos con vigilancia escrupulosa y medidas de apoyo general. El trato de las sintomatologías agudas incluye: Hemoderivados en sangrados severos, diálisis en casos de insuficiencia renal y líquidos por vía intravenosa.
Medidas de prevención
La vacunación es el método más eficaz, práctico y seguro para la prevención de la fiebre amarilla. La O.M.S. recomienda que para viajes a zonas o áreas urbanas de países como Centroamérica, Suramérica y parte del África Subsahariana, se administre la vacuna 17D (Stamaril® de Aventis Pasteur), que es preparada con el virus vivo aminorado, capacitado para crear antitoxinas concretas en el 95% de los vacunados.
Una dosis de esta vacuna, inmuniza durante diez años. Se sugiere además el uso de repelentes sobre la piel descubierta, que contenga NN- dietiltoluamida (DEET) de un 25 a 50 %. Asimismo, se deben erradicar los sitios que sirvan de cultivo o criadero del mosquito Aedes aegypti.
Se exhorta el uso de vestimenta de colores claros, que resguarden la mayor parte del cuerpo, colocar mosquiteros y evitar el uso de perfumes, ya que éstos atraen a los zancudos. La utilización del aire acondicionado controla el vuelo del mosquito.
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