El síndrome compartimental es una enfermedad que afecta los músculos, debido a la inflamación o hemorragia de la membrana que recubre los tejidos involucrados en el “compartimiento” de los huesos, ocasionando una presión que genera un intenso dolor.
Se puede desencadenar por la formación de hematomas o acumulación de líquido a causa de una lesión, siendo la fractura de huesos la causa más común del síndrome compartimental.
La capa gruesa que separa los músculos se conoce como fascia, y es en ese compartimiento entre un hueso y otro, donde se guarda tejido muscular, nervios y vasos sanguíneos. Sin embargo, la fascia es inelástica, es decir, que no se expande, por lo que el volumen de cada compartimiento no se altera. De allí, que una tensión brusca en esa área, podría ocasionar el síndrome compartimental que, por lo general, se presenta en el antebrazo y en las rodillas.
Cuando la persona tiene una contusión y se genera un hematoma o se amontona líquido inflamatorio en uno de esos compartimientos, la fascia impide que se expanda la musculatura. ¿Cuándo aparece el dolor?, cuando esa fuerte presión aprieta los vasos y nervios, llegando a bloquear el flujo de sangre.
Si el síndrome se trata antes de las 12 horas de haber ocurrido la lesión, la función de las extremidades se llega a recuperar en un 90%, pero si se retrasa la atención médica, esa función puede disminuirse hasta en un 10%. Las consecuencias a largo plazo incluyen rigidez permanente, parálisis del nervio peroneo y función motora limitada.
Otras causas del Síndrome compartimental
- Trombosis venosas
- Enfermedad metabólica ósea
- Estrés tibial
- Neuropatía periférica
- Radiculopatías
- Osteomelitis
- Actividad física repetitiva
Síntomas del síndrome compartimental
- Dolor intenso
- Fuerte tensión o endurecimiento muscular
- Disminución de la sensibilidad
- Hormigueo en la zona afectada
- Palidez en la piel
- Dificultad de movimiento
Para tratar el síndrome compartimental, es necesario hacer una serie de pruebas físicas que determinarán, entre otras cosas, cuál es la zona afectada por el dolor, y cuáles son los músculos y huesos donde se siente mayor presión.
Hay dos tipos
- Síndrome compartimental crónico (SCC). Los daños producidos en los compartimentos son transitorios y se deben a la presión soportada durante el ejercicio físico repetitivo. Suele darse en miembros inferiores fundamentalmente.
- Síndrome compartimental agudo (SCA). Es de mayor gravedad, ya que las secuelas son mayores, aunque afortunadamente es menos común que el SCC. Se puede presentar a cualquier edad y sexo, tanto en miembros inferiores como superiores.
Si es agudo hay que operar
Para la detección se suele aplicar una medición interna de la presión compartimental, que consiste en la introducción de una aguja en el compartimiento, la cual va conectada a un medidor de presión que analizará los datos y arrojará un resultado.
Cuando el síndrome compartimental es agudo, el paciente debe someterse de emergencia a una fisioterapia para aliviar los dolores. Luego, será necesario realizar una cirugía para prevenir lesiones permanentes. Si el padecimiento es muy fuerte, deberá guardar reposo y aplicarse compresas frías durante todo el proceso de recuperación.
En la operación, el especialista efectuará incisiones a lo largo de la zona afectada para disminuir la presión. Hasta que haya bajado la inflamación, la piel sólo se cubrirá con una banda esterilizada y, posteriormente, se efectuará un nuevo procedimiento quirúrgico (entre las 24 y 48 horas posteriores), para cerrar las heridas. Hay casos en los que se ameritan injertos de piel para ayudar a taponar.
Es importante que la rehabilitación con terapias se aplique en las 24 o 48 horas siguientes de la intervención, para recuperar en el menor tiempo posible la movilidad.
En situaciones leves, una terapia temprana será suficiente para curar la afección y evitar lesiones a largo plazo que impidan el movimiento en las articulaciones. Si la presión es por causa de un yeso o un vendaje, se deben retirar de inmediato.
¿A quiénes afecta el Síndrome compartimental?
El síndrome compartimental es muy frecuente en los pilotos porque cuando aceleran y frenan, friccionan los dedos y las muñecas para sujetarse al carro o la moto, y eso genera una gran tensión sobre la musculatura de los antebrazos. También es habitual su diagnóstico en corredores, ya que sus piernas soportan el impacto de cada zancada, suponiendo esto un traumatismo constante y reiterativo. Esta repetición causa un incremento de la presión en los compartimentos que, aunado al aumento del músculo por la acumulación de líquido, desencadena el síndrome compartimental. Otros deportistas que se ven afectados son los escaladores, y muchos de ellos han llegado a ser desincorporados de sus disciplinas por impotencia funcional, una de las más graves consecuencias de esta patología.
No hay ninguna forma de prevenir el síndrome compartimental, solo cuidando los movimientos musculares se pueden evitar las lesiones que provocan esta afección. Y en caso de presentarse, debe atenderse de inmediato.
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