La narcolepsia es un trastorno que describe una excesiva somnolencia diurna, presuntamente provocada por alteraciones cerebrales que impiden controlar los ciclos del sueño. Aunque no se han establecido causas especificas, científicos han asociado esta enfermedad con una insuficiencia de neuronas productoras de hipocretina, una proteína que secretada en el cerebro, que está fisiológicamente involucrada en la regulación del sueño, la locomoción, la alimentación y las funciones neuroendocrinas, autonómicas y metabólicas.
Cuando una persona sufre de narcolepsia, no importa la hora ni el lugar, simplemente se duerme durante unos segundos o varios minutos, dependiendo de la gravedad de la patología. En niveles agudos, puede hacerlo por una hora o más sin tener la intención real de descansar en ese momento.
Quienes padecen de narcolepsia suelen ser incapacitados porque tienden a quedarse dormidos en el trabajo, el autobús, la clase, en una reunión, mientras comen o, peor aún, al manejar. También pueden hacerlo mientras caminan, para luego despertar en un lugar desconocido.
Aunque se trata de una condición neurológica de origen desconocido (idiopática), se ha descubierto que existen trastornos del sistema nervioso que pueden desarrollar narcolepsia secundaria, con síntomas bastante similares.
La narcolepsia se puede evidenciar a cualquier edad, pero hay dos etapas de la vida en las que se presenta con más énfasis: a los 15 y a los 35 años. Factores ambientales como el estrés, las infecciones, los cambios hormonales, los traumas emocionales y los problemas en el funcionamiento del sistema inmunitario pueden desencadenarla o complicarla.
Síntomas de la narcolepsia
- Somnolencia en el día, es el síntoma principal de la narcolepsia en cualquiera de sus fases.
- Cataplejia, consiste en la pérdida del tono muscular a causa de fatiga, entrenamiento físico intenso o excesivas emociones como la risa y el llanto. Se puede evidenciar con la caída del párpado o de la mandíbula.
- Sueños vividos, muchas veces son tan desagradables que se convierten en pesadillas.
- Parálisis del sueño, son ciclos cortos (pocos segundos) de inmovilidad que se presentan al principio o al final del sueño.
- Debilidad en las extremidades.
- Sueño REM o paradójico, en condiciones normales esta fase ocurre cada 90 minutos, pero en las personas con narcolepsia puede aparecer mucho antes, incluso cuando están realizando alguna actividad. Esta fase REM es sencillamente esa etapa en la que se sueña y en la que se producen rápidos movimientos oculares.
- Sensación de fatiga y falta de energía.
- Depresión.
- Dificultad para concentrarse y recordar.
- Problemas visuales.
Atención a las señales
Para hacer un diagnóstico más preciso de la narcolepsia, los especialistas deben revisar el historial médico del paciente y realizar una exploración cerebral para detectar si existe un trastorno del sueño leve o crónico. Dependiendo del grado de afectación, se pueden practicar estudios como polisomnografía nocturna o el examen de latencia múltiple que consiste en un registro del ciclo de sueño observado. También se efectúan exámenes de sangre para medir ciertos antígenos que suelen hallarse cuando hay predisposición a la narcolepsia, así como electrocardiogramas, control de la respiración y electroencefalogramas.
El recuento de los síntomas es esencial para detectar la patología. En la evaluación clínica, muchos pacientes manifiestan imposibilidad de descanso nocturno, ataques de ansiedad, migraña y otras molestias físicas asociadas con trastornos del sueño como la apnea.
La narcolepsia es un trastorno de por vida que puede afectar a hombres y mujeres por igual. No hay indicativos de que se manifieste más en un sexo que en otro, ni tampoco de que sea una condición hereditaria, aunque al parecer los parientes directos de individuos que padecen esta enfermedad neurológica tienen más riesgos de desarrollarla que el resto de la población normal. Después de la apnea obstructiva y del síndrome de piernas inquietas, es el trastorno del sueño más frecuente.
No hay cura para la Narcolepsia
La narcolepsia no tiene cura, pero que con un tratamiento médico efectivo el afectado puede efectuar sus actividades normales. Considerando que sus principales signos son la somnolencia y la cataplejía, los especialistas se enfocan en indicar fármacos y terapias que ayuden a contrarrestar ambos síntomas. Así, en la mayoría de las situaciones, recetan estimulantes del sistema nervioso central y anfetaminas. A pesar de sus múltiples beneficios, los médicos advierten que este tipo de medicinas puede producir efectos secundarios como irritabilidad, nerviosismo, aceleración del ritmo cardiaco, problemas estomacales y anorexia, entre otros, por lo que las dosis deben ser siempre monitoreadas.
Igualmente, es importante que la persona haga una cura de sueño programando varias siestas diurnas de 20 a 30 minutos cada una. También es necesario que siga ciertas rutinas como acostarse por las noches a la misma hora, bañarse antes de ir a dormir para relajar el sistema nervioso, y evitar la ingesta de café, así como el uso del teléfono o la computadora antes del descanso.
Tanto el adulto como el niño que sufre de narcolepsia necesita de mucha orientación y apoyo familiar porque se trata de una enfermedad que limitará sus hábitos rutinarios y, en principio, disminuirá su calidad de vida, sumergiéndolo en un cuadro depresivo que podría agravar la situación. En estos casos, la ayuda psicológica será vital para superar las crisis. Llevar una dieta ligera o vegetariana puede reducir las posibilidades de un ataque después de las comidas.
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