Existen varios procedimientos que ayudan a mantener la salud de los dientes y a recuperar la sonrisa. Para casos específicos de reemplazo de piezas pérdidas o dañadas, una buena alternativa es el implante dental. Son piezas diseñadas a base de un componente de titanio que se disponen en los huesos maxilares, debajo de la encía, para sujetar las coronas o prótesis fijas. Es una especie de raíz artificial con forma de tornillo que se adapta a la dentadura del paciente y a la estructura de la mandíbula para recuperar la función del diente, obteniendo una dentadura saludable y agradable, con una apariencia muy natural.
Mediante una cirugía, el implante dental se une con el hueso mandibular, aportando un soporte confiable para los dientes artificiales. Esto permitirá que los puentes o las prótesis instaladas no se corran ni se deslicen dentro de la boca, garantizando el habla y la masticación.
A diferencia de las prótesis convencionales, el implante no necesita sujetarse a otro diente por lo que no causa irritaciones, nauseas ni otros malestares. Bien cuidados pueden durar toda la vida.
Consideraciones para la colocación del implatne dental
Para que una persona pueda recibir implantes dentales, debe tener huesos y encías sanas, que puedan soportarlos.
Si el hueso es muy blanco o fino, el paciente puede solicitar que le coloquen un injerto óseo. Si no cuenta con hueso suficiente en la mandíbula superior o los senos nasales están muy cerca de la mandíbula, puede pedir que le suban el seno. Sin embargo, es necesario considerar que aunque existen muchos métodos para preparar el área para la colocación del implante, es el médico quien determinará si es posible o no llevar a cabo el procedimiento.
Es importante también que el individuo asuma el compromiso de preservar el implante dental, con una higiene bucal adecuada. Para ello debe cepillarse tres veces al día, utilizar hilo dental y visitar regularmente al odontólogo. Esto hará que los implantes dentales se mantengan a largo plazo.
Los implantes resultan más costosos que otros métodos de sustitución de piezas dentales. Es por ello, que las compañías de seguros no los cubren en su totalidad. Algunas solo reconocen el 10% de las tasas.
Tipos de implantes dentales
Existen dos tipos de implante dental. El implante subperiosteal es un tipo de montura que se sujeta a los huesos maxilares, exactamente debajo de la encía. Los postes que se sitúan en la montura sobrepasan las encías, y sobre ellos se ubican los dientes artificiales.
El implante endostial se instala directamente en los huesos maxilares a través de una cirugía. Cuando el tejido ha cicatrizado en su totalidad, se recurre a una segunda intervención para añadir el poste al implante y encima de él, uno o varios dientes artificiales. Las piezas pueden adherirse una a una de forma individual o en grupo, mediante un puente o prótesis.
El implante de titanio es excepcional, ya que es un material biocompatible, que no produce rechazo y se une al tejido óseo. La prótesis como tal puede ser fija con piezas de cerámica, que brindan estética, comodidad y funcionalidad; o removibles, fabricadas en acrílico o con armazón de cromo cobalto.
Procedimiento
Para colocar el implante dental, se debe crear una abertura en el hueso del maxilar para proceder a la inserción del implante. Previo a ello, debe suministrase anestesia local.
El implante se coloca seguido de un tapón de cicatrización o una cubierta de curación. El tapón se sostiene durante un período de tiempo que puede variar de tres a seis meses, dependiendo del caso, así como de la localización del implante. En la mayoría de las situaciones se sutura y se sitúa una prótesis temporal, mientras sanan los tejidos.
En condiciones normales, el procedimiento demora unos 30 minutos. En diagnósticos complejos, que ameriten rehabilitación de la boca, se puede extender por varias horas.
Como dijimos anteriormente, la raíz es similar a un tornillo que se acopla al hueso, a través de la osteointegración. Transcurrido un tiempo, el implante ya estará fijado al hueso de la mandíbula o al maxilar superior, y se podrá continuar el tratamiento con la colocación de la prótesis o corona dental para darle al implante el aspecto de diente natural.
Tras la operación, es posible que el galeno prescriba antibióticos y antiinflamatoria durante una semana para prevenir la infección y para ayudar a palear los síntomas asociados.
Razones para colocar un implante dental
La mala higiene bucal genera daños en las piezas dentales, al punto de que puede perderse el diente, ya sea por una fractura de la pieza, o por una enfermedad periodontal.
Si el diente deteriorado no se sustituye de forma inmediata, el hueso que lo envuelve comienza a colapsar. Los dientes vecinos empiezan a moverse tratando de llenar el área del diente faltante.
La tecnología de implantes dentales emplea una combinación de materiales estructurales, que proporcionan una solución efectiva y simple a todos estos problemas.
Duración del implante dental
Una de las principales ventajas del implante dental es su duración. Siguiendo las recomendaciones médicas, puede mantenerse por 20 años e incluso toda la vida. Para los especialistas sigue siendo la técnica más efectiva para el reemplazo de una o varias piezas. No obstante, reiteran en que la efectividad del procedimiento radica en el cuidado que se le dé, siendo la limpieza acertada y oportuna, el factor primordial.
Adicional a ello, es un método que ayuda a mejorar la calidad de vida, al proporcionar estabilidad y naturalidad. Con un implante dental se puede sonreír, comer y hablar sin el temor de que las piezas puedan moverse o desprenderse de la boca.
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