El neumotórax es una afección conocida popularmente como colapso pulmonar, y se genera cuando el aire escapa del pulmón. Se presenta con más frecuencia en hombres de entre 20 y 40 años de edad, y el riesgo se incrementa en fumadores regulares.
Al producirse el neumotórax, el aire llena el espacio pleural, que es una capa serosa que rodea a los pulmones y se conecta con el tórax. Esa acumulación de oxígeno origina presión sobre el órgano, e impide que se expanda como lo hace cuando la persona inspira.
El neumotórax podría surgir como consecuencia de una lesión en el pulmón, provocada por heridas de armas blancas, armas de fuego, fracturas de costilla, o por errores en procedimientos médicos.
La rotura de vesículas (ampollas del aire) puede desencadenar variaciones de presión del aire, como ocurre, por ejemplo, al viajar en avión o al bucear, ya que las vesículas envían el aire hacia el espacio que envuelve a los pulmones.
Algunas neumopatías, como el asma, fibrosis quística, tos ferina, enfermedad pulmonar obstructiva crónica, o tuberculosis, también pueden ocasionar un neumotórax.
Los fumadores, y las personas delgadas y altas tienen mayores probabilidades de sufrir un colapso pulmonar.
Tipos de neumotórax
Existen tres tipos de neumotórax. El neumotórax traumático, causado por traumatismos que originan la entrada de aire en medio de las dos capas de pleura (parietal y visceral). Contempla lesiones físicas en el tórax, ocasionadas por disparos, puñaladas, accidentes automovilísticos, o fallas en estudios clínicos como biopsia transbronquial, colocación de catéter venoso central y suministro de anestesia por punción intercostal y esofagoscopia.
El neumotórax espontáneo se presenta sin razones determinadas. Se divide en espontáneo primario (si no existe ninguna enfermedad pulmonar), o espontáneo secundario (si la persona ya padecía alguna neumopatía). Se dan por la formación de burbujas en la pleura visceral, que de forma repentina se rompen.
El neumotórax por tensión se asocia con un aumento de la presión alrededor del pulmón, que hace que se colapse completamente.
Síntomas del Neumotórax
Entre los síntomas comunes del neumotórax destacan los dolores torácicos que se agudizan con la tos o la respiración profunda, aleteo nasal, o dificultad respiratoria.
Otras molestias evidentes son: opresión torácica, coloración azulada de la piel por la falta de oxígeno, mareo y desvanecimiento, frecuencia cardíaca rápida, tendencia a la fatiga, o hipotensión arterial.
Aunque parecieran ser signos evidentes y fáciles de determinar, lo más importante para establecer el diagnostico preciso, es consultar con un especialista.
Para confirmar un neumotórax, lo primero que el doctor hará, será examinar la respiración con un estetoscopio. Lo más probable es que note una ausencia o disminución en los ruidos producidos por la respiración en el lado afectado.
En ese caso y dependiendo de los síntomas, ordenará una serie de estudios como gasometría arterial, pruebas de sangre, radiografía de tórax, electrocardiograma y tomografía computarizada.
Tratamiento del Neumotórax
Si el paciente sufre un colapso pulmonar menor, es posible que pueda desaparecer por sí solo con el paso del tiempo. De hecho, un tratamiento con oxígeno y reposo puede ser suficiente.
El galeno puede optar por utilizar una aguja para extraer el aire que se encuentra en las adyacencias del pulmón, para garantizar que pueda extenderse de manera efectiva. Es un procedimiento sencillo y la recuperación es bastante rápida.
En situaciones de neumotórax considerables, se le debe colocar al paciente una sonda pleural entre las costillas, que servirá para ayudar a que se drene el aire, y que el pulmón pueda volver a expandirse.
Ese tratamiento requiere dejar la sonda puesta por varios días. Incluso, lo más recomendable es que la persona se quede en el hospital para realizar un seguimiento.
Si tiene colocada una sonda pleural pequeña o una válvula de aleteo puede volver a su hogar, y regresar únicamente a la clínica para que se las retiren.
En casos más graves, se puede requerir llevar a cabo una cirugía pulmonar para tratar o evitar que pueda volver a presentarse en el futuro. Este procedimiento consiste en reparar el área en la cual se presentó el escape.
En algunas oportunidades, se puede hacer una pleurodesis, en la cual se coloca un químico especial en la zona donde ocurrió el colapso, la cual provoca una cicatriz.
Algunas personas con neumotórax pueden requerir oxígeno adicional para poder cubrir sus necesidades básicas de respiración.
Si no se enfrenta adecuada y correctamente, es posible que el afectado pueda sufrir un shock, por infecciones o inflamaciones graves, lesiones, o si llega a acumularse líquido en los pulmones.
No se conoce ninguna forma para prevenir un neumotórax. Solamente se suele recomendar a las personas evitar el consumo de cigarrillo, que es uno de los factores riesgos más prominentes.
Un individuo puede sufrir en varias ocasiones un colapso pulmonar, especialmente si continúa fumando después de hacer padecido el primero. Si es alto y de contextura delgada, mucho más.
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