La detección de problemas respiratorios y la evaluación de la función renal, es posible gracias a una prueba denominada gasometría que ayuda a medir el pH de la sangre, la presión de dióxido de carbono y oxígeno, y el nivel de bicarbonato. Asimismo, permite determinar la concentración de hemoglobina, electrolitos (sodio, potasio, calcio y cloro), oxihemoglobina, carboxihemoglobina y metahemoglobina.
Para llevar a cabo este procedimiento, es necesario realizar una pequeña punción en la vena (codo) o las arterias, para obtener una muestra de sangre. Por lo general, las perforaciones se efectúan en la arteria radial de la muñeca, la ingle, la arteria braquial del brazo o la arteria femoral, empleando un catéter o una jeringa.
Para valorar las alteraciones ácido-base, es más común la aplicación de una gasometría arterial, mientras que para la apreciación inicial de un paciente con cetoacidosis diabética o síndrome urémico, se tiende a recurrir a la gasometría venosa.
Alteración de gases y metabolismo
Una de las ventajas de este examen, es que permite descubrir ciertas anormalidades que pudieran alterar la cantidad de gases y el metabolismo corporal. Recordemos que al inhalar, el oxígeno obtenido es trasladado desde los pulmones al torrente sanguíneo y al exhalar, se libra dióxido de carbono que también es transportado por la sangre. Es precisamente la medición de esos dos componentes, lo que se busca con la gasometría.
Con frecuencia, los índices bajos de dióxido de carbono van ligados a la alcalosis respiratoria, una patología asociada con los problemas para respirar, la hiperventilación o la falta de aliento.
Si los resultados son anormales, podría ser necesaria la aplicación de evaluaciones más profundas para la comprobación del diagnostico.
¿cuándo aplicar una gasometría?
La importancia de la gasometría radica en la efectividad para revelar afecciones que pudieran entorpecer el buen funcionamiento de los pulmones y el riñón.
Siendo más explícitos, la gasometría permite descubrir si un paciente padece asma, Epoc, fibrosis pulmonar, edema agudo de pulmón o alguna otra afección respiratoria.
Es un método que se aplica además para hallar indicios de alteraciones provocadas por la falta de calcio o por fallas en los índices de pH sanguíneo que, en la mayoría de los casos, surgen cuando el individuo adopta una respiración muy acelerada y expulsa más cantidad de dióxido de carbono de la normal.
Cuando se sospecha de una elevación de ácido en la sangre (acidosis), también es oportuno recurrir a una gasometría. A través de ella, es posible comprobar si hay imposibilidad orgánica para usar la glucosa, incluso si existe riesgo de sepsis.
Adicionalmente, la gasometría es una de las técnicas más seguras para encontrar cambios negativos en el metabolismo renal.
La neumonía es el principal campo de aplicación de la gasometría, donde suelen emplear calculadoras, nomogramas y reglas de oro para la evaluación de trastornos complejos asociados con los intercambios de gases en la sangre y la función pulmonar. No obstante, puede ser usada para chequear ciertas complicaciones generadas por cuadros de cáncer, sida, sepsis, insuficiencia renal, e incluso tratamientos para la diabetes. Una de ellas es la acidosis láctica, que causa recurrentes episodios de náuseas y debilidad.
Antes y durante el examen
Realmente no existe una preparación previa para la práctica de la gasometría. Si la persona estuviera recibiendo oxigenoterapia, debe suministrársele oxígeno 20 minutos antes.
Seguro de que el individuo no esté siendo medicado con anticoagulantes, el galeno procederá a obtener la muestra de la arteria o la vena. El procedimiento es muy sencillo: se desinfecta la zona con un algodón impregnado en alcohol, se palpa para resaltar la vía y se toma el pulso. Seguidamente se introduce la aguja o el catéter, para llenar el envase con la sangre que será examinada en el laboratorio.
No es doloroso. Algunos sentirán una leve molestia. En ocasiones aparecen moratones o se presenta una sensación pulsátil que desaparecerán al poco tiempo.
Aunque son las enfermedades pulmonares la principal causa de resultados anormales en la gasometría, éstos también pueden presentarse por lesiones en cabeza, cuello u otros trastornos que afecten la respiración. Por ello, es importante acudir a un especialista que realice una historia clínica y evalúe la condición general del paciente antes de establecer un posible diagnostico.
Riesgos de la gasometría
La facilidad o complejidad del procedimiento dependerá de las características de las venas y arterias. Los riesgos serán muy pocos si la gasometría es aplicada por personal calificado. El mal uso de la técnica podría generar problemas del flujo sanguíneo, contusión en el área manipulada, tardanza en el sangrado en el lugar de la penetración, sangrado abundante, mareo, desmayo, acumulación de sangre debajo del tejido e infección si hubiera rotura en la piel.
La gasometría no afecta la lactancia ni el embarazo. Tampoco tiene contraindicaciones que mencionar.
La entrega de resultados es muy rápida. Por lo general, se hace entre 30 y 60 minutos después de la extracción de la muestra.
Deja un comentario