Un dolor en el abdomen causado por espasmos puede llegar a ser muy intenso, hasta el punto de mandarnos a la cama. Afortunadamente, en el mercado existen medicamentos efectivos para combatirlos, y entre ellos se encuentran los formulados a base de hioscina, también conocida como butilbromuro de hioscina.
La hioscina es un derivado de las plantas solanáceas (herbácea o leñosa), específicamente del beleño, similar a la atropina (belladona), que funciona como un potente antiespasmódico.
Los fármacos que contienen butilbromuro de hioscina, como la Buscapina, se recetan generalmente para aliviar padecimientos y molestias causadas por espasmos abdominales y, a diferencia de los analgésicos comunes, no disfraza el dolor, sino que actúa sobre el origen del mismo, es decir sobre el espasmo muscular.
El butilbromuro de hioscina es un fármaco anticolinérgico, que reduce o anula los efectos producidos por la acetilcolina en el sistema nervioso central y el sistema nervioso periférico, con gran compatibilidad hacia los receptores muscarínicos localizados en las células del músculo liso del tracto digestivo. Al unirse a estos receptores, es cuando la hioscina desarrolla su efecto espasmolítico y calma el dolor.
Para qué sirve la Hioscina
La hioscina está indicada en los casos de colon irritable cuando no funcionan otros tratamientos. El síndrome de intestino irritable, conocido popularmente como colon irritable, es un trastorno intestinal crónico, con recaídas recurrentes, y del que aún se desconocen las causas. Entre los síntomas de esta enfermedad se encuentra un persistente dolor en el abdomen, diarrea y estreñimiento (se alternan).
El fármaco también es recetado por los especialistas para mejorar patologías espasmódicas del tracto biliar, es decir aquellas que afectan la vesícula biliar y unas estructuras tubulares denominadas conductos que pasan a través del hígado.
Las propiedades de la hioscina también ayudan a disminuir los síntomas de las enfermedades urinarias, reducen los dolores menstruales (dismenorrea) e intervienen favorablemente en los casos de emisión incontrolada de orina durante el sueño (enuresis nocturna). También sirve como coadyuvante de la anestesia (parenteral) para prevenir la salivación y secreciones excesivas del tracto respiratorio, o para producir amnesia y comprimir la excitación.
Contraindicaciones de la hioscina
La hioscina, cuya administración puede ser oral o intramuscular, no debe usarse bajo ninguna circunstancia en pacientes que sufran porfiria, glaucoma de ángulo cerrado, obstrucción intestinal funcional (ileo paralítico), miastenia gravis (enfermedad neuromuscular autoinmune), estenosis pilórica (estrechamiento del píloro, la abertura que va del estómago al intestino delgado) e hipertrofia prostática, por sus efectos adversos.
También se debe tener especial precaución con la administración de hioscina a pacientes de la tercera edad y en los niños. Igual debe emplearse con sumo cuidado en los casos de síndrome de Down, hipertensión, hipertiroidismo, colitis ulcerosa (diarrea frecuente mezclada con sangre), insuficiencia cardíaca, indigestión, estreñimiento grave, fiebre y en las personas con dificultad o dolor para orinar.
Si una persona está tomando hioscina debe evitar el consumo de alcohol, pues potencia su acción sedante. Tampoco debe mezclarse como otros fármacos como disopiramida, IMAO, antidepresivos triciclícos, antihistamínicos, clozapina, fenotiacinas, amantadina, memantine, ketoconazol, levodopa, haloperidol, domperidona, metoclopramida, nitratos sublinguales, fenotiacinas y parasimpaticomiméticos.
Efectos secundarios de la Hioscina
Los efectos secundarios en el uso de la hioscina están ligados al empleo de dosis inadecuadas y tratamientos prolongados, sin embargo las consecuencias negativas más comunes son somnolencia, pérdida de memoria, alteraciones del sueño, mareos, sensación de desmayo y dolor en los ojos. También ocurren casos de constipación, reacciones alérgicas, retención urinaria, trastornos en la visión (visión borrosa y dilatación de pupilas) y estreñimiento.
Aunque de forma ocasional, la hioscina también podría producir en el paciente (sobre todo en infantes y ancianos) taquicardia, aumento de la presión intraocular, pérdida del sentido del gusto, dolor de cabeza, debilidad, desorientación, náuseas, vómitos, inquietud, alucinaciones, confusión, impotencia, supresión de la lactancia, sensación de hinchazón, dolor muscular, sequedad, irritación o enrojecimiento visual.
Especialistas han determinado que largos tratamientos con butilbromuro de hioscina pueden generar un síndrome de abstinencia al suspender la dosis abruptamente. Los síntomas frecuentes son náuseas, mareos, dolor de cabeza, vómitos y trastornos en el equilibrio, entre otros.
Se recomienda no usar en mujeres embarazadas, a menos que el beneficio para la madre supere el riesgo potencial para el feto, pues no existen pruebas definitivas sobre el efecto del fármaco durante el embarazo. Igualmente se aconseja que si la madre está amamantando, deje de hacerlo si va a tomar la droga.
Aunque en varios países los medicamentos a base de butilbromuro de hioscina son de venta libre, es imperativo no automedicarse y visitar a un médico, quien recete el fármaco. Igualmente, el especialista y farmaceuta están en la obligación de advertir al individuo sobre posibles efectos como sequedad bucal, somnolencia, visión borrosa y desorientación.
También se debe tomar en cuenta la temperatura ambiental antes de tomar el medicamento, pues cuando hace mucho calor, podría ocasionar desmayos o debilidad, ya que la hioscina reduce la sudoración.
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