La lidocaína es uno de los fármacos más usados como anestésico local. Su amplio empleo se debe a que produce bajos efectos secundarios e incluso se puede administrar bajo supervisión médica durante el embarazo y el periodo de lactancia.
Este farmaco es indicado también como antirrítmico y anestesia epidural. Como anestésico tópico (preparados dermatológicos, estomatológico-odontológicos, oftalmológicos y otológicos) tiene absorción sistémica prácticamente nula.
Generalmente, se coloca en la piel o en las membranas mucosas usando la yema de los dedos o con un hisopo de algodón. Los profesionales de la salud, especialmente los odontólogos, la utilizan antes de un procedimiento ambulatorio para adormecer el área. También para reducir el dolor previo a la colocación de una inyección.
Además de eso, la lidocaína sirve para mitigar los dolores producidos por las hemorroides.
Como su venta no suele estar condicionada, expertos recomiendan seguir al pie de la letra las instrucciones de la etiqueta del medicamento y no sobrepasar las dosis.
Intravenosa
Aunque la lidocaína se utiliza comúnmente como un anestésico local, un estudio reciente publicado por la sociedad internacional de investigación anestesia (IARS), señala que bajas porciones de esta droga, suministradas por vía intravenosa, puede ayudar a aliviar las dolencias originadas por procedimientos de cirugía menor.
El informe indica que la lidocaína representa un recurso apropiado y económico para mitigar algunas molestias que surgen tras operaciones mínimamente invasivas, es decir, que no requieren hospitalización. Asimismo, reduce el uso de analgésicos, previendo a su vez las posibles complicaciones a causa por otros fármacos que, frecuentemente, se recetan para este fin, pero que no son tolerados por todo tipo de pacientes.
A menudo, los anestesiólogos prefieren evitar inyectar anestésicos locales en el torrente sanguíneo, pues una sobredosis puede ser tóxica. Sin embargo, según las investigaciones reseñadas, se ha evidenciado que la inyección de lidocaína es segura en pequeñas cantidades. Incluso, la lidocaína intravenosa también ha mostrado efectos de reducción del dolor en pacientes sometidos a ciertas cirugías mayores.
Lidocaína como Antirrítmico
Además de ser un anestésico, la lidocaína es usada como antirrítmico. Al parecer, actúa reduciendo la sensibilidad del corazón a los impulsos nerviosos. Estos impulsos eléctricos son los que controlan la actividad del órgano, ya que pasan a través del músculo cardiaco y provocan la contracción de las cámaras del corazón (aurículas y ventrículos). En estas situaciones, favorece el restablecimiento del ritmo cardiaco. Se aplica en arritmias ventriculares producidas durante manipulaciones cardíacas o durante infartos de miocardio.
La medida adecuada de lidocaína es diferente para cada persona, es por ello que será el médico tratante quien deberá establecerla en función de la respuesta y necesidades del enfermo y de la urgencia del caso.
Las indicaciones en estos casos establecen que la infusión se ejecuta con el monitoreo de un electrocardiograma, debiendo interrumpirse cuando se restablezca el ritmo cardíaco. La infusión de lidocaína no suele durar más de 24 horas. Se continuará con antiarrítmicos administrados por vía oral en los diagnósticos que así lo ameriten.
Efectos secundarios de la LIDOCAÍNA
Aunque poco es probable que ocurran, existen efectos secundarios en la aplicación o administración de la lidocaína, la mayoría de ellos relacionados con alergia a los componentes de la fórmula. Se pueden mencionar: reacciones alérgicas como erupción cutánea, picazón o urticaria, hinchazón de la cara, labios o lengua, entumecimiento localizado, problemas respiratorios, dolor en el pecho, pulso cardiaco irregular continuo, dolor de cabeza, convulsiones, temblores, cansancio o debilidad inusual.
Aunque la mayoría de los síntomas señalados no requieren de atención médica, es importante informar al especialista sobre su aparición y acudir al hospital en caso de que persistan.
Si se piensa usar en niño, es necesario hablar con un pediatra, pues a pesar de que este fármaco se puede recetar para condiciones específicas, es significativo aplicar las precauciones necesarias.
Precauciones con el uso de la LIDOCAÍNA
- La lidocaína de uso tópico duerme la zona afectada, por lo que conviene evitar cualquier golpe mientras actúa.
- Quien piense emplear este medicamento en la boca o en la garganta, no debe masticar chicle ni comer por lo menos en el lapso de una hora tras la aplicación.
- Igualmente se aconseja no masticar o tragar si el área todavía se encuentra entumecida, pues el paciente puede morderse la lengua o las mejillas, e incluso ahogarse. Además, pudiera no sentir las comidas y/o bebidas calientes y lastimarse.
- La lidocaína no debe ser aplicada sobre las zonas de piel infectada, abierta o lesionada. Esto puede aumentar la cantidad de medicamento que penetra en la piel, lo cual aumenta el riesgo de tener efectos secundarios.
- Si se usa la lidocaína como antirrítmico, debe administrarse con especial precaución en caso de un paciente que tenga alguna de las siguientes enfermedades: hipovolemia o shock, bloqueo cardíaco, pulso lento, hipertermia maligna, glucosuria (presencia de glucosa o azúcar en la orina) y patologías hepáticas, puesto que pudieran incrementarse los riesgos de reacciones adversas.
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