Ante la aparición de un cuadro infeccioso, es muy probable que se recete un tratamiento a base de levofloxacino. Esta medicina es ampliamente conocida por sus cualidades antibacterianas, y suele emplearse para el tratamiento de neumonía y otras enfermedades respiratorias. Puede encontrarse en el mercado en frascos contentivos de 10 tabletas de 500 mg, que pueden dividirse a la mitad, y en soluciones.
Para qué sirve el Levofloxacino
El especialista recurre al efecto eficaz de esta fluorquinolona para contrarrestar una variedad nutrida de malestares o padecimientos, de leve a moderada intensidad, ocasionados por la presencia de bacteriana, entre ellos:
- Sinusitis aguda: esta clase de infección se presenta por la inflamación de los senos nasales y es producida por microbios. Se caracteriza por provocar incomodidad o dificultad en el proceso respiratorio, pues la abundancia de moco y la escasa abertura paranasal ayuda a que el microbio se reproduzca con facilidad.
- Agravamiento de la bronquitis crónica: la inflamación de la región bronquial deriva en la segregación copiosa de mocos y hace que el paciente experimente problemas al momento de respirar, así como cuadros severos de tos. Este cuadro clínico no constituye una enfermedad como tal, sino una condición que perdura en el tiempo. Es común que reaparezca o, incluso, que sus síntomas siempre estén presentes. La administración del levofloxacino facilita la respiración y contrarresta la abundante mucosidad.
- Neumonía: esta afección se trata con frecuencia con la ayuda de levofloxacino, dado que desinflama los pulmones una vez que fueron infectados por microbios.
- Infección urinaria grave: el levofloxacino alivia las infecciones en los diversos niveles del tracto urinario como riñones, vejiga, uréteres o uretra. Inclusive, se utiliza para combatir síntomas de inflamación renal. Se trata de una enfermedad infecciosa generada por virus que transitan por los uréteres, comprometiendo la cadera y el aparato nefrítico.
- Hinchazón prostática: la enfermedad va acompañada por dolores y molestias en el área abdominal y del perineo. Aunado a ello, el paciente puede presentar incomodidad al miccionar, merma en la cantidad de orina y sensación de no vaciar por completo la vejiga. Se recurre a la medicación del levofloxacino para la eliminación del agente bacteriano causante de estos signos.
- Infección en la dermis o de los tejidos blandos: suelen manifestarse en forma de celulitis, heridas con infección, furúnculo, absceso y aparición de costras, entre otros.
Composición del levofloxacino
Cada tableta posee 500 miligramos del agente activo, es decir, de levofloxacino. El resto de componentes son: celulosa microcristalina, sílice coloidal, talco, dióxido de titanio, óxido de hierro rojo, estearato de magnesio, ácido esteárico y óxido de hierro amarillo, entre otros.
Además del comprimido, este fármaco cuenta con otras presentaciones como la solución intravenosa y la solución oftalmológica. No obstante, la última no está disponible en todos los mercados.
Dosis de levofloxacino
Su consumo se restringe únicamente para la población que tenga o supere los 18 años de edad. La dosis sugerida de levofloxacino oral en adultos consta de 500 mg, una vez al día, por una o dos semanas, dependiendo de la intensidad y demás rasgos del cuadro infeccioso.
Cuando el paciente no puede tomar el comprimido, se apela al empleo de la solución intravenosa de 500 mg, sin variaciones en el resto de las indicaciones.
Para tratar la conjuntivitis producida por bacterias, la dosis consiste en una o dos gotas de la solución oftalmológica, cada dos horas. Transcurridos los primeros dos días, se mantiene la cantidad pero se espacian los intervalos de tiempo, colocándose cada cuatro horas hasta que el ojo sane.
Para los individuos que posean difusión renal, se aconseja el aclaramiento del levofloxacino, según sus necesidades particulares. La aplicación puede ser de 250 o 500 mg, dependiendo de los requerimientos. Finalmente, aquellos que estén en tratamiento de diálisis sólo podrán recibir 250 mg, cada dos días, en vez de 500 mg.
El levofloxacino se suele mantener en el organismo por un período de 6 a 8 horas, y se desecha a través de la orina.
Contraindicaciones y precauciones del Levofloxacino
El levofloxacino brinda una multitud de beneficios para combatir las diversas enfermedades originadas por bacilos. No obstante, su uso puede provocar ciertos efectos secundarios.
Las reacciones más comunes son alteraciones del aparato nervioso e incremento de la presión en la parte interna del cráneo. Esta última puede desencadenar episodios de convulsión o psicopatía tóxica.
Se vuelve necesario extremar las medidas preventivas con pacientes que posean historial de cardiopatías, sean epilépticos o tengan otros problemas que afecten el funcionamiento del sistema nervioso. Quienes ingieran medicinas que repercutan directamente en este sistema, deben prescindir del levofloxacino, pues se incrementa el peligro de desarrollar convulsiones.
Al igual que las demás medicinas antibacterianas, el levofloxacino genera alteraciones a nivel de la flora bacteriana del colon. Se le asocia con casos de diarrea, de leves a moderados.
Aunque estos signos no son de alta frecuencia ni aquejan a todo el mundo, es importante permanecer atentos y consultar al médico en caso de que aparezcan.
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