La presencia de sacos cerrados bajo la piel, compuestos por un material similar al queso y aceitoso, se denomina quiste sebáceo. A pesar de que suelen ser benignos, es importante prestarles mucha atención, ya que podrían ameritar una intervención quirúrgica para ser removidos.
Estas deformaciones suelen aparecer en el cuello, escroto, cara y detrás de las orejas. Las mujeres tienden a desarrollarlos, con frecuencia, en los labios genitales.
El quiste sebáceo surge generalmente por la inflamación de los folículos pilosos, así como por una lesión cutánea, originando la formación de sacos de células que, en su interior, secretan la proteína queratina.
De acuerdo a los especialistas, es muy factible que si un miembro de la familia presenta un quiste sebáceo, éste pueda aparecer en otro miembro.
Otras causas vinculadas a esta anomalía, son las malformaciones de los ductos sebáceos o la implantación de alguna superficie epitelial por debajo de la epidermis.
Además de la denominación común, el quiste sebáceo puede identificarse como quiste de inclusión epidérmica, quiste queratínico o quiste epidermoide.
Síntomas
El síntoma principal del quiste sebáceo es la formación de una protuberancia pequeña e indolora en la piel. Como se dijo, usualmente se manifiesta en el tronco, cuello y cara. Aunque no causa dolor, puede ir creciendo lentamente, así que se debe tener cuidado.
En el caso de que se inflame o se contamine, pueden presentarse otros signos más molestos como sensibilidad, enrojecimiento de la piel y sensación de calentura en la zona afectada. También puede notarse la aparición de un material blanco grisáceo, de muy mal olor y muy grasoso, que brota del quiste sebáceo.
¿Cómo saber si se tiene un quiste sebáceo? Pues generalmente puede diagnosticarse con un sencillo examen cutáneo. Sin embargo, en otras oportunidades puede ser necesaria la realización de una biopsia para descartar otras anomalías similares.
Incluso, en el caso de que se sospeche la existencia de una infección, lo más probable es que el médico especialista recomiende efectuar un cultivo de la piel para determinar el agente patógeno causante de la misma.
Tratamiento del quiste sebáceo
Es cierto, en la gran mayoría de las situaciones, los quistes sebáceos no son peligrosos, y su curación puede ser tan sencilla como pasar un paño humedecido con agua caliente por el área comprometida por la lesión, para ayudar a que sane y drene.
No obstante, el paciente puede requerir un tratamiento más riguroso si el quiste sebáceo se hincha, para lo cual el galeno podría inyectar un medicamento esteroide en la zona donde se aloja el quiste. Otra opción sería la ingesta de antibióticos orales si está contaminado.
En otros diagnósticos más extremos, podría no haber otra solución que una intervención quirúrgica. A este método se suele recurrir cuando el quiste sebáceo aumenta considerable sus dimensiones y presenta mucha sensibilidad.
De no efectuarse este procedimiento, podría infectarse y formar abscesos muy dolorosos.
Pero, ¿cuándo el individuo debe preocuparse y asistir a un médico? Ese paso debe darse, principalmente, si se presentan tumoraciones adicionales en el cuerpo. Como los quistes sebáceos no son dañinos, puede que no se considere necesaria una evaluación a profundidad, pero lo ideal es examinarlos para evitar que sean confundidos con cáncer de piel.
Los carcinomas de piel tienden a ser similares a los nódulos quísticos, es por ello que debe solicitarse un análisis médico exhaustivo cuando hay reproducciones de las protuberancias.
Remedios caseros para el quiste sebáceo
Para diagnósticos leves, existen algunos remedios caseros que ayudan a combatir el quiste sebáceo. Uno de ellos es el té, pues contiene propiedades antibacterianas y antiinflamatorias. El procedimiento es sencillo, solo basta aplicar un poco del aceite de árbol de té sobre ella para que actúe como una capa protectora, y reduzca la posibilidad de una reaparición.
El aloe vera también puede ser beneficioso, ya que contiene propiedades terapéuticas que disminuyen la intensidad del dolor. Este complemento puede ingerirse o aplicarse sobre la malformación.
El aceite de ricino resulta muy ventajoso, ya que además de eliminarlo, reduce la picazón asociada con esta anomalía. Se debe colocar con un pedazo de paño limpio sobre el área afectada, y sobreponer una bolsa de hielo por espacio de media hora.
Otro remedio casero para combatir el quiste sebáceo es el vinagre de manzana. Nada más basta con realizar una especie de vendaje sobre el nódulo por tres o cuatro días, para que de esta forma expulse el pus del quiste inflamado.
Si desea una cura mucho más fácil para el quiste sebáceo, la opción idónea es una compresa caliente. Debe colocarla en medio del quiste, pero con mucha precaución, ya que el calor en exceso puede contribuir con el surgimiento de nuevas bacterias que generarán mayores infecciones.
A pesar de que todas estas técnicas han demostrado dar muy buenos resultados, es prudente seguirlas bajo la supervisión de un médico. Recordemos que no todos los organismos reaccionan de la misma manera a los tratamientos. Además, no es prudente automedicarse, sin antes verificar que efectivamente la lesión obedezca a un quiste sebáceo.
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