La hidrocortisona es un medicamento que ayuda a mejorar varias patologías relacionadas con niveles bajos de corticosteroides, entre otras, y por tanto es recetada por muchos médicos en el mundo.
En sí, la hidrocortisona es una hormona esteroide que es secretada por la corteza adrenal (que produce más de 50 esteroides diferentes). En la industria farmacéutica se consigue como “hormona nativa y como acetato de hidrocortisona, cipionato de hidrocortisona, fosfato sódico de hidrocortisona, butirato de hidrocortisona, valerato de hidrocortisona y succinato de hidrocortisona”.
La hidrocortisona es utilizada como antiinflamatorio, pues alivia la hinchazón en varias partes del cuerpo. También se usa frecuentemente para tratar o prevenir reacciones alérgicas.
La droga además es suministrada como parte del tratamiento de determinados tipos de enfermedades autoinmunitarias, afecciones cutáneas, asma y afecciones pulmonares.
Contra el cáncer
De igual forma, son ampliamente conocidos los beneficios de la hidrocortisona como tratamiento (a menudo de apoyo) de diferentes cánceres, entre ellos la leucemia, el linfoma y el mieloma múltiple. Igualmente, sirve para tratar las náuseas y vómitos asociados con algunos fármacos que se aplican en la quimioterapia o para estimular el apetito en pacientes con tumoraciones malignas o problemas graves de este tipo.
La hidrocortisona se comercializa en pastillas, inyecciones, ungüentos, gotas, cremas y en loción (tópica). Esta última presentación es eficaz en el tratamiento de reacciones cutáneas alérgicas y alivia los síntomas de picazón, enrojecimiento e inflamación.
Y así como dijimos al principio, la hidrocortisona se emplea como reemplazo de esteroides en afecciones con insuficiencia suprarrenal, es decir cuando hay una disminución en la producción necesaria de esteroides de las glándulas suprarrenales.
Efectos secundarios de la hidrocortisona
En la mayoría de los casos en los que se administra hidrocortisona, los pacientes no experimentan efectos secundarios y cuando ocurre, generalmente son predecibles en cuanto a su aparición y tiempo de duración.
Es importante destacar que estudios clínicos señalan que los síntomas que aparecen son casi siempre reversibles y terminan cuando se deja de tomar el fármaco. También, los médicos disponen de opciones para ayudar a minimizar o prevenir las reacciones adversas.
Las consecuencias más comunes (más del 30%) en quienes reciben medicación con hidrocortisona son aumento del apetito, irritabilidad, dificultad para dormir, inflamación de los tobillos y los pies por retención de líquidos, náuseas (para evitarlas recomiendan tomar las pastillas con las comidas), ardor de estómago y disminución de la cicatrización de las heridas.
Los pacientes con diabetes deben tener especial cuidado cuando la usen, pues es posible que se produzca un aumento de la concentración de azúcar en sangre. Generalmente estas personas tienen que llevar un control más estricto de los niveles de azúcar y su tratamiento para la enfermedad debe ajustarse adecuadamente. Cualquier variación puede ser dañina.
Hay otros efectos secundarios que aunque son menos frecuentes, también podrían aparecer cuando se administra hidrocortisona, sobre todo cuando se toma a largo plazo, son dolores de cabeza, mareos, alteraciones en el estado de ánimo, cataratas, reducción del tejido óseo (osteoporosis), dificultad para respirar o tragar, falta de aliento, convulsiones, manchas anormales en la piel, en la boca, nariz o garganta.
Asimismo, hay que tener en cuenta que cuando se aplican inyecciones a los niños, puede ocurrir que estos crezcan de forma más lenta. Por ello, el especialista deberá observar con atención el desarrollo del pequeño.
Usar hidrocortisona por un tiempo prolongado se ha asociado al glaucoma, por lo que es necesario que el médico indique los riesgos vinculados y la frecuencia con la que debería examinar sus ojos para evitar cualquier incidencia durante el tratamiento.
Precauciones con el uso de la Hidrocortisona
Antes de someterse a cualquier tratamiento farmacológico, es necesario informar al médico especialista sobre el resto de los medicamentos que toma, y en el caso de la hidrocortisona no debe ser diferente. Incluso, no debe olvidar reportar si usa vitaminas o remedios naturistas.
A menos que su médico lo apruebe, se recomienda no tomar aspirina ni productos que la contengan. Igualmente, mientras se administra, el paciente no debe aplicarse ningún tipo de inmunización o vacunas.
Otra precaución a seguir, es cumplir cabalmente el tiempo de tratamiento. Se ha determinado que si toma pastillas de hidrocortisona a diario y prolongadamente, cuando se suspende de forma abrupta se desencadenan efectos graves. Por tanto, no interrumpa o cambie la dosis sin consultar al doctor.
No debe administrarse durante el embarazo. El medicamento se ubica en la categoría C de riesgo. Se han reportado complicaciones con el bebé como paladar hendido, muerte fetal y aborto prematuro. Es más, se indica tanto a hombre como mujeres no buscar un embarazo mientras se ingiera este fármaco. Se sugieren utilizar métodos de anticoncepción de barrera, como los condones. El médico será quien indique cuándo (una vez finalizada la medicación) podrá concebir sin peligro para el niño.
Tampoco se debe amamantar mientras se recibe la droga, pues los corticosteroides se distribuyen en la leche materna, causando serias dificultades al pequeño.
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