Los hombres poseen una glándula que se conoce con el nombre de próstata, la cual está situada debajo de la vejiga, frente al recto, y es parte del sistema reproductivo masculino. Inicialmente la próstata es pequeña, en la adolescencia, y crece con el aumento de los niveles de testosterona. Se desarrolla rápidamente, duplicándose a los 20 años de edad. La evolución se interrumpe por un tiempo y no causa inconvenientes, pero cuando esto no sucede, se habla de la presencia de una condición denominada hiperplasia prostática.
La hiperplasia prostática se presenta por un crecimiento no cancerígeno de la glándula prostática, que se hace progresivo con la edad. Es así que escasamente un 10 % de los hombres con 30 años de edad, experimenta un aumento de la próstata.
Los hombres sufren un segundo agrandamiento de esta glándula a la edad de los 40. Otro aumento ocurre a la mitad de los hombres a los 60 años de edad y a los 85 años. En línea general, un 90 % de los caballeros pasa por un agrandamiento prostático.
Con el crecimiento de la próstata, se va cerrando el flujo del orín en la uretra, lo que dificulta a la vejiga descartar la orina. Este problema se va agravando y, con el tiempo, la vejiga no logra desocupar toda la orina.
CAUSAS y síntomas de la Hiperplasia prostática
La vejez, las hormonas sexuales masculinas y el contenido de andrógenos, son las causas más comunes de una hiperplasia prostática.
Es de hacer notar, que no todos los hombres experimentan síntomas. No obstante, el crecimiento de la próstata puede hacer que se dificulte orinar, un inconveniente que puede ir acompañado por ciertas molestias como micción intermitente, disminución de la fuerza y reducción del diámetro del chorro urinario.
Pueden observarse, además, otros síntomas de irritación como:
- Disuria: dolencia o sentimiento apremiante que se exterioriza al orinar.
- Nicturia: asiduidad urinaria nocturna.
- Insistencia urinaria.
- Apremios por ir al baño.
Los síntomas de la hiperplasia prostática pueden ser leves debido a que el músculo de la vejiga es capaz de compensar la presión del agrandamiento de la próstata sobre la uretra, pero al no vaciarse por completo la vejiga, pueden surgir severas dificultades.
La orina que queda en la vejiga es asiento de bacterias que pueden terminar produciendo contaminaciones en el tracto urinario. También, la acumulación de residuos y productos químicos suele crear en la cubierta de la vejiga, cálculos urinarios.
PREVENCIÓN de la hiperplasia prostática
En la actualidad no existen formas de prevenir la aparición de la hiperplasia prostática, ni las dificultades urinarias asociadas a la enfermedad.
DIAGNÓSTICO de la Hiperplasia prostática
Los médicos pueden temer casos de hiperplasia prostática fundándose en síntomas y al efectuar un chequeo físico. Con un examen rectal, habitualmente pueden establecer si la próstata está dilatada. Escudriñarán la existencia de nódulos, que indicarían la presencia de cáncer y probarán si hay dolor, un síntoma de infección.
Además, pueden ejecutar exámenes de sangre, examen ecográfico de testículos, próstata y riñones que ayudarán a distinguir malignidades e hidronefrosis.
RIESGOS
Como ya se mencionó, la hiperplasia prostática consiste en un incremento de la parte central de la próstata. No obstante, en torno a la hiperplasia sigue habiendo tejido prostático periférico. En esta periferia puede llegarse a desarrollar una progresión maligna en pacientes que tienen una hiperplasia prostática. Por eso la importancia de realizar un examen anual que revele la posible existencia de un cáncer.
TRATAMIENTO de la Hiperplasia prostática
En el presente se utilizan varias opciones de tratamiento de la hiperplasia prostática:
- Medicación: Una elección de tratamiento son los inhibidores finasteride y dutasteride, que calman los síntomas de la hiperplasia prostática, reduciendo su progreso y la retención aguda urinaria. El uso de estos dos fármacos al mismo tiempo, puede producir diferentes reacciones adversas tocantes al ámbito sexual y generar un cansancio habitual. Los bloqueadores alfa son otras medicinas que contribuyen a relajar los músculos de la vejiga y a aumentar la capacidad de orinar. Un 70 % de los hombres notan mejorías luego de unos días o semanas de comenzar a ingerir estas medicinas. Los alfabloqueantes incluyen doxazosina, terazosina, alfuzosina, tamsulosina y silodosina. Este tipo de fármacos, tiene como desventaja que se tardan de 3 a 6 meses en hacer efecto, y que suelen ocasionar impotencia en al menos 4 % de los hombres que lo consumen. Nuevos estudios apuntan a que los bloqueadores alfa combinados con bloqueadores de testosterona ofrecen mayores efectos que utilizados de forma aislada. Dichos efectos son considerados excelentes.
- Cirugía: Si los tratamientos fallan en una hiperplasia prostática, la cirugía es la mejor vía para corregir los síntomas, aunque se corre el riesgo de complicaciones. Existen diversos medios quirúrgicos que se ofrecen y con pocas secuelas: cirugía de resección transuretral de próstata, implica eliminar parte de la próstata, electrovaporización transuretral de la próstata, extirpación con láser visual, termoterapia de microondas transuretral, ablación de aguja transuretral, inyección de etanol y otras. Métodos más recientes incluyen el láser en el uso de la urología.
Cabe recalcar que a este crecimiento no maligno o no cancerígeno en el tamaño de la próstata se le llama también Hiperplasia Benigna Prostática (HBP).
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