El mesencéfalo o cerebro medio, como es conocido, es responsable de los impulsos sensoriales que se registran en la médula espinal, y de conducir y controlar los impulsos motores que se producen en la corteza cerebral para “viajar” a la espina dorsal y el encéfalo.
El mesencéfalo está ubicado en la zona interior central de la masa cerebral, formado por el tronco del encéfalo, que está conectado a todas las secciones del encéfalo. En este espacio del cerebro hay un conducto por el que circula el líquido cefalorraquídeo, que mantiene la estabilidad mecánica del cuerpo, entre otras tareas.
Sus funciones se relacionan estrechamente con los aspectos comunicativos del cuerpo, con es el caso de la audición, y otras demandas que ameritan de una acción para cumplir sencillas directrices. En esencia, el mesencéfalo “valida” la información en ciertas áreas, y es capaz de alertar al organismo sobre la presencia de alguna posible falla por fatiga, exceso de trabajo u otras razones.
Partes del mesencéfalo
Para su observación, el mesencéfalo puede ser dividido en dos partes fundamentales: el tectum y el tegmentum.
- Tectum: está situado en la región dorsal del mesencéfalo. En su estructura se incluyen los tubérculos cuatrigéminos superiores y los tubérculos cuadrigéminos inferiores. Estos son similares a cuatro pequeños bultos superficiales en el encéfalo. Mientras que los superiores cumplen funciones primordiales para el sistema visual, puesto que dirigen los reflejos visuales y respuestas a estímulos en movimiento, los inferiores tienen el control sobre las respuestas auditivas.
- Tegmentum: Se compone de la formación reticular, diversos núcleos que manejan los movimientos oculares, el núcleo rojo, la sustancia negra y el área tegmental ventral. Esta formación se caracteriza por la imagen de una red poco definida de neuronas. Se localiza en la zona central del tronco del encéfalo, desde el mesencéfalo hasta el bulbo raquídeo. Su trabajo consiste en recoger información sensorial a través de varias vías, que luego proyecta a la corteza cerebral, el tálamo y la médula espinal. Tiene participación en el sueño, la activación del tono muscular, regula la conciencia y la atención, el movimiento y algunos reflejos como el parpadeo.
Funciones específicas del mesencéfalo
Hemos definido que el mesencéfalo dirige los impulsos del sistema motor desde la corteza cerebral hasta el puente troncoencefálico. Asimismo, hace lo propio con los impulsos sensitivos desde la médula espinal hasta el tálamo. No obstante, también permite percibir información desde y hacia un punto sin depender del tacto o el contacto con el exterior.
El sueño es otro aspecto que forma parte de la recomposición del cuerpo ante momentos de desgaste y actividad, que es manejada directamente por el mesencéfalo, así como los movimientos de la cabeza, la visión y la vigilia.
En definitiva, es el mesencéfalo el que recibe y transmite los estímulos y regula funciones orgánicas esenciales como la temperatura, los procesos homeostáticos y el ciclo del sueño.
Patologías asociadas
Muchas condiciones degenerativas preexistentes tienen que ver directamente con un problema en el mesencéfalo. Algunas de ellas son:
- Síndrome de Parkinson: Es un tipo de trastorno del movimiento que se manifiesta cuando las neuronas no generan suficiente dopamina. Provoca temblores, rigidez y lentitud al moverse. Los síntomas empeoran con el paso del tiempo.
- Síndrome de Parinaud: También conocido como síndrome mesencefálico dorsal o síndrome de Körber-Salus-Elschnig, reúne un conjunto de padecimientos neurológicos que perjudican la salud de los ojos. Su rasgo más visible es una parálisis vertical de la mirada, con movimientos involuntarios de los globos oculares, las pupilas se retraen y hay trastornos de los reflejos.
- Síndrome de Weber: Es un trastorno neurocutáneo congénito, que no se da con frecuencia, pero se caracteriza por malformaciones capilares faciales o vasculares ipsilaterales cerebrales y oculares, que dan lugar a complejas anomalías oculares y neurológicas.
- Síndrome de Benedikt: Parálisis directa del motor ocular común, que también incluye temblores en el lado opuesto, con movimientos coreatetósicos (movimientos involuntarios anormales de los pies y manos) y de hipertonía o alteración del tono muscular.
- Síndrome de Claude: El síndrome de Claude-Bernard-Horner, su nombre completo, es un síndrome causado por un daño en los nervios simpáticos de la cara. Su característica principal son las pupilas contraídas (miosis), párpado caído o con aspecto hundido y anhidrosis (sequedad facial).
- Síndrome vertical uno y medio: En este síndrome se evidencia un marcado deterioro bilateral de la mirada hacia abajo y parálisis mononuclear de la elevación. La lesión consiste principalmente de infartos repetidos en la región mesencefálica-diencefálica.
- Síndrome de desaferentación: También llamado síndrome del sistema piramidal bilateral. El paciente presenta cuadriplejía y mutismo. Se conserva la conciencia y comunicación mediante movimientos oculares verticales (no laterales) y parpadeo.
- Síndrome peduncular de alucinosis: El paciente sufre de alucinaciones constantes, vívidas y con mucho color, que se alejan de cualquier estereotipo. Suele suceder en quienes permanecen somnolientos o tienen lesiones tegumentarias y del pedúnculo cerebral.
Algunas causas de lesiones en el mesencéfalo son: golpes por accidentes automovilísticos, tumores, accidentes cerebro vasculares, diabetes e hipertensión.
Deja un comentario