El hiperaldosteronismo primario, mejor conocido como síndrome de Conn, es una enfermedad que afecta la glándula suprarrenal, causando una segregación excesiva de la hormona aldosterona. Dicha hormona controla la presión arterial y el metabolismo renal de agua y sal, evitando su acumulación en el organismo, y favoreciendo la eliminación de potasio en la sangre. En ciertas situaciones, se ha asociado con la aparición de necrosis, fibrosis, hipertrofia cardíaca, fibrosis vascular y nefropatía.
Aunque es poco frecuente, el hiperaldosteronismo figura como una de las principales causas de hipertensión arterial, y algunos estudios han vinculado su aparición con problemas genéticos, desórdenes alimenticios, trastornos en el corazón, hígado o riñones, y presencia de tumores benignos en la glándula suprarrenal. Su incidencia es mayor en personas de 30 a 50 años, y su sintomatología incluye aumento de la presión sanguínea en las arterias, abundancia de calcio, fatiga, migraña, debilidad muscular, entumecimiento y parálisis intermitente, entre otros.
Existe también un hiperaldosteronismo secundario que está relacionado con otras afecciones como cirrosis hepática, insuficiencia cardíaca y síndrome nefrótico. Puede ocurrir además por el estrechamiento de una o varias arterias renales, por vasoconstricción renal o por el uso crónico de diuréticos, hipovolemia y edemas, entre otros.
¿Cómo detectar el Hiperaldosteronismo?
Para el diagnostico certero de hiperaldosteronismo es fundamental el estudio de pacientes que manifiesten una reducción en la concentración de potasio en la sangre y tensión superior a 160/110 mm Hg. El método más certero es la medición de dos hormonas: aldosterona y renina, esta última producida por el riñón y encargada de estimular la secreción suparrenal de aldosterona. En diagnósticos positivos, se evidencian elevados niveles de aldosterona y muy bajos porcentajes de renina.
También puede ser necesaria la exploración radiológica de las glándulas suprarrenales, a través de una tomografía axial computada (TAC) o una resonancia magnética (RM). Si persisten las dudas, se practican pruebas bioquímicas para lo cual se requiere la extracción de muestras sanguíneas de las glándulas suprarrenales, mediante un cateterismo selectivo de las venas, que permitirá detectar cuál de las dos libera mayor cantidad de aldosterona.
Pese a los múltiples procedimientos que existen para descubrir el hiperaldosteronismo, se dice que un 40% de los casos no logra determinarse con la comprobación de los índices de potasio, pues estos varían o mejoran considerablemente con la restricción de sal en la dieta, con lo cual se disminuye la pérdida de potasio en la orina.
Cuando hay presencia de tumores, lo ideal es efectuar una cirugía. Al extirparlos, se alivian los síntomas de la enfermedad, y aunque hay pacientes que continúan padeciendo de hipertensión arterial, es más fácil el control con tratamiento farmacológico, lo cual es muy importante, ya que la elevación persistente de la tensión puede desencadenar accidentes vasculares cerebrales, problemas cardíacos e insuficiencia renal.
Cada caso de hiperaldosteronismo es distinto. Si no hay complicaciones, el individuo puede mejorar con medicinas como espironolactona (diurético) y eplerenona (para controlar la secreción de la aldosterona), entre otras. Todo dependerá del diagnóstico y del criterio clínico del especialista.
Un detección temprana asegura un tratamiento más eficaz del hiperaldosteronismo y ayuda a prevenir complicaciones como impotencia sexual, ginecomastia (agrandamiento de las mamas en los hombres) o síndrome de Bartter, que suele aparecer cuando hay un problema renal o una mala conservación de sodio y/o cloro.
Acciones a tomar ante el Hiperaldosteronismo
- Ante la sospecha de hiperaldosteronismo es fundamental remitir al paciente a un especialista en endocrinología o nefrología. También se debe determinar si se trata de un enfermo con hipertensión arterial grave, dificultad de control con las medicaciones habituales o antecedentes familiares de tumores endocrinos.
- Las muestras de sangre deben extraerse a primera hora de la mañana, con el paciente tumbado y tras un reposo de al menos 30 minutos.
- El médico debe evaluar la dieta realizada por el paciente, la medicación utilizada y otros factores que ayudarán a determinar las causas y el posible tratamiento.
- La alimentación baja en sal puede aliviar sustancialmente algunos de los síntomas de la enfermedad, pues contribuye a regular la tensión y los índices de potasio. No obstante, debe hacerse bajo la supervisión del médico, ya que un cambio brusco en la dieta puede originar un aumento en la actividad de renina plasmática, enmascarando potencialmente el diagnóstico adecuado.
- Muy frecuentemente, a los pacientes sospechosos de presentar un cuadro de hiperaldosteronismo, se les indica tomar una cantidad determinada de sal o unas pastilas que contienen sal varios días antes de la extracción sanguínea para determinar correctamente el potasio, la aldosterona y la renina.
Antecedentes de hiperaldosteronismo
El hiperaldosteronismo fue descubierto por Jerome Conn en el año 1955, tras el estudio de en una mujer que padecía de Hipertensión Arterial (HTA) resistente, desequilibrio electrolítico y un adenoma suprarrenal productor de aldosterona. Esta misma persona, 10 años después, reconoció la existencia de hiperaldosteronismo primario (HAP) en individuos hipertensos.
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