La glándula tiroides cumple un papel muy importante en nuestro organismo, pues se encarga de regular el metabolismo, es decir el ritmo del cuerpo. Cuando se produce un exceso de hormona tiroidea, las funciones de los órganos se aceleran y aparece el cuadro clínico denominado hipertiroidismo. Estudios indican que esta enfermedad afecta a un 1% de la población mundial y la incidencia es mayor en las mujeres que en los hombres. La edad en la que suele manifestarse es entre los 30 y los 40 años.
Síntomas del Hipertiroidismo
Al principio puede que sea difícil determinarlo, pues los síntomas del hipertiroidismo son similares a los de varias patologías.
Una de las señales más representativas es la pérdida de peso repentina, aunque no haya una variación en la alimentación. Puede que el paciente sienta más apetito, y a pesar de ello reduzca su peso considerablemente.
Cuando hay hipertiroidismo suelen alterarse los latidos cardíacos, produciendo taquicardia. Además, puede manifestarse nerviosismo, ansiedad e irritabilidad, temblor en manos y dedos, sudoración excesiva, metorragia, aumento de la sensibilidad al calor, cambios en los patrones intestinales (en especial aumento de las evacuaciones), fatiga, debilidad muscular e insomnio.
Otro signo característico es que el bocio se hace más grande por el aumento del tamaño de la tiroides. La persona suele presentar una hinchazón en la parte baja del cuello.
Los adultos mayores no suelen presentar ninguna molestia leve, pues los llamados bloqueadores beta, que se usan para tratar la presión arterial alta y otras condiciones similares, pueden ocultar muchos de los síntomas de hipertiroidismo.
Aunque poco común, los individuos diagnosticados con hipertiroidismo pueden padecer de oftalmopatía de Graves, trastorno que hace que los ojos sobresalgan más allá de sus órbitas normales, pues los tejidos y los músculos detrás de sus ojos se inflaman considerablemente.
Complicaciones del hipertiroidismo
Los enfermos de hipertiroidismo a menudo sufren complicaciones, especialmente las ligadas al funcionamiento del corazón. Aceleración del ritmo cardíaco y un trastorno del ritmo cardíaco llamado fibrilación auricular e insuficiencia cardíaca congestiva, son parte de las afecciones más habituales. Lo bueno, es que frecuentemente son reversibles con tratamiento.
Si el hipertiroidismo no es tratado oportuna y correctamente, los huesos pueden sufrir consecuencias. La osteoporosis es un mal asociado a la enfermedad. Los huesos se fortalecen gracias al calcio y otros minerales, pero cuando hay una producción excesiva de la hormona tiroidea interfiere con la capacidad del cuerpo para asimilarlo.
Una complicación que requerirá atención médica inmediata es la crisis tirotóxica. La afección genera una repentina intensificación de los síntomas del hipertiroidismo. Por lo general se tiene fiebre, pulso rápido e incluso delirio.
Diagnóstico del Hipertiroidismo
Para detectar el hipertiroidismo se evaluará el historial médico y se le practicará un examen físico al paciente.
El diagnóstico podrá confirmarse a través de un análisis de sangre con el que se medirán los niveles de tiroxina y TSH en la sangre. Altos índices de tiroxina y cantidades bajas o inexistentes de TSH, indican una tiroides hiperactiva.
La cantidad de TSH es importante porque es la hormona que indica que la glándula tiroides produce más tiroxina. Estas pruebas son obligatorias en los adultos mayores, que pueden no tener síntomas clásicos de hipertiroidismo.
Tratamiento del Hipertiroidismo
El tratamiento para el hipertiroidismo dependerá de la edad, condición física y la gravedad del trastorno en el paciente.
Uno de los fármacos básicos administrados para controlar la enfermedad es el yodo radiactivo oral. Esta sustancia es absorbida por la glándula tiroides, lo que provoca que la glándula se encoja y los síntomas desaparezcan, por lo general entre tres y seis meses.
Otras drogas usadas son el propiltiouracilo y metimazol. A menudo los síntomas mejoran de 6 a 12 semanas, pero el tratamiento con medicamentos anti-tiroideos suele continuar por lo menos un año o más. Para algunas personas, la medicación es una solución permanente, pero otras pueden sufrir recaídas. Ambas drogas pueden causar daños graves al hígado, y a veces llevar a la muerte. Sólo recomiendan su uso cuando no hay tolerancia al metimazol.
Cirugía como opción
En algunas ocasiones, el médico puede indicar que al paciente se le practique una tiroidectomía. Se trata de una cirugía recomendada para quienes no toleran los medicamentos anti-tiroideos y no desean someterse a la terapia con yodo radiactivo.
Durante una tiroidectomía el especialista extrae gran parte de la glándula tiroides. Entre los riesgos de esta operación se encuentran el daño a las cuerdas vocales y de las glándulas paratiroides, que son cuatro pequeñas glándulas situadas en la parte posterior de la glándula tiroides, que ayudan a controlar el nivel de calcio en la sangre.
Tras pasar por el quirófano, el paciente necesitará tratamiento de por vida con levotiroxina para suministrarle al cuerpo la cantidad requerida de hormonas tiroideas. Si las glándulas paratiroides también son removidas, el enfermo requerirá suplementos para mantener el nivel de calcio normal en la sangre.
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