Entre las enfermedades más comunes que afectan al miocardio, es decir, el tejido muscular del corazón, está la miocardiopatía, conocida también como cardiopatía. Este padecimiento suele ser frecuente en pacientes con insuficiencia cardiaca y genera debilitamiento del músculo, dilatación y otros problemas estructurales que le impiden bombear la sangre adecuadamente o entorpecen su funcionamiento.
Esta enfermedad perjudica a todas las células que conforman el miocardio, los tejidos y también los órganos. Puede suceder que las células de los diversos ventrículos aumenten su tamaño, proceso llamado hipertrofia, y las paredes reduzcan su flexibilidad, dificultando considerablemente la retracción acompasada de las distintas cavidades.
Por lo general, la miocardiopatía es una afección crónica que procede a una condición coronaria preexistente o responde a inconvenientes con las válvulas del corazón, aunque también puede ser genética.
La mayoría de las veces se desarrolla como consecuencia de enfermedades de las arterias coronarias o del pericardio, o sencillamente por episodios recurrentes de hipertensión arterial.
Diferentes tipos de Miocardiopatía
Diversos tipos de miocardiopatía se conocen en la actualidad y cada una tiene causas distintas:
Cuando existe un debilitamiento del corazón y las cámaras que lo conforman incrementan sus dimensiones, se habla de miocardiopatía dilatada. Cuando ésta se presenta, el corazón se ve imposibilitado para bombear la cantidad suficiente de sangre al cuerpo. Puede ser el resultado de muchos problemas de salud vinculados con la mala alimentación o el esfuerzo físico.
En el caso de la miocardiopatía hipertrófica u obstructiva, el miocardio se vuelve más grueso, perjudicando considerablemente la salida de la sangre del corazón. Este padecimiento suele ser hereditario, especialmente entre padres e hijos.
A la estrechez de las arterias que proporcionan sangre al corazón se le conoce como miocardiopatía isquémica. Cuando esta se manifiesta, conlleva al adelgazamiento de las paredes del corazón, de manera que no bombean el líquido plasmático correctamente.
La miocardiopatía restrictiva asocia diversos trastornos en los que las cámaras del corazón no son capaces de cargarse de sangre, ya que el miocardio está rígido. Entre las causas más comunes de este tipo de miocardiopatía están la amiloidosis, que es la aglomeración anormal de proteínas en los órganos, y la cicatrización del corazón por razones que hasta ahora se desconocen.
Por otro lado, está la miocardiopatía periparto, que puede darse durante el embarazo o en los primeros cinco meses después el parto. Las causas de su aparición en la mujer en estado de gravidez no siempre son detectadas. La solución está en un tratamiento acelerado.
Letal y silenciosa
Es muy común que la miocardiopatía no reporte síntomas, aunque puede producir algunos similares a los de un resfriado: escalofríos, alta temperatura y malestar general.
La mayoría del tiempo se desarrolla de forma silenciosa y se manifiesta cuando el sistema cardiorespiratorio requiere un esfuerzo extra, por ejemplo, ante una neumonía o al realizar ejercicios.
En estas condiciones el corazón no puede ajustarse a las nuevas exigencias, dando paso a los signos visibles, que pueden variar según el tipo de miocardiopatía. Entre ellos destacan: cansancio, angina de pecho, falta de aire o hinchazón de piernas y tobillos.
Diagnóstico oportuno de la Miocardiopatía
Para precisar si una persona tiene una miocardiopatía se deben ejecutar los siguientes estudios médicos:
- Radiografía de tórax: para corroborar el tamaño del corazón y descartar líquido en los pulmones.
- Electrocardiograma: señalará arritmias o alteraciones del ritmo habitual.
- Ecocardiograma: permite constatar la dimensión de las paredes del corazón y las cavidades, el aspecto de las válvulas, medir la función sistólica y el movimiento de la pared cardíaca, que seguramente disminuyó.
- Resonancia magnética: proporciona información sobre zonas infartadas o con fibrosis.
- Cateterismo cardíaco: ayuda a conocer el alcance del daño en las arterias y la actividad de la pared, cavidades y válvulas del corazón.
- Biopsia de tejidos: indispensable para descartar la presencia de células malignas o cancerígenas.
Tratamiento adecuado de la miocardiopatía
Mientras sea posible, se deben tratar las causas de la miocardiopatía. A menudo es requerido cambiar hábitos en el estilo de vida, junto a la ingesta de ciertos medicamentos. No obstante, las intervenciones quirúrgicas también pueden ser útiles. Dependiendo del caso, se puede optar por alguno de estos procedimientos:
- Implantar un desfibrilador cardioversor implantable, que envía pulsos eléctricos para contrarrestar los ritmos cardiacos anormales.
- Colocar un marcapasos para asegurar el mismo ritmo cardiaco en ambos lados del corazón.
- Cirugía de revascularización coronaria o angioplastia para mejorar la circulación del miocardio afectado.
- Trasplante de corazón, suponiendo que todos los métodos anteriores hayan fracasado.
En la actualidad, se ha implementado el uso de bombas artificiales para el corazón, indicada en casos muy graves. Sin embargo, no cualquier paciente es candidato a este tratamiento avanzado.
Las expectativas de vida varían en cada individuo, dependiendo de las causas, el tipo de miocardiopatía y su tratamiento, y la gravedad del problema cardíaco.
Por lo general, esta enfermedad se prolonga en el tiempo y probablemente puede empeorar. Muchos no podrán controlarla incluso tomando los fármacos. De allí que el control médico asistencial es vital pata mejorar los pronósticos.
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