La glomerulonefritis es una enfermedad que genera daños en el glomérulo, la parte de los riñones que se encarga de filtrar los desechos y líquidos de la sangre. Aunque este padecimiento ha sido ampliamente estudiado, aún se desconoce las causas precisas.
Esta falla en los glomérulos ocasiona la pérdida de sangre y proteína a través de la orina. Una de sus principales características de la glomerulonefritis, es que se desarrolla rápidamente, por lo que ocasiona severas fallas en la función renal, la cual se acaba en pocas semanas o meses.
Síntomas de la Glomerulonefritis
Cuando la glomerulonefritis se hace presente, la sintomatología es tan severa que no puede ignorarse. Uno de los signos más significativos es el cambio en el color de la orina, que puede tornarse mucho más oscura. De amarilla, pasa a tomar un color café o rojizo.
El exceso de proteína en la orina también hace que ésta se vuelva espumosa. El paciente puede presentar edemas e inflamación en la cara, ojos, tobillos, pies, piernas y abdomen.
En algunos casos, los síntomas pueden incluir sangre en las heces y el vómito, dolor abdominal, tos, dificultad respiratoria, micción excesiva, diarrea, fiebre, malestar general, dolores articulares y fatiga, todo acompañado de inapetencia.
Los padecimientos de la glomerulonefritis se van incrementando a medida que la enfermedad se va desarrollando.
Las cefaleas y migrañas también pueden ser una consecuencia de mal, al igual que la palidez de la piel y las mucosas.
Tipos de glomerulonefritis
La glomerulonefritis se divide en glomerulonefritis primaria, que se evidencia cuando las manifestaciones médicas se producen solamente en el riñón, y glomerulonefritis secundaria, que deriva de otra enfermedad o infección que puede ser del tipo bacteriana, viral o parasitaria. En situaciones, puede surgir como consecuencia de una patología multisistémica como el lupus o la diabetes.
Diagnóstico
Es importante que apenas se comiencen a notar los síntomas de la glomerulonefritis, los pacientes acudan rápidamente a un nefrólogo para que se determine la sintomatología concreta y la historia médica, así como el diagnóstico y el tratamiento conveniente para curar la afección.
Aunque en su identificación se toma en cuenta la evaluación clínica, las confirmaciones histológicas son fundamentales para lograr la detección. La biopsia renal es la mejor aliada, ya que no solo muestra el daño, sino que permite observar su nivel de evolución, severidad y ubicación.
Previo a la biopsia, quizás sea necesario realizar una tomografía computarizada en el abdomen, una ecografía abdominal, una radiografía de tórax y otras pruebas de imágenes estructuradas.
El examen de orina bajo el microscopio suele ser fundamental, ya que permite identificar presencia de proteína, ácido úrico, creatinina y glóbulos rojos, entre otros.
¿A quién afecta?
La glomerulonefritis puede afectar a cualquier persona. Sin embargo, se ha visto mayor incidencia en niños y personas cuyos sistemas inmunitarios están comprometidos.
Las siguientes enfermedades pueden incrementar el riesgo de padecerla: trastornos del sistema linfático y la sangre, exposición a disolventes de hidrocarburos, cáncer o antecedentes familiares del mismo, infecciones por estreptococos, abscesos o infecciones del corazón.
Las siguientes afecciones también pueden aumentar la posibilidad de desarrollar glomerulonefriti: amiloidosis, síndrome deGoodpasture, exceso en el consumo de analgésicos, especialmente aquellos AINE, vasculitis, nefritis lúpica y nefropatía por IgA.
Tratamiento de la glomerulonefritis
La forma de tratar la glomerulonefritis varía de cada paciente, la severidad de la misma, la ubicación del daño y la potencia de sus síntomas. Es común que en la primera etapa del tratamiento, se enfoque hacia el control de la hipertensión.
Una dieta baja en sal, líquidos, proteínas y otras sustancias puede ser de gran ayuda para complementar el tratamiento y mejorar la calidad de vida de los pacientes.
Algunos de los fármacos que pueden llegar a indicarse son corticosteroides, medicinas que inhiben el sistema inmunitario, fórmulas para la presión arterial, especialmente inhibidores de la enzima convertidora de angiotensina o bloqueadores de los receptores de la misma.
En algunas ocasiones, se recurre al plasmaféresis, un procedimiento que consiste en la extracción de la parte líquida de la sangre que tiene anticuerpos para reemplazarla por plasma, o líquidos intravenosos que no contienen anticuerpos. Esta extracción ayuda a reducir la inflamación en los tejidos del riñón.
Es importante que quienes sufren este padecimiento sean monitoreados constantemente para ver el desarrollo de los síntomas y vigilar que éstos no incrementen la insuficiencia renal.
Consecuencias
La glomerulonefritis puede ser temporal o reversible y en muchos casos empeorar. Si no se detiene el ciclo, puede derivar no solo en insuficiencia renal crónica, sino también en la disminución de la función renal e incluso en enfermedad renal terminal.
Otras complicaciones asociadas son la hipertensión maligna, la insuficiencia cardíaca, la infección de las vías urinarias y la hipercaliemia (elevación de potasio).
De allí la importancia de acudir a un médico nefrólogo y tomar en cuenta todas las recomendaciones que aporte para disminuir los síntomas y controlar la afección en sí misma.
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